Colombia: el segundo matrimonio civil entre personas del mismo sexo sigue vigente tras rechazar la justicia su anulación
Buena noticia la que nos llega desde Colombia, donde la acción de tutela que pedía la anulación del matrimonio de Elizabeth Castillo y Claudia Zea (la segunda pareja colombiana del mismo sexo unida en matrimonio civil) ha sido desestimada. A diferencia de lo que sucedió con el primer matrimonio, en esta ocasión la justicia falló a favor de la pareja. La batalla jurídica sigue en cualquier caso viva entre los partidarios de la igualdad LGTB y sus detractores, encabezados por el procurador general de Colombia, el homófobo Alejandro Ordoñez, que ha hecho de la oposición al matrimonio igualitario el eje de su acción.
La situación, como hemos informado en anteriores entradas, es compleja. El 20 de septiembre se celebraba en Bogotá el que puede calificarse como primer matrimonio entre personas del mismo sexo de la historia de Colombia entre Julio Albeyro Cantor Borbón y William Alberto Castro por obra del juez 48 civil municipal de Bogotá, Juan Carlos Andrés Cerón. Pocos días después, el 25, tenía lugar el segundo matrimonio entre Zea y Castillo en Gachetá, localidad cercana a Bogotá, celebrada por el juez Julio González.
Ya en julio se había celebrado una primera unión entre dos hombres, pero entonces la jueza Carmen Lucía Rodríguez, aunque reconoció a los miembros de la pareja el estado civil de “casados”, evitó definir la unión celebrada como ”matrimonio”. Un cuarto juez, el 11 civil municipal de Cali, ordenaba también en julio a un notario celebrar una unión entre dos hombres regida “por la normatividad aplicable al matrimonio civil, tanto en sus derechos como en sus deberes, y en las demás prerrogativas que de él deriven”.
Los cuatro jueces, aunque de forma diversa, pretendían dar cumplimiento al mandato de la Corte Constitucional de Colombia, que en una histórica sentencia ratificó en 2011 que las parejas del mismo sexo constituyen familia y dio un plazo de dos años al Congreso para que legislara su reconocimiento con los mismos derechos que el matrimonio civil. Un plazo que venció el 20 de junio, después de que el intento de aprobar una ley de matrimonio igualitario fracasara en el Congreso, lo que generó una situación de incertidumbre jurídica aún no resuelta. La Unión Colegiada del Notariado de Colombia elaboró, para intentar responder a la exigencia del alto tribunal, un modelo de contrato denominado “formalización y solemnización del vínculo”, institución jurídica inexistente en las leyes de Colombia y que los colectivos LGTB rechazaron. Fue entonces cuando los jueces pasaron a ser la clave.
Desde la Procuradoría General de la Nación, sin embargo, Alejandro Ordoñez consiguió que otro juez, Eduardo Díaz, anulara el matrimonio celebrado el 20 de septiembre. Una anulación que ha sido recurrida. Ahora, sin embargo, la acción de tutela interpuesta contra el segundo matrimonio por la «Fundación Marido y Mujer», organización conservadora que ha ganado protagonismo en la lucha contra el matrimonio igualitario (y que todo apunta a que actúa de forma coordinada con la Procuradoría) ha sido desestimada por el juez de familia de Gachetá, al considerar que dicha Fundación no tiene interés legítimo en ningún matrimonio civil para exigir su anulación en un proceso jurídico. También en este caso la decisión será recurrida.
La Fundación Marido y Mujer no solo pretende acabar, por cierto, con el matrimonio igualitario. También intenta evitar que a las parejas del mismo sexo les sean reconocidos sus derechos de parentalidad. Para ello ha interpuesto recurso contra la solicitud de una pareja de lesbianas de Medellín que busca que le sea concedida a una de ellas la adopción de la hija biológica de la otra, concebida mediante un proceso de reproducción asistida.
Colombia Diversa: el matrimonio igualitario sigue vivo
Al hilo de lo sucedido en Gachetá, desde la organización Colombia Diversa se insiste precisamente en que ni mucho menos Alejandro Ordoñez tiene ganada la batalla. «El matrimonio igualitario no está derrotado en Colombia. Los jueces hacen honor a su independencia judicial: algunos toman la tesis de que la Sentencia C-577/2011 de la Corte Constitucional les faculta para realizar matrimonios, otros consideran que solo pueden hacer contratos innominados (aunque con los mismos derechos del matrimonio), unos jueces hacen matrimonio y otros en segunda instancia los ratifican o los anulan” , explica su directora, Marcela Sánchez.
