Andrea Quintero, mujer transexual asesinada en Roma, recibe funeral católico en la emblemática iglesia jesuita del Gesù

Una mujer transexual asesinada, la colombiana Andrea Quintero, recibió un funeral católico público en la iglesia del Gesù, el más emblemático templo de la Compañía de Jesús en Roma. Un funeral en el que algunos analistas han querido ver la traducción en un primer acto del cambio de tono de una parte de la jerarquía católica hacia las personas LGTB.

Andrea Quintero vivía en Roma. Había dejado Colombia cuatro años atrás buscando una sociedad más tolerante. Sin embargo, en Italia no encontró el país más abierto que buscaba. Es más, su situación empeoró. Vivía en la calle y dormía en la estación de Termini. Como ella misma explicó en una entrevista a Redattore Sociale, la parálisis de su brazo y su cojera eran secuelas de las frecuentes palizas que recibía. A pesar de ello, soñaba con un futuro mejor, «sueño con encontrarme con un chico que tenga dinero y me permita abandonar esta vida tan terrible».

Un día las palizas fueron demasiado lejos. El 29 de julio, el cuerpo de Andrea era hallado sin vida en el andén 10 de la estación Termini, muerte de la que nos hicimos eco en su momento. Durante meses su cadáver permaneció en la morgue sin que nadie lo reclamara. Finalmente, unos voluntarios de Cáritas creyeron que merecía un funeral católico. Según sus conocidos, Andrea era “un alma gentil y una católica devota”, por lo que era previsible que así lo hubiera querido. Tras diversas gestiones, los jesuitas, a través del centro Astalli, aceptaron realizar el funeral. En palabras de su director, Giovanni La Manna, no se trató solo de honrar a Andrea sino de enviar «una señal a toda la comunidad romana que está absorta ante tanta gente que afrontan la discriminación y que viven sus dificultades ante la indiferencia de nuestra ciudad«. Conviene recordar que los culpables de la muerte de Andrea no han sido identificados y que su crimen permanece impune.

La celebración del funeral ha llamado la atención por diversas razones. Tuvo lugar en el Gesù, el más emblemático templo de los jesuitas, y contó con la presencia del alcalde de Roma y de la ministra de Integración, Cecile Kyenge, de origen congoleño y primera ministra de color en el Gobierno italiano. También fue significativo que quien presidía la celebración se refiriera a Andrea en femenino, respetando escrupulosamente su identidad de género. Algo que hizo afirmar a Vladimir Luxuria, activista trans italiana, que “es como si la Iglesia católica dijera: ‘Los vemos de la misma forma en la que ustedes se sienten’” pues “hasta ese momento la Iglesia católica no nos había reconocido«.

Algunos analistas, de hecho, han querido ver en este funeral una señal más de que una parte de la Iglesia católica está asumiendo un cambio de actitud hacia las personas LGTB coincidente con el pontificado de Francisco. Es el caso del vaticanista John Allen, para el que «el funeral es expresión de la ‘Iglesia de Francisco’, por cuanto es un clásico gesto de misericordia con alguien que vivió y murió en los márgenes de la sociedad«. Claro que actitudes como las de un colegio católico de Málaga que se niega a respetar la identidad de género de una alumna transexual o la mínima censura que ha recibido el sacerdote Jesús Calvo tras sus terribles palabras sobre el cáncer de Pedro Zerolo, por nombrar solo dos hechos recientes, demuestran la persistencia de actitudes fuertemente homófobas y tránsfobas en otro sector de la jerarquía.

Os dejamos con el vídeo de la entrevista que le hicieron a Andrea poco antes de su muerte (en italiano). Sirva de homenaje a una de tantas víctimas de la transfobia.