Victoria pírrica de la alcaldesa pro-LGTB de Lima, que salva la revocatoria pero pierde a buena parte de sus regidores
La alcaldesa metropolitana de Lima, Susana Villarán, se ha salvado de ser revocada en la votación de este domingo 17 de marzo, pero ha perdido a la mayoría de sus regidores y queda en una situación precaria a la hora de poder sacar adelante su programa de gobierno. Una situación que coloca al colectivo LGTB como uno de los grandes perdedores de un proceso en el cual la homofobia de los opuestos a Villarán ha jugado un papel destacado.
Susana Villarán se ha enfrentado a un proceso de revocación impulsado en buena parte por sectores fundamentalistas evangélicos, que se movilizaron con fuerza para conseguir reunir las firmas necesarias para convocar una consulta popular para decidir su continuidad y la de sus regidores. Y es que Villarán, una alcaldesa que ha destacado por su voluntad de luchar contra la corrupción (el semanario The Economist le dedicaba por ello un artículo en noviembre) es también una política muy favorable a los derechos LGTB. El propio Marco Tulio Gutiérrez, uno de los principales promotores del proceso de revocación, reconocía hace varios meses que ese sería uno de los elementos fundamentales de la campaña.
El resultado de la consulta ha sido agridulce para Villarán, y sobre todo muy negativo para los intereses LGTB. Villarán ha conseguido retener la alcaldía metropolitana por un ajustado 51,2 % de los votos, pero lo hace con un equipo mermado. Al 70% de los votos contabilizados, prácticamente todos los regidores de Fuerza Social, la alianza de fuerzas de izquierda que respaldó a Villarán en 2010, han sido revocados. Fuerza Social contaba tras las elecciones de 2010 con 21 de los 39 regidores. De ellos, 19 han sido revocados, y sus puestos deberán ser cubiertos en nuevas elecciones en noviembre. Hasta entonces sus plazas serán ocupadas temporalmente por los accesitarios de las listas que se presentaron en 2010. Sin embargo, el partido de Villarán solo cuenta en estos momentos con 17 accesitarios hábiles. Los puestos vacantes serían ocupados por los accesitarios de la fuerza política que ocupó el segundo lugar en las elecciones municipales, es decir, el Partido Popular Cristiano (PPC), que pasaría de 13 a 15 regidores. Fuerza Social perdería la mayoría, pero además no podrá participar en las elecciones de noviembre al haber perdido su inscripción como partido por no alcanzar el 5% de los votos en las elecciones presidenciales de 2011. Como gran beneficiario aparece el PPC, agrupación política socialcristiana cuya líder Lourdes Flores (a quien Villarán derrotó para ser alcaldesa) apoyó el «no» a la revocatoria.
Una situación que hace casi imposible que Lima apruebe la prometida ordenanza antidicriminación y que supondrá muy probablemente la ausencia de políticas contra la LGTBfobia promovidas desde la capital peruana.