Desde Colombia Diversa se insiste en aclarar que «las parejas del mismo sexo pueden seguir solicitando matrimonios ante los jueces, que en su independencia siguen realizando matrimonios o negando tutelas en contra de los mismos» pese a que la Procuraduría General de la Nación esté usando «toda su institucionalidad para perseguir las parejas». «Contrario a las afirmaciones de algunos medios, según las cuales el Procurador General de la Nación ha derrotado el matrimonio en igualitario en Colombia, Colombia Diversa aclara que los matrimonios se siguen celebrando, a pesar de la oposición, el enorme poder y recursos de este organismo y sus aliados, para detenerlo» , explican desde esta organización.
Desafío conservador a la Corte Constitucional
Mientras tanto, al mismo tiempo que tiene lugar la batalla jurídica, que probablemente acabe obligando a la Corte Constitucional de Colombia a pronunciarse en algún momento de una forma más explícita que como lo hizo en 2011, desde los sectores conservadores se ha desatado una segunda batalla política contra esta institución, que ya hace unas semanas se vio obligada a salir al paso de las acusaciones de Alejandro Ordoñez.
Ahora es la mencionada Fundación Marido y Mujer, junto a otra denominada «Pensamiento Juvenil», la que ha denunciado a los miembros de la Corte Constitucional de Colombia ante la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes de «usurpación de funciones» por fallar a favor de los derechos de las parejas del mismo sexo o del aborto en los casos de violación, malformación del feto o riesgo para la vida de la madre.
“La Corte Constitucional está utilizando vías de hecho, no vías en derecho y no parece ser la que defiende la Constitución sino la que la trilla, la divide y, como se dice en términos campesinos, la vuelve papilla. Ese tribunal más bien pareciese ser un activista del aborto, de los homosexuales y de postulados que la sociedad no acepta”, ha afirmado el presidente de la Fundación Marido y Mujer, el teólogo Javier Suárez. Habrá que ver hasta donde llega este desafío a la Corte Constitucional…
este sin sentido esta locura que se vive en mi querido país tiene una unida solución: que la Corte Suprema de Justicia se pronuncie de una vez ya sea a favor o en contra pero que se pronuncie YA!!
PD: la CSJ es la única institución que minimamente vale la pena y funciona en Colombia…
¡LA UNIÓN LEGAL DE LAS PAREJAS HOMOSEXUALES SÍ SE LLAMA MATRIMONIO!
Las palabras evolucionan y en la práctica no están sujetas a su raíz de origen, como la palabra “salario”, que literalmente significa “pago con sal”. A nadie se le paga con sal en la actualidad, pero el significado de la palabra evoluciono para referirse al pago con dinero o cualquier otra cosa de valor.
De la misma forma cambio el significado de la palabra “patrimonio”, que literalmente significa “lo recibido por línea paterna”. Esto se debe a que en el pasado los “únicos” que ganaban y manejaban los bienes eran los hombres, bienes que al morir lo dejaban a la próxima generación de sus familias. Pero las mujeres en la actualidad por si solas ganan y manejan sus bienes y también al morir lo dejan a sus familiares, y también a esto se le llaman patrimonio. Por lo tanto, los bienes que dejen una pareja de dos mujeres lesbianas como herencia a sus hijos ¡se le llaman PATRIMONIO!
Y ahora le toca a la palabra “matrimonio”, que literalmente significa “cuidado de la madre” (ella cuida) o “cuidar o proteger a la madre” (a ella la cuidan). Se refiere a lo que por tradición le tocaba solo a la mujer, que era criar a los hijos y garantizar que el padre cumpliera su deber de mantener económicamente a ella y sus hijos. Pero también eso ha cambiado, los hombres también se encargan de la crianza de los hijos y le están pidiendo a las mujeres que aporten económicamente al mantenimiento de la familia, y aun con estos cambios a su unión legal se le sigue llamando matrimonio. Por lo tanto, el compromiso legal que hagan una pareja de dos hombres gay, de que ambos cuidaran a sus hijos y que ambos aportaran económicamente al mantenimiento de la familia ¡se le llama MATRIMONIO!