Un estudio estadounidense muestra el alarmante uso de esteroides entre los adolescentes gays y bisexuales
Los adolescentes varones gays o bisexuales utilizan esteroides en mucha mayor proporción que los heterosexuales. Así lo muestra un preocupante estudio de salud pública llevado a cabo en Estados Unidos y dado a conocer el lunes pasado en la revista Pediatrics. Entre las causas se apunta a una mayor presión de los ideales de belleza masculina y la idea de que se evitaría el acoso escolar. El estudio insiste además en la necesidad de políticas específicas para los adolescentes LGTB.
De los sujetos entrevistados, un 21 % de los que se declaraban gays o bisexuales reconocía haber tomado esteroides alguna vez frente a un 4 % de los heterosexuales. La disparidad se repetía al preguntarles si habían tenido un consumo moderado (entendiendo por tal que hubieran tomado hasta 40 dosis de esteroides en pastillas o inyecciones). En este caso, un 8 % de los gays y bisexuales lo reconocía frente a un 2 % de los heterosexuales. Con todo, la mayor diferencia en porcentaje se dio entre quienes lo usan en gran cantidad (más de 40 veces): 4 % de chicos gays o bi frente a un 1 % de los heterosexuales.
El estudio se basa en el análisis de los datos recogidos a partir de sondeos del Gobierno de los Estados Unidos, realizados entre 2005 y 2007. Estos datos se corresponden con 12.750 adolescentes, de 16 años de media, de entre los cuales casi el 4 %, 635, eran gays o bisexuales.
Entre las razones para esta disparidad, se apunta a que entre adolescentes gays o bisexuales habría una mayor presión a causa de la imagen física. Detrás de esta motivación habría una combinación de varios factores. Según los autores, es posible que sientan más impulsados a cumplir con un “ideal” de belleza masculina, o a pensar que con ello podrían repeler la violencia del bullying homofóbico. Factores a los que posiblemente habría que añadir la baja autoestima que probablemente hay en los adolescentes LGTB y que fácilmente se expresa en una preocupación exagerada por cumplir con ciertos patrones físicos. Por todo ello, y según el doctor Rob Garofalo, jefe de Medicina Adolescente en el Hospital infantil Lurie de Chicago, la disparidad no es sorprendente, pero “sigue siendo impactante. Son proporciones dramáticamente altas”.
En cualquier caso, como bien señalan los autores del estudio, los datos son muy preocupantes. La diferencia en el uso de esteroides es calificada literalmente de “dramática”. Frente a ello, plantean la necesidad de que se realicen políticas de salud pública destinadas específicamente a este colectivo. Se trata, en definitiva, de una prueba más de que el colectivo LGTB adolescente merece una atención especial por parte de las políticas públicas, algo a lo que se oponen de forma persistente los grupos de poder conservadores. Estudios como este, u otros similares sobre suicidio o uso de drogas, remarcan la gravedad de estas posturas.
La obsesión por el culto al cuerpo y los gimnasios que tenemos en las sociedades actuales es lo que tiene.