La homofobia del autor de la novela original empaña el estreno de «El juego de Ender»

El 8 de noviembre se estrena en España El juego de Ender, una película de ciencia ficción que llega de Estados Unidos marcada por la polémica. Y es que el autor de la novela en la que está basada es un conocido homófobo, Orson Scott Card. Algunas voces desde el colectivo LGTB han hecho un llamamiento al boicot de la cinta, aunque su argumento sea ajeno a la homofobia de su autor. No todos están de acuerdo, sin embargo.

Orson Scott Card, de religión mormona, es rabiosamente homófobo, y no ha dudado en plasmar por escrito su oposición a la igualdad de derechos de las personas LGTB. Su homofobia viene ya de largo: en 1990 escribió que “las leyes contra el comportamiento homosexual deberían continuar en los libros (…) para ser aplicadas cuando sea necesario para mandar un mensaje claro, que no se puede permitir que aquellos que violan flagrantemente las normas de la sociedad sobre la conducta sexual sean considerados ciudadanos iguales y aceptados dentro de dicha sociedad”. Y en 2004 escribió un ensayo titulado ‘Matrimonio’ homosexual y civilización en el que retrató una siniestra «sociedad homosexual» basada en la seducción de “víctimas” inocentes, la violación y el abuso sexual. En 2008 abogó por el derrocamiento “por cualquier medio necesario” de aquel gobierno que introdujese la igualdad matrimonial. Y en 2009 se afilió a NOM (National Organization for Marriage), organización a la cabeza de la lucha contra la igualdad LGTB en los Estados Unidos.

Por las razones expuestas, no faltan los que desde el colectivo LGTB han pedido el boicot a El juego de Ender. Geeks OUT, un grupo de aficionados LGTB a la ciencia ficción, promovió hace unos meses una muy argumentada petición en ese sentido en la plataforma MoveOn.org, al que se han adherido más de 11.000 firmas. La petición llevó de hecho al estudio responsable de la cinta, Lionsgate, a expresar su apoyo a la causa LGTB, materializado en cintas como Dioses y monstruos o la más reciente Las ventajas de ser un marginado, y dejar claro que no comparte el punto de vista personal de Orson Scott Card sobre la materia. Lionsgate prometió incluso organizar una proyección de la película a beneficio de los derechos LGTB.

Orson Scott Card admitió la derrota de sus postulados

El propio Orson Scott Card emitió un comunicado en el que expresaba que su novela nada tiene que ver con «discusiones políticas que no existían cuando el libro fue escrito en 1984» y ya sea porque realmente lo piensa o como maniobra táctica admitía que tras la reciente decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos que anulaba la norma que impedía reconocer a la administración federal los matrimonios entre personas del mismo sexo, estos adquirían carta de naturaleza y la discusión pasaba ser solo un debate teórico. «Será interesante ver si los victoriosos proponentes del matrimonio gay demostrarán su tolerancia hacia aquellos que no estuvieron de acuerdo con ellos cuando el tema estaba aún en discusión», aseguraba.

El director muestra su desacuerdo con la homofobia de Card

La polémica, como era de esperar, ha estado presente en estos días ya cercanos al estreno. El director de la cinta, Gavin Hood, que ha estado en España promocionando la película (protagonizada por Asa Butterfield y Harrison Ford), se distanciaba de las opiniones de Card al ser preguntado sobre el tema.

“Te puedes imaginar lo que pienso de ello… cuando escuché sus comentarios homófobos estaba escribiendo el guión. Su libro es una novela sobra la compasión, ¿cómo puede ser tan intolerante con otro grupo de seres humanos? No lo entiendo, ¿qué le pasó? Ese día llegué a mi casa y le dije a mi esposa que a lo mejor tenía que dejar el proyecto, pero me encantaba el libro”, declaraba Hood a El Confidencial.

No todos defienden el boicot

También se han escuchado voces contrarias al boicot en el seno del colectivo LGTB. El conocido guionista abiertamente gay Dustin Lance Black, por ejemplo, cree que empeñar esfuerzos en castigar a una película elaborada «en un 99%» por unos trabajadores y una industria afines a los derechos LGTB es «un gasto inútil de nuestra energía colectiva».

La petición de boicot, de ser secundada, tendría en cualquier caso un efecto testimonial y no afectará al bolsillo de Card, ya que según TheWrap la venta de los derechos de la novela tuvo lugar hace diez años y su autor recibió por ellos una cantidad cerrada, no ligada a los posibles beneficios en taquilla que tuviera la película si finalmente se llegaba a rodar. The Wrap asegura que es mucho más lesivo para los intereses de Card no comprar su novela, un clásico de la ciencia-ficción que sigue siendo muy vendido.

No se trata en cualquier caso del primer boicot contra la homofobia de Orson Scott Card. En febrero nos hacíamos eco de otro, quizá con más sentido: el promovido a DC Comics, la editorial que publica las aventuras de Superman y que contrató al autor para que escribiese la primera entrega de su nueva edición digital. Miles de personas reaccionaron firmando una petición en AllOut.org (que sigue activa) que exigía a DC Comics que le despidiera, y varias tiendas anunciaron el boicot a la editorial. DC Comics se mantuvo firme, declarando que “las opiniones personales de los individuos asociados con DC Comics son solo eso, opiniones personales, y no las de la compañía”. El presidente de NOM, Brian Brown, también salió en defensa de Card describiendo los “ataques” contra el escritor como “antiamericanos”.

La polémica, de hecho, acabó por hacer que el dibujante Chris Sprouse abandonara el proyecto por no «encontrarse cómodo».