El obispo anglicano de Liverpool, a favor de bendecir las uniones homosexuales
Nuevos movimientos en el seno de la Iglesia de Inglaterra a favor de las parejas del mismo sexo. En esta ocasión es el obispo de Liverpool el que ha cuestionado la negativa de su iglesia a bendecir las uniones entre personas del mismo sexo. James Jones se pregunta como es posible que si la iglesia de Inglaterra considera las uniones civiles una buena solución a las necesidades de las parejas del mismo sexo al mismo tiempo les niegue su bendición.
«¿Cómo es posible que el Evangelio de Jesucristo, pese a su alcance global, se haya convertido en algo alienante y exclusivo?», se preguntó Jones en un discurso dirigido al sínodo de la iglesia de Liverpool. El obispo añadió que no ve posible que la iglesia pueda «seguir negando la bendición de Dios a lo que es justo» por mucho más tiempo y expresó su convencimiento de que los historiadores del futuro considerarán un hecho «extraordinario» que la prueba de fuego de la ortodoxia consistiera en si se debía tener o no una actitud generosa hacia las personas homosexuales. James Jones, eso sí, se mostró partidario de mantener el matrimonio como una institución reservada a las parejas de distinto sexo.
Aunque el gesto de James Jones no llega tan lejos como el del obispo de Buckingham, Alan Wilson, que el verano pasado llegó a grabar un vídeo en apoyo del matrimonio igualitario, es especialmente importante si se tiene en cuenta que en el pasado Jones ha defendido posturas contrarias a la inclusividad LGTB. Su cambio de postura debe situarse en el contexto de fuertes tensiones que vive la iglesia de Inglaterra, profundamente dividida sobre qué postura adoptar hacia las personas LGTB en pleno debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Inglaterra y Gales.
Hace varias semanas, por ejemplo, La Cámara de los Obispos de la iglesia de Inglaterra decidía permitir la ordenación de obispos abiertamente gays, incluso si han contraido una unión civil, siempre que se abstengan de mantener relaciones. Una decisión que queda lejos de una verdadera inclusividad, pero que enfureció a su sector más conservador. Lo hizo, eso sí, de una forma un tanto retorcida: al interpretar que las normas ya vigentes no permiten a los clérigos anglicanos el sexo fuera del matrimonio. En consecuencia, y como a estos les está vetado el matrimonio religioso entre personas del mismo sexo, los obispos consideraron que para acceder a dicha posición es indiferente haber contraido una unión civil, ya que esta no es un verdadero matrimonio…
A gran distancia de sus hermanos estadounidenses
Tanto la iglesia de Inglaterra, a nivel local, como toda la comunión anglicana, a nivel global, viven desde hace tiempo fuertes tensiones debido al empeño de su sector más renovador de abrirse a las personas LGTB, al que se oponen con fuerza los más conservadores. La iglesia episcopaliana, rama estadounidense de la comunión anglicana, es la que ha dado pasos más firmes en esa dirección, siendo hoy día una de las iglesias cristianas más inclusivas. En 2003 hacía historia ordenando obispo a Gene Robinson, abiertamente gay. Y en 2009 rompía con la moratoria autimpuesta años antes y volvía a ordenar obispos y obispas abiertamente homosexuales, así como bendecir a las parejas del mismo sexo. Más recientemente la iglesia episcopaliana aprobaba la ordenación de personas transexuales y la creación de un rito litúrgico de bendición de las parejas del mismo sexo.
En el otro extremo de la iglesia episcopaliana se sitúan las iglesias anglicanas africanas, algunas de ellas virulentamente homófobas. Y en medio, tratando de mantener un equilibrio cada vez más precario, la iglesia de Inglaterra con el hasta ahora arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, a la cabeza. Habrá que ver como se maneja el que esta misma semana será entronizado como nuevo arzobispo de Canterbury, Justin Welby, que hace pocos días se mostraba contrario al matrimonio entre personas del mismo sexo pero admitía que el amor que se tiene una pareja del mismo sexo «no es menor» que el que se tiene una pareja de distinto sexo y reconocía la necesidad de reforzar y dignificar dichas uniones. El arzobispo de Canterbury, recordemos, es una figura a la que la comunión anglicana, aunque formada por iglesias independientes, reconoce un papel simbólico de liderazgo espiritual global.