Suecia abre su primera residencia de mayores para personas LGTB
Residentes y personas que apoyan el proyecto Regnbågen («Arco Iris»), el primer centro para personas mayores LGTB de Suecia, celebraron este viernes la ceremonia oficial de apertura de la instalación, situada en la zona de Gärdet, en Estocolmo. Regnbågen es una asociación cooperativa de inquilinos para personas mayores de 55 años que ofrece 27 apartamentos ubicados en los tres niveles superiores de un edificio de ocho plantas. Con ello, se pretende dar respuesta a las necesidades de las personas mayores pertenecientes al colectivo LGTB, quienes son, junto a niños y jóvenes, las más vulnerables a la exclusión.
Cuarenta hombres y mujeres se han trasladado ya a las instalaciones, mientras que el resto de los 90 miembros de la asociación quedan a la espera. «Algunos de nuestros miembros son personas más jóvenes que están en la treintena y que ya planean el futuro haciendo cola para obtener una plaza», ha declarado Lars Mononen, de 64 años y que se unió a la asociación a principios de este año. Mononen ha explicado que Regnbågen pretende ser un lugar donde los miembros de la comunidad LGTB de la tercera edad se sientan cómodos en sus últimos años. «No tenemos hijos, en general, y muchos no estamos tan próximos a otros miembros de la familia, así que cuando dejamos de trabajar realmente echamos de menos esa interacción social», ha afirmado.
Aunque el proyecto arrancó hace más de una década, los planes para hacer realidad la instalación se retomaron en serio en 2009 y en ellos participaron representantes de Stockholms Äldreboende AB, encargada de la prestación de cuidados en un hogar de ancianos en la parte norte del centro de Estocolmo, y Micasa Fastigheter, que gestiona la propiedad de los hogares de ancianos de la capital sueca. Cuando se hizo evidente que había un gran interés entre los miembros de la comunidad LGTB de la ciudad por la creación de un centro para personas mayores, el proyecto cobró un impulso adicional.
«Buscamos crear un centro donde las personas LGTB puedan ‘hablar su propio idioma’ y se sientan seguros siendo como son», declaró el presidente de Renbågen, Christer Fällman, en 2009. Si bien la instalación responde de forma específica a las necesidades de las personas LGTB, el complejo está abierto a cualquier persona y aceptaría a residentes de todo el país. «No queremos que esto sea visto como un movimiento de vuelta al armario. Cualquier persona podrá vivir allí. Sería otra forma de integración», comentaba en aquel entonces Fällman. Lars Mononen, por su parte, reconoce que si bien Renbågen puede ser la primera residencia de ancianos gay-friendly de Suecia, probablemente no será la última. «Se que ya está buscando hacer algo similar en Gotemburgo”, ha asegurado.