Avances en las iglesias británicas: los metodistas valoran celebrar bodas religiosas entre personas del mismo sexo; los anglicanos, bendecir sus matrimonios civiles
Importantes movimientos en las iglesias británicas. La Iglesia Metodista ha iniciado una consulta entre todos sus fieles para cambiar la doctrina y celebrar bodas homosexuales. La Iglesia de Inglaterra, por su parte, sin llegar a la celebración de bodas, contempla en un informe la bendición de los matrimonios entre personas del mismo sexo contraídos por lo civil.
La Iglesia Metodista ha iniciado un proceso de consulta a gran escala entre sus fieles para aprobar los matrimonios litúrgicos entre personas del mismo sexo. Más de 5.000 congregaciones metodistas de toda Gran Bretaña están llamadas a participar. Los miembros de esta Iglesia tienen hasta febrero del año próximo para expresar su opinión sobre una futura actualización de la definición de matrimonio, considerado hoy un “don de Dios” y una “unión entre un hombre y una mujer para toda la vida en cuerpo, mente y espíritu”. Ello supondría un cambio muy importante en la doctrina de esta Iglesia, que se convertiría en la confesión cristiana de mayor tamaño en celebrar bodas entre personas del mismo sexo en Reino Unido. Generaría, esos sí, problemas en su relación con la Iglesia de Inglaterra: metodistas y anglicanos colaboran estrechamente, compartiendo incluso espacios para actividades y celebraciones. Podría llegar a darse la circunstancia de que un espacio de la Iglesia de Inglaterra fuese utilizado para una boda metodista entre dos personas del mismo sexo.
Ya anteriormente otras iglesias del Reino Unido, como los cuáqueros, los unitarios o la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, habían manifestado su voluntad de celebrar estos matrimonios, pero se trataba de iglesias relativamente pequeñas. Por su parte, la Iglesia católica y la Iglesia de Inglaterra han manifestado reiteradamente su oposición y han procurado no verse obligadas a celebrar matrimonios homosexuales a raíz de la aprobación del matrimonio igualitario en Reino Unido. Esta compleja postura de las diferentes iglesias hizo que el gobierno británico, dirigido por el conservador David Cameron, hiciera complejos encajes en la ley. Por una parte, se ha permitido que celebren bodas entre personas del mismo sexo a las iglesias que así lo aprueben y se ha permitido que las que se oponen no los celebren. Sin embargo, la opción ha quedado abierta a las iglesias como organizaciones, no a los clérigos tomados individualmente. Esto significa que ningún clérigo de una iglesia con postura contraria podrá celebrar una boda aunque quiera. De ahí la importancia que tendría un cambio colectivo en la doctrina del conjunto de la Iglesia Metodista británica.
Por otra parte, hay movimientos también en la Iglesia de Inglaterra, que está considerando la bendición de los matrimonios entre personas del mismo sexo, algo que por ejemplo ya hacen los episcopalianos (rama estadounidense de la comunión anglicana). Se trataría de bendecir los matrimonios civiles contraídos previamente, no de celebrar ellos mismos bodas entre personas del mismo sexo. En cualquier caso, esta reconsideración de la Iglesia de Inglaterra es signo de un proceso más amplio de reflexión para situarse a la altura de los tiempos. En este mismo proceso se encuentra el debate sobre la ordenación de mujeres como obispos, que el año pasado había sido paralizada. El informe favorable al cambio en la Iglesia de Inglaterra señala que “la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad está en tensión con las actitudes sociales contemporáneas, no sólo para cristianos gays y lesbianas sino para cristianos heterosexuales también”.
Los actuales debates en Gran Bretaña se enmarcan además dentro de un debate más amplio entre las principales denominaciones protestantes “clásicas” (es decir, las más directamente vinculadas a la Reforma y que se oponen a las iglesias “evangélicas”, mucho más recientes). En todas ellas se están dando pasos hacia la plena inclusión de las personas lgtb aunque el mayor avance se encuentra indudablemente en Escandinavia, donde por ejemplo la Iglesia luterana sueca aprobó en 2009 los matrimonios entre personas del mismo sexo en celebración litúrgica.