Historias fantásticas, fantásticas historias
“Eso es lo que piensas al levantarte algunas mañanas. Lo haces por tus hijos, por tu trabajo, por tus mascotas, por tus aficiones. Por el fin de semana, que siempre promete más de lo que da. Por tantas pequeñas rutinas que nos mantienen vivos. ¿Pero qué pasaría si las cosas se volvieran de pronto patas arriba, como una colonia de cucarachas muertas?”
Los lectores que desayunan con nosotros cada viernes desde hace unos años ya conocen a Nuria C. Botey. Lo que pasa es que no lo saben. ¿Recordáis Hollywood life o Los chicos de la costa Azul? Sí, es cierto: Pablo Castro era Nuria C. Botey. Y con Vosotros justificáis mi existencia (Saco de huesos ediciones), conoceremos a Nuria como Nuria es: descacharrante, sensata, oscurísima, profunda, hilarante, sexual, romántica y terrorífica.
Cada cuento es una sorpresa. La cosa no puede empezar mejor: a los terrores adolescentes veraniegos en Nunca beses a un extraño (puro Lovecraft) le sigue el excelente Animales de compañía: “Me considero una mujer independiente, aburrida, que detesta a los niños, sin la menor intención de formar una familia y rotundamente contraria a convivir con nadie. Con nadie que no sea el catoblepas, claro está”.
Y a partir de ahí comienza el delirio: Edgar Allan Poe en Lote 79, el horroroso Querida hermana, el cernudiano título del libro, el homenaje a la literatura gótico-romántica de Dancing with an angel, o los escalofriantes hasta la pesadilla El regalo, Una auténtica pena o El bolso de Marga…
Si hay que elegir uno yo me quedo con Pityocampa, una oscurísima historia de venganzas, íncubos, sexo y demonios que estremece hasta la médula.
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“La primera vez que Milena se enfrentó a los demonios acababa de cumplir trece años. Sé que la historia ya es bien conocida a estas alturas, pero pocos están al corriente de todos los detalles”
Y si te ha gustado el libro anterior, la recién estrenada Editorial Punto en Boca empieza fuerte con la novela de Javier Quevedo Puchal (todos de rodillas, ¿recuerda el lector El tercer deseo o Todas las maldiciones del mundo?): Lo que sueñan los insectos. Una historia de pesadilla, una muy personal historia de terror en la que una vidente y demonóloga intenta localizar a su amiga de la infancia, Isabel, desaparecida de su casa de Sitges. Si tenemos en cuenta que el autor comienza citando a Cronenberg y a García Lorca, empezamos bien.
Es fascinante la capacidad de Quevedo Puchal para usar el lenguaje, un absoluto dominio que causa verdadera envidia. Si encima tiene una historia trepidante entre manos, como es el caso, (la maternidad, la crisis de valores, los sueños equivocados) estamos de enhorabuena. Sin embargo, los muy fan, queremos que vuelva pronto al amor que no puede decir su nombre y se olvide un rato de los bichos y los demonios. O que escriba la grandísima novela de humor que estamos seguros acabará escribiendo (aun así, Lo que sueñan los insectos está plagada de humor, no sé si consciente, supongo que sí).
Para los que somos un poco caguetas pues no es para leerlo a solas y de noche en una casa de campo, la verdad. Vete a un parque soleado y lleno de gente. Sin bichos, si es posible.
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