Cuatro jóvenes condenados a latigazos por practicar la homosexualidad en Nigeria

Continúa el terror homófobo en Nigeria, dos meses después de que el presidente Goodluck Jonathan firmara la ley que agrava el tratamiento penal para todo aquello relacionado con la homosexualidad. Cuatro de los detenidos el pasado enero en la región de Bauchi, en el norte del país, recibieron 15 latigazos en público el pasado jueves y se enfrentan todavía al pago de una multa o un año de prisión por haber mantenido relaciones con personas de su mismo sexo.

Según la directora ejecutiva del Centro Internacional para la Salud Reproductiva y los Derechos Sexuales Dorothy Aken’Ova, los jóvenes de entre 20 y 22 años fueron condenados por un tribunal islámico (de acuerdo con la sharía vigente en los estados del norte de Nigeria) a recibir cada uno quince latigazos en público. A esta tortura y humillación se le sumará además un año de cárcel si no logran reunir una fianza de 20.000 naira (unos 88 euros).

La activista explicó que los condenados fueron forzados a prostrarse en el suelo para recibir los latigazos, y denuncia que las confesiones se obtuvieron bajo la violencia de la policía, que los habría golpeado. Las familias de los jóvenes habían renunciado a buscar asistencia legal y optaron por negociar directamente con el juez. La sentencia fue considerada “indulgente”, a pesar de su crueldad, porque los actos homosexuales habían ocurrido años atrás y los condenados habrían mostrado su arrepentimiento. La ley islámica aplicable en la zona contempla la pena de muerte por lapidación o inyección letal para gays y lesbianas.

Clima de fanatismo homófobo

Todo comenzó el pasado enero, cuando fue confirmada la detención de once hombres, diez de ellos de confesión islámica, acusados de practicar la homosexualidad. Estas detenciones no tendrían que ver con la nueva normativa, sino con las leyes que castigan la homosexualidad vigentes en Nigeria desde hace años. Sin embargo, es indudable que la nueva legislación ha creado un clima de fanatismo que ha impulsado la persecución de las personas LGTB. Prueba de ello es que, según un portavoz de la Comisión de la Sharia, el arresto de los acusados fue practicado por los propios ciudadanos de Bauchi, sin intervención policial.

Los once habrían confesado los hechos, se teme que bajo tortura, para posteriormente pasar a disposición del tribunal. El primero en ser condenado fue Mubarak Ibrahim, de 20 años, acusado de prácticas homosexuales llevadas a cabo hace siete años, cuando tan solo contaba trece años de edad. El hecho de que expresara ante el tribunal que desde entonces había cesado en estas prácticas ha sido decisivo para evitar la condena a muerte por lapidación. El juez lo condenó a recibir 20 latigazos y a un multa de unos 22 euros, sentencia que se ejecutó de inmediato y en público.

La audiencia para juzgar a los demás detenidos estaba prevista para el pasado 23 de enero, pero tuvo que ser interrumpida cuando solo tres de ellos habían prestado declaración, debido a una  turba de miles de personas armadas con piedras que se dirigió al tribunal exigiendo la ejecución inmediata de los procesados. Tras efectuar varios disparos al aire, la policía logró dispersar a la muchedumbre, mientras el juez dictaba la suspensión de la vista y los acusados eran conducidos de vuelta a sus celdas, donde permanecieron encerrados hasta esta semana, cuando se retomó el juicio y se dictó sentencia para cuatro de ellos.