Armenia se suma a la ola homófoba y propone una norma contra la “propaganda homosexual” (ACTUALIZADA: retirada la propuesta tras el eco alcanzado)

Mientras ciudadanos y organizaciones de todo el mundo expresan su rechazo a la homofobia de estado en Rusia y sus criminales consecuencias, las autoridades de la república caucásica de Armenia han decidido someter a debate público una enmienda al Código de Infracciones Administrativas para castigar la «propaganda de la homosexualidad».

La Policía armenia ha colgado en su página web un pequeño texto animando a particulares y asociaciones a dejar sus sugerencias sobre las modificaciones entre el 5 y el 19 de agosto. Los cambios, que según asegura la web británica Gay Star News han estado visibles en la misma web, irían encaminados a multar con hasta 4.000 dólares a los ciudadanos, personas jurídicas y funcionarios que promuevan “relaciones sexuales no tradicionales”, evidente eufemismo para prohibir informar positivamente sobre la homosexualidad.

Si la propuesta es finalmente discutida en el Parlamento, Armenia se uniría a Rusia y Moldavia, que han aprobado recientemente sus respectivas “leyes mordaza” (con gran secretismo en el caso moldavo). En Ucrania, una ley similar se encuentra en tramitación y ya fue aprobada en primera lectura, mientras que en Lituania la propuesta de llevar a referéndum un proyecto de ley análogo al ruso ha sido bloqueado por su Comisión Electoral (aunque ya en el pasado fueron aprobadas algunas normativas parciales que van en la misma dirección).

La comunidad LGTB de Armenia se encuentra ya en una situación muy difícil y ha sido víctima de una serie de graves ataques homófobos, que en algunos casos pueden calificarse abiertamente como de carácter terrorista, perpetrados por elementos vinculados a grupos de extrema derecha y que han contado con la connivencia cuando no con el respaldo de políticos y funcionarios públicos. Los ataques homófobos que han sacudido a la pequeña comunidad LGTB armenia se suman además a un marcado aumento de las agresiones tránsfobas y son evidencia, tanto de la arraigada LGTBfobia que existe en este país, como de la preocupante ascensión de la ultraderecha. Ideas extremistas que parecen estar difundiéndose particularmente entre los jóvenes y que sustentan un discurso con claros componentes racistas, misóginos y homófobos.

En correspondencia con la homofobia social, la situación de los derechos LGTB en Armenia es poco alentadora. Las relaciones homosexuales masculinas permanecieron ilegales durante todo el periodo soviético y no fueron despenalizadas hasta 2003 (las femeninas no eran consideradas delito). La homosexualidad sigue siendo considerada por muchos como una “perversión” y muy pocas personas se atreven a declararse abiertamente homosexuales. Los partidos políticos, incluyendo los de izquierdas, no parecen tampoco muy abiertos hacia el tema.

Actualización (10:15 h.)

Buenas noticias, de momento. Ha bastado la difusión internacional del proyecto para que la Policía armenia lo haya retirado, aunque un portavoz policial niega que ello haya sido la causa. Según Ashot Aharonian la policía ha retirado la propuesta debido a sus «deficiencias» y al hecho de que el tema no es una prioridad en este momento. Aharonian ha insistido, eso sí, en que la Policía propuso la norma como respuesta a las quejas recibidas por parte de los ciudadanos preocupados por las «crecientes manifestaciónes públicas de homosexualidad» en el país.

Mamikon Hovsepian, de la organización PINK Armenia, ha denunciado por su parte la influencia rusa a la hora de elaborar una propuesta así. «Vivimos a la sombra de Rusia», ha lamentado. Sevak Kirakosyan, otro activista, opina por su parte que todo se ha tratado de un intento de la Policía de mejorar su imagen adoptando una medida popular. También ha sugerido que el empeño del Gobierno de distraer la atención de los problemas socioeconómicos del país puede haber tenido  mucho que ver.