Santa Catarina y Paraíba se suman a la ya larga lista de estados brasileños que permiten el matrimonio igualitario
El reconocimiento del matrimonio igualitario en Brasil ha entrado en tal fase de aceleración que entrada que publicamos entrada que queda obsoleta en pocas horas. El pasado 29 de abril, el mismo día que nos hacíamos eco de que el estado de Rondonia se sumaba a la lista de estados que permiten a las parejas del mismo sexo contraer matrimonio, las administraciones de justicia de dos nuevos estados, Santa Catarina y Paraíba, emitían órdenes similares. Ya son 13 jurisdicciones: 12 de los 26 estados y el Distrito Federal (14 si contamos a Río de Janeiro, estado en el que persisten ciertas limitaciones).
Como repetidamente hemos venido informando a lo largo de las últimas semanas, el goteo de territorios brasileños en los que está permitido el matrimonio igualitario es constante desde que el Supremo Tribunal Federal de Brasil se pronunció en mayo de 2011 a favor del derecho de las parejas del mismo sexo a constituir una unión estable con los mismos derechos que los de los matrimonios heterosexuales. Aquel histórico fallo no suponía la legalización explícita del matrimonio entre personas del mismo sexo, pero sí de todos los derechos derivados del mismo. La decisión consolidó, por ejemplo, el fallo del Tribunal de Justicia Superior (junto al Supremo Tribunal Federal, una de las dos instancias judiciales más importantes del país) que ya un año antes había abierto la puerta a las adopciones homoparentales.
Desde entonces se han ido acumulando tanto sentencias judiciales como decisiones de las diferentes administraciones de justicia favorables al matrimonio igualitario. En junio de 2011, dos tribunales, uno en São Paulo y otro en Brasilia, reconocían los dos primeros matrimonios entre personas del mismo sexo, uno gay y otro lésbico. Era el comienzo de un lento pero progresivo goteo de parejas que poco a poco han ido viendo reconocidas sus uniones estables como matrimonios en diferentes puntos del país. En octubre de 2011 era el Tribunal de Justicia Superior el que se pronunciaba. El fallo señalaba que es perfectamente constitucional que dos personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio, por lo que autorizaba que dos mujeres que convivían desde hace cinco años se convirtieran en esposas. Pese a que se refería solo a la pareja demandante y no era automáticamente extensivo a otros casos, el fallo sentaba un importante precedente.
Más allá de los casos individuales, en enero de este año era la administración de justicia del pequeño estado de Alagoas la que emitía una orden que permitía a las parejas del mismo sexo tramitar sus peticiones de matrimonio sin necesidad de resolución judicial previa. Alagoas abrió el camino, pero decisiones similares se han adoptado después en Sergipe, en Espírito Santo, en Bahía, en el Distrito Federal, en Piauí, en São Paulo, en Ceará, en Paraná, en Mato Grosso del Sur, en Rondonia y ahora en Santa Catarina y en Paraíba. Todos estos territorios reconocen el matrimonio entre personas del mismo sexo sin necesidad de un fallo judicial previo, ya sea por celebración directa o mediante conversión en matrimonios de uniones estables registradas previamente.
Por lo que se refiere a Río de Janeiro, que hace diez días incluímos, como hicieron muchos otros medios, entre los estados que permiten el matrimonio igualitario por orden de su administración de justicia, por el momento, y tras conocer con más detalle la orden, preferimos dejarlo fuera de la lista. Es cierto que esta obliga a las oficinas del registro civil a admitir las solicitudes de matrimonio entre personas del mismo sexo sin necesidad de haber registrado una unión civil previa, pero sigue siendo un juez en que tiene la última palabra.
Hacia un reconocimiento global
La situación del matrimonio igualitario en Brasil, en cualquier caso, se encamina hacia un reconocimiento territorial global. Según informaciones de las que nos hicimos eco en su momento, el Supremo Tribunal Federal tenía intención de pronunciarse de forma explícita sobre el tema, al haber llegado hasta su jurisdicción el caso de una pareja de Río de Janeiro a la que se le negó el derecho a convertir su unión estable en matrimonio. Un fallo que en nuestro conocimiento continúa sin producirse, pero que podría consagrar el matrimonio para todas las parejas del mismo sexo del país. Mientras tanto, estado tras estado van sumándose al reconocimiento de este derecho.
Y es que los avances legales en materia LGTB en Brasil se han producido sobre todo gracias a decisiones judiciales. Mucho más complicada parece la vía legislativa, pese a que hace ahora dos años se constituyó un frente parlamentario a favor del matrimonio igualitario (entre otros derechos) promovida por el diputado abiertamente gay Jean Wyllys. Hace un año, recordamos, fue lanzada una importante campaña a favor de su aprobación en la que participaron destacadas personalidades del mundo de la cultura, como Caetano Veloso o Chico Buarque. En el Senado brasileño, por otra parte, ha sido introducido un proyecto de ley de uniones civiles entre dos personas, sin especificar que tengan que ser de distinto sexo.
No se si a todos los que estamos en la misma situación le pasará lo mismo que a mí, pero que tranquilidad y alivio se sienten cuando los derechos están garantizados. Mi pareja y yo nos casamos en España en cuanto salió la ley, inmediatamente nos sentimos aliviados porque se nos despejaba el horizonte a futuro e incluso para el presente, (seguridad social, pensiones, bienes en común, herencia, etc., etc., etc.). Al tiempo en Suiza salió una ley de parejas que NO es matrimonio pero se acerca bastante, como mi marido es hispano-suizo adquirimos casi todos los derechos de un matrimonio. Después le llegó el turno a Argentina, siendo que yo soy argentino-español nuevamente vimos que nuestros derechos se iban a respetar. Finalmente hace unos años compramos en forma conjunta un apartamento en Brasil (Bahía) y nuestra preocupación era que pasaría en caso de fallecer alguno de los dos con el tema de la sucesión y demás papeleos y al fin el estado de Bahía reconoció el matrimonio igualitario. Mas allá de la alegría que siento cuando se reconocen nuestros derechos, mas allá de la sensación de justicia, etc. Lo que más me gusta es sentir la sensación de alivio de normalidad, de sentir que muchas cosas dejan de ser una preocupación extra. Un beso enorme a todos y VIVA LA IGUALDAD DE DERECHOS!!!!!!.
Daniel.