Rusia institucionaliza la homofobia de estado: prohibido informar positivamente sobre homosexualidad a menores

La Duma (cámara baja del Parlamento ruso) ha aprobado por 434 votos a favor, ningún voto en contra y una sola abstención, el proyecto de ley que prohíbe la llamada «propaganda homosexual» a menores. A falta de un par de formalidades, el gigante ruso institucionaliza lo que desde hace años viene siendo una terrible realidad: el acoso y la discriminación de sus ciudadanos LGTB. Oficialistas de Rusia Unida, ultranacionalistas, comunistas, socialdemócratas, liberales… Representantes de todas las fuerzas políticas rusas, con la complicidad de la iglesia ortodoxa, están de acuerdo en hacer de las personas homosexuales el chivo expiatorio de los males de la sociedad rusa.

La votación en segunda lectura del proyecto ha sido aún más contundente que la primera votación, que tuvo lugar en enero (entonces se registraron 388 votos a favor, uno en contra y una abstención) quizá por el hecho de que se le ha «lavado la cara» para que no se prohíba la información sobre homosexualidad, sino sobre «relaciones sexuales no tradicionales». Poco importa el eufemismo. La norma sancionará con fuertes multas cualquier información positiva sobre la realidad LGTB que pueda alcanzar a menores, haciendo imposible la lucha contra el acoso homofóbico y los crímenes de odio y dificultando sobremanera la celebración de eventos LGTB, como las marchas del Orgullo y similares. La ley supondrá además una espada de Damocles para cualquier docente ruso que se atreva a abordar el tema de la homosexualidad, si no es para condenarla. “Ahora no vamos ni a poder informar de las realidades de la vida porque en cualquier momento nos pueden acusar de violar la ley”, expresaba con preocupación una maestra rusa. “Una parte de mis alumnos llegan con una actitud llena de prejuicios y despreciativa contra las minorías sexuales. Tengo miedo a que me denuncien, si les explico cómo es la vida”, añadía.

Pero sin duda serán los activistas LGTB rusos los más perjudicados, quedando en una situación de grave indefensión. Las más de 20 detenciones que han tenido lugar este mismo miércoles frente a la Duma son solo un anticipo de lo que puede suceder a partir de ahora, y eso que ya están acostumbrados a este tipo de intervenciones. El líder LGTB ruso Nikolai Alekseev, que hace solo unos días era víctima de una nueva agresión homófoba, ha expresado que la ley supone una incitación al genocidio  y ha anunciado su intención de iniciar el proceso para acabar llevando al estado ruso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. También ha expresado su condena ILGA Europe (International Lesbian, Gay, Bisexual, Trans and Intersex Association of Europe) y se espera que en los próximos días el Parlamento Europeo se pronuncie.

La votación del proyecto había sido aplazada en un par de ocasiones desde que hace más de un año se planteara por primera vez, y a finales del año pasado el primer ministro Dmitri Medvedev se mostró incluso contrario a extender a nivel federal este tipo de normativa, aprobada ya en numerosas regiones del país (Arkhangelsk, Bashkortostán, Kaliningrado, Kostroma, el Krai de Krasnodar, Magadán, Novosibirsk, Ryazan, San Petersburgo…) pero finalmente la ley, que parece contar con el apoyo mayoritario de la población rusa, ha salido adelante. Ya solo queda la aprobación por el Consejo de la Federación (cámara alta del Parlamento ruso) y la sanción por el presidente Vladimir Putin para que esté vigente en toda la Federación Rusa. A día de hoy no se duda de ninguna de las dos.