División en la derecha francesa respecto a la posible derogación de la ley de matrimonio igualitario si obtiene el poder en 2017

No hay unanimidad en las filas de la UMP (Unión por un Movimiento Popular, el partido conservador francés) respecto a lo que sucederá con la ley de matrimonio igualitario si consiguen el poder en 2017. Si bien su actual líder, Jean-François Copé, declaraba que “reescribiría el texto” en caso de victoria de su partido, su vicepresidente delegado, Luc Chatel, opinaba que no podrá haber “marcha atrás” en lo que respecta a la ley aprobada por el Parlamento.

En declaraciones a Le Monde efectuadas el 18 de mayo, Jean-François Copé expresaba su intención de “reescribir” la ley de matrimonio igualitario si consigue el poder en las próximas elecciones, que tendrán lugar en 2017. El líder conservador se refería especialmente a una reforma en lo que respecta a la filiación y adopción, que incluso podría someter a referéndum.

Sin embargo, el vicepresidente delegado de la UMP, Luc Chapel, precisaba el domingo 19 en un programa de la cadena France Inter que, si bien él particularmente se había opuesto a la aprobación de la ley, sobre todo por lo que respectaba a la adopción, “soy republicano y considero que la ley que ha sido promulgada se aplicará”. En su opinión, “no habrá marcha atrás” para la ley de matrimonio igualitario aunque su partido obtenga la victoria. Chapel recordaba cómo su partido tampoco había aceptado los PACS (Pacte Civil de Solidarité, el tipo de unión civil que ofrecía hasta ahora derechos muy restringidos a las parejas del mismo sexo), y sin embargo no los derogó cuando ocuparon el poder. “El mundo habrá evolucionado dentro de cuatro años”, añadía.

Esa es también la consideración que hacía la diputada Nathalie Kosciusko-Morizet, que se abstuvo en la votación de la ley en la Asamblea. Kosciusko-Morizet, que opta a ser candidata a la alcaldía de París en la próximas elecciones municipales, declaraba también el domingo que “debemos decir la verdad a nuestros electores. Cuando oigo a unos y otros decir que ‘se derogará la ley’, como si se pudiera descasar o desadoptar, yo digo que eso no es verdad”. Uno de los veinte vicepresidentes de la UMP y dirigente de su corriente más derechista, Guillaume Peltier, ha criticado las declaraciones de Kosciusko-Morizet, y ha expresado su deseo de que no sea ella la candidata designada para la alcaldía parisina. Esa repulsa ha causado la indignación de Franck Riester, abiertamente gay y uno de los pocos favorables a la igualdad LGTB dentro de la formación derechista, que ha criticado fuertemente que se ligue la ley de matrimonio igualitario a las elecciones municipales, e incluso ha acusado a quienes hablan de un futuro referéndum de “mentir” a los ciudadanos.

Por otra parte, el alcalde de la ciudad de Crest, Hervé Mariton, expresaba su disconformidad con Copé de otra manera. Mariton aboga por “paralizar los matrimonios entre personas del mismo sexo, y proponer a cambio una unión civil” en caso de victoria conservadora en 2017. Sin embargo, cree que los matrimonios que se hayan celebrado hasta entonces deben ser respetados. Mariton ha declarado que sí que celebrará matrimonios del mismo sexo en su alcaldía, a diferencia de otros alcaldes conservadores que han expresado su negativa a cumplir con la ley. Sin embargo, Mariton dice que “haré saber antes a los novios mi opinión al respecto”.

Las diferencias y divergencias llegan incluso a la participación de los parlamentarios de la UMP en la manifestación contra los derechos LGTB convocada por el próximo 26 de mayo. Si bien Copé ha comunicado su intención de acudir, François Fillon, primer ministro durante el mandato de Sarkozy, ha confirmado su ausencia de la marcha. Y mientras el ala más derechista, la capitaneada por Peltier, ve en la manifestación “un medio para hacer presión a la derecha francesa y sus dirigentes” en cuanto al porvenir del matrimonio igualitario, otros dirigentes históricos del partido como el antiguo ministro Bruno Le Maire consideran que “es una ley de la República, que ha sido adoptada, y por consiguiente los parlamentarios no debemos acudir”.

Suicidio en Notre-Dame de una personalidad de la extrema derecha

Este mismo martes 21 de mayo, el ensayista e historiador Dominique Venner, antiguo miembro de la organización terrorista de extrema derecha OAS (Organisation de l’Armée Secrète, grupo armado dedicado a la guerra sucia contra los independentistas argelinos en los años 60 del pasado siglo), se ha suicidado tras el altar de la catedral de Notre-Dame. Allí mismo dejó una nota para la policía, cuyo contenido aún se desconoce. La dirigente del Frente Nacional, Marine Le Pen, expresaba su respeto hacia el fallecido, tildando su suicidio de “gesto eminentemente político”. Aunque Venner había expresado en la última entrada de su blog su apoyo a los manifestantes en contra de los derechos LGTB, también les criticaba por limitarse al rechazo al matrimonio igualitario, pues para él el verdadero peligro era la inmigración de origen extraeuropeo y su temor a una Francia en manos de los islamistas. “Sin duda, se requerirán nuevos gestos espectaculares y simbólicos para quebrantar nuestra somnolencia, sacudir las conciencias anestesiadas y despertar el recuerdo de nuestros orígenes”, declaraba en esa última entrada.

Su propio editor, Pierre-Guillaume de Roux, niega que se pueda ligar su suicidio a la aprobación de la ley de matrimonio igualitario. Tampoco en las redes sociales son muchos los simpatizantes de extrema derecha los que hacen esa conexión.