Eurovisión 2014: la final

Y estas son las canciones que nos faltaba comentar, las que pasan directamente a la Final.

Alemania (Elaiza, Is It Right)
Depende del día, unas veces canta bien y otras fatal. Le damos el beneficio de la duda. La canción… en fin, al hoyo directa.
España (Ruth Lorenzo, Dancing in the rain)
A ver: hasta el segundo 0.40, desafina. Digáis lo que digáis. Pero luego mejora mucho. Si se queda entre el 8-12 (no nos extrañaría, visto el nivel) será éxito exclusivo de ella, porque la canción es pésima. Y se rumorea que por cada «Derrein» Dios mata a un koala monísimo.
Francia (Twin Twin, Moustache)
Sin que sirva de precedente, Francia me encanta, fan total. Desde 2008 con Sébastien Tellier no habían llevado nada decente (que se quedó el 19, por cierto). A ver este año. Un diez, indiscutible.

Italia (Emma Marrone, La mia città)
No la puedo soportar. El día que me guste algo así empezaré a pensar que soy lesbiana. Quizá guste en directo. Pesadísima como una digestión de corderazo en boda hetero.
Reino Unido (Molly, Children of the Universe)
Reino Unido que se queja mucho de que no gana, pero es que madredelamorhermoso.
Dinamarca (Basim, Cliché love song)
País anfitrión (gracias a esa canción que, por suerte, no hemos vuelto a oír hasta ahora). Cliche love song: efectivamente, el título no puede ser más explícito. Suena a plagio desde el segundo uno. Los bailarines molan.

Por si te lo perdiste, dejamos aquí los comentarios a las canciones que pasaron por las semifinales:
Primera Semifinal
Segunda Semifinal

Aunque las casas de apuestas daban por ganadora a Armenia (algo que se escapa a mi comprensión) este año no lo veo yo tan claro. Hay algunas canciones que nos gustan mucho: Azerbaiyán, Rusia o Montenegro (emocionante la voz del montenegrino, y las canciones de Azerbaiyán o Rusia son prácticamente perfectas) pero se estropean con puestas en escena absurdas y circenses que dan vergüenza ajena, como poco. Además, mandan un mensaje claro al espectador: ni ellos confían en sus canciones o en sus cantantes. Luego están las que dan buen rollo: Francia o Islandia. Y finalmente, un grupito de canciones muy bonitas que no necesitan chorradas para gustar: Países Bajos, Suecia, Suiza o Noruega (que estuvo espléndido en su semifinal).

Sabéis que siempre nos mojamos y vamos a elegir ganador. Este festival parece una frikada pero, aunque no lo creamos, hay mucho en juego. Mucha política, mucha sociología y mucho “tomar el pulso” a las corrientes de pensamiento. Y ya hay una ganadora moral: Austria. Conchita Wurst estuvo sobresaliente en la semifinal, nos hizo llorar de emoción. Conchita representa el triunfo de la civilización sobre la barbarie (y no pensemos en términos geográficos: es una lucha interna, cada país tiene la suya), el triunfo de los derechos y de las libertades individuales. Este año no hemos dudado nada porque con Conchita ganamos todas. Así que, ¡Rise Like a Phoenix y a por ellos, que son mucho más cobardes!

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