El matrimonio igualitario vuelve al debate político en Irlanda del Norte, único territorio del Reino Unido que aún no lo ha aprobado
La Asamblea Legislativa de Irlanda del Norte debatirá el próximo 29 de abril una moción presentada por seis de sus miembros en favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, ya aprobado en el resto del Reino Unido. Aunque ya otras veces este órgano legislativo ha rechazado el matrimonio igualitario debido a la oposición de buena parte de los unionistas (lo que hace imposible su entrada en vigor debido al mecanismo de doble mayoría que lo rige) en esta ocasión el objetivo es conseguir al menos una mayoría simple de la cámara, lo que tendría un alto valor simbólico.
La última vez que la Asamblea Legislativa de Irlanda del Norte se pronunció sobre el tema fue hace un año, a iniciativa de los nacionalistas del Sinn Féin. De los 95 diputados que votaron entonces, 42 lo hicieron a favor y 53 en contra. Pocos meses antes el resultado había sido de 45 votos contra 50. En ambos casos, el apoyo al matrimonio igualitario procedió en su mayoría del bloque nacionalista, partidario de la unificación con la República de Irlanda, y de los pocos diputados «no alineados». La mayoría del bloque unionista votó en contra. El Partido Unionista Demócratico, principal partido unionista, se opuso frontalmente y además activó la cláusula que regula el funcionamiento de la Asamblea de Irlanda del Norte surgido de los acuerdos de paz de 1998 para temas sensibles (que puede ser activada por una minoría de 30 diputados). Ello obliga a que, independientemente del resultado global, para que una votación se considere positiva debe haber alcanzado la mayoría en cada uno de los dos bloques.
El resultado de las votaciones previas pone de manifiesto lo paradójico de la situación sociopolítica de Irlanda del Norte: mientras que los partidos nacionalistas, partidarios de que los condados retenidos bajo soberanía británica tras la independencia de la República de Irlanda se unan a esta -y representantes de una población mayoritariamente católica- se muestran a favor del matrimonio igualitario, mientras que los que defienden la continuidad de Irlanda del Norte en el Reino Unido -representantes de una población mayoritariamente no católica- se muestran en contra.
Los partidarios de la igualdad, sin embargo, no descansan, y volverán a dar la batalla. El objetivo en esta ocasión, una vez que ya se están celebrando matrimonios entre personas del mismo sexo en Inglaterra y Gales y que Escocia ha aprobado su ley, es que la resistencia unionista comience a dar muestras de debilitamiento y conseguir al menos una mayoría simple global favorable al matrimonio igualitario. La oposición de los 38 diputados del Partido Unionista Democrático se sigue dando por segura, pero el poder simbólico que tendría ese resultado es indudable, máxime si se tiene en cuenta que la lucha a favor de la igualdad también se desarrolla en los tribunales. Por lo pronto la Alta Corte de Belfast ya dictaminó en octubre de 2012 que la prohibición de adoptar conjuntamente a las parejas del mismo sexo vigente por aquel entonces en Irlanda del Norte era discriminatoria y violaba su derecho a formar una familia, sentencia que luego era confirmada por el Tribunal Supremo de Irlanda del Norte. Amnistía Internacional y grupos LGTB ya anunciaron entonces que se están preparando demandas ante los tribunales para reclamar el derecho de las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio.
Mientras tanto, como explicamos en noviembre, en la vecina República de Irlanda tendrá lugar en 2015 un referéndum de reforma de la Constitución de Irlanda para decidir si se incluye la autorización expresa del matrimonio igualitario.