Brasil: proponen prohibir la representación de modelos familiares distintos al tradicional en la publicidad infantil
Nueva iniciativa homófoba en Brasil. Días después de la retirada del proyecto que perseguía introducir de nuevo las «terapias» para curar la homosexualidad (vetadas en la actualidad por el Consejo Federal de Psicología de Brasil), el diputado Salvador Zimbaldi ha presentado un proyecto que persigue prohibir la representación de modelos de familia distintos al tradicional en la publicidad dirigida a los niños.
Salvador Zimbaldi ha recuperado un proyecto inicialmente presentado en 2001, cuyo objetivo era regular la publicidad infantil, pero introduciendo en su articulado la obligatoriedad de que los modelos familiares representados estén formados por un hombre y una mujer. Familias monoparentales y homoparentales quedarían así excluidas de la publicidad dirigida a niños. Los anunciantes que no cumplan la prohibición serían castigados con multas que podrían llegar hasta los 100.000 reales (poco más de 33.000 euros o 43.000 dólares). El proyecto debe ser discutido ahora por la comisión de Ciencia, Tecnología, Comunicación e Informática de la Cámara de Diputados.
Zimbaldi es diputado del PDT (Partido Democrático Trabalhista), un partido político de centro-izquierda, socio de la Internacional Socialista y que forma parte de la «base aliada», la coalición de fuerzas que sostienen al Gobierno de Dilma Rouseff. Pero Zimbaldi es también un católico militante, opuesto al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo (se le considera próximo al movimiento Renovación Carismática Católica). Es un buen ejemplo, desde el lado católico, de hasta qué punto el integrismo cristiano está asentado en los partidos políticos brasileños con independencia de sus ideologías. Ya mencionamos este fenómeno, desde el lado evangélico, al referirnos al nombramiento como presidente de la comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados a Marco Feliciano, pastor evangélico y homófobo recalcitrante. Feliciano es miembro del PSC (Partido Social Cristiano de Brasil), otra formación que apoya a Rouseff.
La iniciativa ha merecido las críticas del diputado abiertamente gay Jean Wyllys, según el cual Zimbaldi persigue invisibilizar a todos aquellos modelos familiares distintos al tradicional y hacer sentir a todos aquellos que no tengan una «familia de margarina» como si no tuvieran una familia («familias de margarina» es como irónicamente se denomina en Brasil al estereotipo de familia tradicional representada en los anuncios de televisión).
“familia de margarina”
En mi país le decimos la familia «bracafe» , por una conocida marca de cafe , es de esas familias donde el marido viene del parque despues de pagar trans , y se tropieza con el hijo , que va en esa direccion a hacer lo mismo y agacha la cabeza .
Al otro dia en el desayuno todos besan a la madre y vuelven a ser fieles heteros .
“familia de margarina”
En mi país le decimos la familia «bracafe» , por una conocida marca de cafe , es de esas familias donde el marido viene del parque despues de pagar trans , y se tropieza con el hijo , que va en esa direccion a hacer lo mismo y agacha la cabeza .
Al otro dia en el desayuno todos besan a la madre y vuelven a ser fieles heteros .
Al parecer el fanatismo cristiano viene esta vez más agresivo con todo. «Somos la iglesia carcatólica, las familias monoparentales y homoparentales son pecados mortales… ¿Que, no quieres hacer caso a nuestra asquerosa doctrina e institución pedófila? Bien, deberás hacernos caso si no quieres terminar en la cárcel»
Está claro que en Brasil Dilma puede acabar con todos los avances que impulsó Lula durante sus mandatos, y no solo en materia de derechos LGBT. Es ya prioritario buscar un candidato progresista alternativo a Rousseff. El ideal sería Lula, de nuevo.