De todo un poco

A pesar de que el verano parece ya lejano, no queremos olvidar una obra que nos dejó impactados. Los mariquitas somos muy graciosos, ocurrentes, nos pintamos y nos maquillamos y cantamos canciones picantonas. Pero si estás en Don Benito en los sesenta y tu padre es el comandante de la Guardia Civil y tú estás detrás del telón preparándote a actuar como La tigresa de Orcasitas y sabes que toda esa gente lo que quiere, después de reírse de ti, es partirte las piernas o meterte una porra por el culo, entonces deja de tener su gracia. Todo eso lo consigue en 15 minutos Marcelo Soto con su El teatro chino de Manolita Chen llega a Don Benito, que se representó en Microteatro en Madrid. Los dos actores, Amalia Hornero y Jose Antonio Moreno Delgado, están que se salen. Esperemos poder volver a verlo en alguna ocasión.

Salí de allí pensando que yo era de color y el resto de España en blanco y negro.

Media España ocupaba España entera
con la vulgaridad, con el desprecio
total de que es capaz, frente al vencido,
un intratable pueblo de cabreros.
(Gil de Biedma)
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Este pasado mes de octubre ha quedado constituida la Hermandad Poe, en la que participan dos habituales de estos desayunos, Nuria C. Botey (que además acaba de ganar el Premio Nocte en la categoría de Mejor Antología Nacional por Vosotros justificáis mi existencia) y Javier Quevedo Puchal: “La Hermandad Poe es un grupo de escritores y artistas plásticos de todo el país, que colaboran en proyectos comunes para dar otra vuelta de tuerca al cuento tradicional de horror y delirio. Surgió de una lectura dramatizada del poema El Cuervo y de una tertulia posterior en Halloween de 2012. La Hermandad está integrada por creadores diversos: algunos muy conocidos en sus campos artísticos junto otros más noveles pero de calidad demostrada.”. La primera antología (Anatomías secretas), que acaba de salir, girará en torno a la figura del licántropo.
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Sentíamos curiosidad por leer estas Nanas lésbicas (para conciliar el sueño) de Vivian A. Les, editado en Kira Edit. Un libro tremendamente caliente ahora que el winter is coming. Y con la crisis nada mejor para ahorrar en calefacción. Pero conciliar el sueño, lo que se dice conciliar el sueño, no sé yo… En cualquier caso el libro está muy bien escrito (llamando a las cosas por su nombre, sin petardadas) y cuenta la historia de Carla a través de múltiples aventuras sexuales con mujeres de un montón de países. Encuentros morbosos y reflexiones filosóficas: “a veces se preguntaba si el seguir cambiando de países y de compañeras no era sólo una forma de escaparse de sí misma”. Porque, pese a la apariencia, el personaje de Carla se va dibujando en cada uno de los encuentros sexuales y al final uno, con lo que se queda, es con la historia frágil, fragmentada y desdibujada de Carla, como si fuera una serie de fotografías inconexas que encontramos en un cajón y cuya historia deseamos reconstruir. Luego nos enteramos de que Vivian A. Les es el seudónimo de Silvia Cuevas-Morales, autora de Poliamora y una mujer que hace por la cultura en su perfil de Facebook más que todos los Ministerios de Cultura desde la Transición. La cultura como lucha. Y entonces se entiende todo.