Un estudio revela que el 60% de las personas LGTB ha vivido algún tipo de discriminación en el trabajo
La discriminación laboral y hostilidad que sufren muchas personas por razón de su orientación sexual o identidad de género sigue siendo un hecho. Así lo demuestra el último estudio internacional al respecto, que lleva por nombre Una cuestión de confianza: la visibilidad LGTB en el lugar de trabajo. En él, el investigador Ben Capell, de la ESADE Business School-Universitat Ramon Llull, en colaboración con Workplace Pride y la FELGTB, da pistas sobre cómo crear un ambiente de trabajo donde los empleados LGTB se sientan cómodos y puedan hacer visible su condición de gais, lesbianas, bisexuales o transexuales sin temor a posibles represalias. “El estudio tiene como objetivo ayudar a responder a esta pregunta investigando el papel que juega la confianza en la decisión de las empleadas y empleados LGBT para ser visibles en el trabajo”, asegura Capell.
Lo que está claro es que a pesar de los avances de los últimos años, la discriminación laboral sigue siendo uno de los grandes caballos de batalla del colectivo LGTB. De hecho, y según estimaciones, tanto en la Unión Europea y como en Estados Unidos más de la mitad de los empleados LGTB prefieren no revelar su orientación sexual o identidad de género en el trabajo. No en vano, el 60% de las personas participantes en el estudio declaran haber vivido algún tipo de discriminación u hostilidad LGTBfoba en el trabajo durante los últimos dos años.
Del estudio se desprende que las experiencias de discriminación u hostilidad vividas por estas personas se dan más de modo indirecto que directo. Así, la mayoría de los encuestados tuvieron incidentes en los que sus compañeros de trabajo hablaron del colectivo LGTB de manera negativa, más que experimentar discriminación de forma directa.
Por otro lado, la confianza que los empleados sienten hacia sus directivos y su empresa determina su voluntad de ser visibles en el trabajo más que otros factores investigados. A la luz de los datos, tanto las prácticas de los departamentos de Recursos Humanos como las políticas contra la discriminación por diversidad sexual y de género de las empresas sirven para que la gente se sienta cómoda al revelar su identidad LGTB. No obstante, este impacto solo se da cuando los empleados sienten que pueden confiar en que sus superiores les traten igual de bien una vez salgan del armario. Cuando los empleados perciben que en sus empresas no se toman en serio las políticas contra la discriminación de empleados LGTB, no se genera tal confianza y las políticas de gestión de la diversidad por los departamentos de Recursos Humanos tienen un impacto nulo.
Que las empresas tengan buenas políticas contra la discriminación se traduce en una mayor confianza en el entorno, lo que implica un aumento del compromiso y la motivación de los empleados. Por esa razón, y junto a los datos señalados, los responsables del estudio incluyen también una serie de recomendaciones sobre qué pueden hacer las empresas para fomentar esa confianza y promocionar entornos favorables a la visibilidad de sus empleados LGTB. En este sentido Ximo Cádiz, responsable de diversidad LGTB y ámbito laboral de la FELGTB, ha reclamado a las organizaciones de empresarios “que promocionen las políticas contra la discriminación por diversidad sexual y de género, por el bien de sus trabajadores y trabajadoras y porque eso contribuye a que las empresas sean más productivas y rentables”.
Que sigue existiendo discriminación en el trabajo, en los colegios y en cualquier ámbito público es evidente salvo para los propios heterosexuales, que generalmente se quieren convencer a sí mismos de que «eso del tema gay» ya es una cosa superada.
No ha habido ningún tipo de catarsis en el mundo occidental respecto a la persecución y discriminación hacia el colectivo LGTB.
Existe un cierto paralelismo entre los que u ndía en este país se acostaron fascistas y se levantaron demócratas y los heteros que se acostaron homófobos y al día siguiente se levantaron tolerantes y amigos de la muerte de los gays. No me lo trago ni con un garrafón de agua.
Se ignora por parte de todos los medios de comunicación los estudios, como este mismo o como el que hace unos meses realizó la comisión europea sobre la situación del colectivo en Europa, que se realizan respecto a la realidad gay; simplemente o no interesan o no se quiere asumir la homofobia de la propia sociedad. No se quieren abrir debates serios sobre la realidad social de nuestro clectivo, como sí se hace respecto a la discriminación de la mujer. No hemos llegado al punto de que la sociedad haga suyo el problema de la homofobia.
El mundo de la publicidad sigue siendo descaradamente heterocentrista, sin ofrecer ninguna alternativa que no sea el bonomio hombre-mujer , ya sea para usar condones, vender galletas o perfumes. Los concursos de TV siguen girando en torno al lo hetero (Mira quien baila llevó a 8 parejas y todas eran heteros), todo el mundo del entretenimiento sigue ignorando todo lo que no rezume heterosexualidd (salvo algunas comedias, donde nos dan el papel de los tontos floreros, casi siempre feos gordos y calvos), los guapos quedan reservados para los galanes que quieren conquistar a la dama de turno.
La expresión «a tomar por el culo» sigue siendo de las favoritas para menospreciar a alguien. Es cierto que en muchas ocasiones no se dice con fines homófobos, pero es obvio que su origen lo es. Nadie en su sano juicio le diría a una mujer » vete a tomar por el coño», sería una grosería indecente; sin embargo, mandar a tomar por el culo es, por lo visto, una expresión sin ninguna mala intención, y si te quejas, eres un victimista sin sentido del humor.
Bueno, por hoy ya me he desahogado lo suficiente.
Saludos
Bien, pues ahora imagina todo eso..pero en el caso de la transexualidad.Lugar de trabajo,comaperos jefes, relaciones sociales, medios de comunicación..no es que,como en el caso de la orientación sexual, se hayan acostado homófobos y se hayan levantado aliados..es que siguen siendo «fascistas», por seguir usando el ejemplo. De la intersexualidad genital ya ni hablo.
Es gracioso que si diga LGTB y luego hablar de «gays», pero bueno, supongo que es lo que ha llegado al «mainstream».
Saludos
Si Sandra, tienes razón, pero es que el colectivo LGTB es muy diverso y las problemáticas no son las mismas. Yo te puedo hablar como gay, pero no me cabe ninguna duda que los/as transexuales lo tienen mucho más difícil. Aunque en algunos países, como los países árabes, la transexualidad se tolera bajo ciertas condiciones, la homosexualidad en ningún caso.