Indígenas, gays, personas de piel morena y pobres, los más discriminados en México D.F.
Indígenas, gays, personas de piel morena y pobres son los cuatro grupos más discriminados en la capital de México, según la Encuesta sobre Discriminación elaborada por el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México (COPRED).
Esa es al menos la percepción que tienen los entrevistados (un total de 5.200 personas, 4.800 residentes en el Distrito Federal y 400 personas «flotantes», que no viven en la capital pero acuden a ella a trabajar, estudiar o realizar compras). Cuando responden de forma espontánea a la pregunta «¿Cuáles son las causas más importantes de discriminación?», las tres respuestas más frecuentes son la pobreza (19%), el color de la piel (el 17%) y las preferencias sexuales (el 15%).
A la pregunta de «¿Cuál es el grupo más discriminado [de una lista de 40]?» el 24% de los entrevistados respondieron como primera opción que los indígenas, el 12,2% que los gays, el 10,7% que las personas de piel morena, el 5,8% que los pobres, el 5% que los mayores, el 4,4% que las personas con distinto idioma o forma de hablar, el 4,4% que las personas con VIH/sida, el 4,1% que las personas con discapacidad, el 2,9% que las lesbianas y el 2,8% que las personas con estatura baja.
Ya por debajo de estos diez primeros «grupos» se sitúan los demás, entre los que están también las personas «de preferencia u orientación sexual distinta a la heterosexual» (0,9%), las personas bisexuales (0,7%), travestis (0,5%), transexuales (0,4%) y transgéneros (0,1%). También estaban incluidas las personas intersexuales, pero al parecer nadie las nombró en primer lugar.
Los grupos no son evidentemente estancos: la anterior lista es la que resulta de preguntar por la característica por la que según los encuestados se es más fácilmente objeto de discriminación, y se trata en todo en caso de una percepción social. Cuando lo que se pregunta es si hay o no discriminación contra cada uno de los grupos, el 89% está de acuerdo en que se discrimina a los gays, el 88% en que se discrimina a las personas con VIH/sida, el 84% en que se discrimina a las personas «de preferencia u orientación sexual distinta a la heterosexual», el 81% a travestis y a lesbianas, el 75% a transgéneros, el 71% a transexuales y el 69% a intersexuales.
Cuando se pregunta finalmente por los episodios de discriminación sufridos en primera persona por las personas encuestadas (una muestra de la población general) los tres motivos fundamentales fueron la forma de vestir, el sobrepeso y la edad. Pero al preguntar por episodios de discriminación sufridos por personas conocidas por el encuestado, la homosexualidad vuelve a aparecer como una de las tres razones principales, empatada con la discapacidad y el sobrepeso.
Puedes consultar los datos completos de la encuesta pinchando aquí.
Y entre los discriminadores… una diputada
La divulgación de la encuesta coincide, precisamente, con las bochornosas declaraciones de Ana María Jiménez, diputada del derechista Partido de Acción Nacional (PAN) en el estado de Puebla (y presidenta de la Comisión Especial de la Familia en el Congreso de dicho estado). En el curso de un debate sobre el matrimonio igualitario, la diputada llegó a afirmar que «solo debe considerarse como matrimonio aquellas relaciones en la que los integrantes sostienen relaciones mirándose a la cara». Jiménez también defendió que los hijos de las parejas del mismo sexo son más propensos a la depresión, baja autoestima y drogadicción, basándose según dijo en un estudio científico (probablemente se refiere al ya famoso estudio de Mark Regnerus, muy criticado por sus importantes errores metodológicos).
Ante el inesperado eco de sus declaraciones (en España, por ejemplo, han sido portada de menéame, el conocido agregador de noticias) la diputada ha intentado «lavar» su imagen mediante un texto difundido al parecer mediante su cuenta de Twitter (que en este momento aparece como cuenta privada) en la que afirma que su intervención fue «descontextualizada».
Lo cierto es que a Ana María Jiménez le queda mucha quina por tragar, dada la evolución que una tras otra van marcando diferentes sentencias judiciales, que acercan cada vez más la posibilidad de la extensión del matrimonio igualitario a todo el territorio mexicano (como hemos recogido en entradas recientes).