Respuesta a un padre que quiere cambiar la orientación sexual de su hijo
Amy Dickinson es una columnista que ofrece consejos sobre asuntos familiares y domésticos a los lectores de varios periódicos estadounidenses, entre los que se encuentran el Chicago Tribune o el Washington Post, en una sección titulada “Dear Amy”. Hace unos días dio respuesta a la consulta de un padre que se sentía “traicionado” porque su hijo es homosexual y no quiere dejar de serlo. Si la homofobia siempre provoca indignación, cuando anida dentro de la propia familia causa estupor. Y un infinito dolor en quienes la sufren. Amy Dickinson quiso utilizar como arma la ironía frente al fanatismo y la incomprensión, dejando, eso sí, las cosas meridianamente claras.
Esta fue la consulta:
Estimada Amy:
Recientemente he descubierto que mi hijo de diecisiete años es homosexual. Formamos parte de un grupo de la iglesia y temo que la gente de ese grupo se vaya a burlar de mí por tener un hijo gay.
Él no atiende a razones y no va a dejar de ser gay. Creo que lo hace por vengarse de mí porque me olvidé de su cumpleaños los últimos tres años. Tengo un horario de trabajo muy apretado.
Por favor, ayúdele a hacer lo correcto en la vida y que no sea gay. A mí no me quiere escuchar, pero puede que le escuche a usted.
Sintiéndome Traicionado.
Y la respuesta de Amy:
Estimado Traicionado:
Puede darle a su hijo una importante lección cambiando su propia sexualidad para enseñarle lo sencillo que es. Trate de hacer esto en el año entrante: deje de ser heterosexual para demostrarle a su hijo que la sexualidad de una persona se puede elegir, y que debe ser dictada por los padres, la iglesia de los padres y la presión social.
Supongo que mi sugerencia le provocará el sentimiento de que su sexualidad forma parte de lo que es usted esencialmente. Lo mismo le ocurre a su hijo. Él tiene derecho a ser aceptado por sus padres exactamente tal y como es.
Cuando usted “olvida” el cumpleaños de un niño, básicamente le está negando como persona. Le está diciendo que ha olvidado su presencia en el mundo. Es algo muy triste para él.
Presionar a su hijo para que cambie su sexualidad es un error. Si no puede aprender a aceptarle como lo que es, quizás sería mejor que viviera en otro lugar.
Un grupo que puede ayudarle a usted y a su familia a encaminar todo esto es Pflag.org. Es una organización que se creó para padres, familiares, amigos y aliados de las personas LGBT, y ha ayudado a muchas familias a superar este desafío. Por favor, busque y contacte con una delegación local.
Amo a Amy.
¡Bien dicho!
¡Zas, en toda la boca!
¡Zas, en toda la boca!
¡Zas, en toda la boca!
Mas claro el agua, no se me habia ocurrido el cambiar el padre de sexo para dar ejemplo a su hijo, Muy bien, le felicito a esta señora.
Los sentimientos no se pueden cambiar, lo k sentimos es lo k somos, y por mucha iglesia que se oponga a las personas homosexuales, no se les puede cambiar su afectividad.Así que mejor respetar a todas las personas sean de la orientación y afectividad sexual que sean.
SUBLIME!!!
Esta mujer debería venir a España a trabajar de jueza. O de Presidenta del Gobierno, ya puestos.