Político opositor tunecino encarcelado y sometido a exámenes anales tras ser acusado de mantener relaciones homosexuales
Mounir Baâtour, presidente del Partido Liberal tunecino, permanece encarcelado desde hace casi un mes tras haber sido acusado de sodomía. El político ha sido sometido además a los infames exámenes anales, forma de maltrato tristemente habitual en países que castigan las relaciones homosexuales masculinas y que persigue, supuestamente, probar la homosexualidad de los acusados.
Baâtour fue arrestado en el Hotel Sheraton de la capital tunecina el 31 de marzo en compañía de otro hombre, un joven de 20 años, que al parecer fue liberado. El político fue posteriormente sometido a un serie de exámenes anales, cuyo objetivo es encontrar restos de esperma y medir la dilatación del esfínter anal como supuesta «prueba» de homosexualidad. Una práctica frecuente en países que castigan penalmente las relaciones homosexuales masculinas y que Sondos Garbouj, líder de Amnistía Internacional en Túnez, ha calificado sin dudarlo como una violación de los derechos humanos.
Mounir Baâtour, que al parecer ha sido acusado por empleados del hotel de cometer «actos ilícitos» en la zona de spa, se enfrenta a una posible pena de hasta 3 años de cárcel por violar el artículo 230 del Código Penal tunecino, que criminaliza la sodomía. Su abogado niega que Baâtour haya cometido ningún acto ilegal, y aunque por el momento no ha querido relacionar su detención con motivaciones políticas sí cree que tras la difusión de ciertos detalles a la prensa pueden encontrarse sus adversarios. El Partido Liberal es uno de los partidos políticos tunecinos opuestos al islamismo gobernante. Recientemente se ha unido a otros partidos liberales bajo el paraguas de la Unión Patriótica Libre.
Un dato que ilustra la difícil situación de las personas homosexuales en Túnez es el hecho de que el abogado de Baâtour se muestre contrariado porque su detención pueda ser denunciada por organizaciones explícitamente LGTB, al entender que ello podría ser contraproducente para su defensa. Hace poco más de un año, precisamente, nos referíamos a la difícil situación que afrontan las personas LGTB bajo el Gobierno islamista salido de las primeras elecciones celebradas tras el estallido de la llamada «Primavera Árabe» pese a las buenas palabras iniciales. En la estela de una auténtica ola de demagogia homófoba desatada por los islamistas y por la oposición, el ministro de Derechos Humanos criticaba entonces el lanzamiento de una publicación online dirigida al público gay, afirmando que “la libertad de expresión tiene sus límites” y mostrando su acuerdo con el entrevistador en que la homosexualidad “es una perversión que necesita tratamiento”.
Primavera árabe…