Italianas, casadas en España y con un hijo, pero su país no las reconoce e impide su libre circulación como familia en la Unión Europea
El colectivo Lambda ha dado a conocer el caso de Manila y Carola, dos ciudadanas italianas que tuvieron que venir a España para poder contraer matrimonio y formar una familia. Ya en Valencia, Manila y Carola se casaron y tuvieron un hijo, concebido gracias a las técnicas de reproducción asistida. Italia no reconoce sin embargo su situación, lo que las coloca a ellas y a su hijo en una situación de vulnerabilidad. Desde Lambda utilizan el ejemplo de esta familia para exigir de una vez a la Unión Europea que garantice la libertad de circulación de todas sus familias.
El hijo de Manila y Carola fue inscrito en el Registro Civil de Valencia como hijo de ambas, como corresponde según la ley española. Pero el niño tiene nacionalidad italiana, por ser hijo de dos ciudadanas italianas. Sin embargo la municipalidad de Roma denegó su registro como hijo de ambas madres y lo dejó desprovisto de documentación, lo que hizo que quedara en un absurdo limbo jurídico que le impedía por ejemplo viajar a Italia de forma legal. Ha tenido que pasar un año para que al fin el niño haya podido recibir la documentación que le acredita como ciudadano italiano, pero eso sí, figurando como hijo de madre soltera.
La historia pone de manifiesto hasta qué punto es necesario que la Unión Europea pase de las recomendaciones a los hechos y garantice de una vez la igualdad de todas las familias. Fue en diciembre de 2012 cuando el Parlamento Europeo aprobó un informe sobre derechos fundamentales en la Unión Europea que entre otros puntos instaba a los estados miembros a que en lo relativo a las parejas del mismo sexo reconocieran las normas adoptadas por otros estados miembros con efectos similares y recordaba su obligación de «aplicar en su totalidad la Directiva 2004/38/CE del Parlamento Europeo y del Consejo relativa al derecho de los ciudadanos de la Unión y de los miembros de sus familias a circular y residir libremente en el territorio de los Estados miembros, incluidas las parejas del mismo sexo y sus hijos». El informe también instaba a la Comisión Europea a presentar una propuesta para el reconocimiento mutuo pleno de los documentos acreditativos del estado civil en toda la Unión, incluyendo el reconocimiento jurídico de género, los matrimonios y las uniones de hecho registradas, «a fin de reducir las trabas administrativas y jurídicas discriminatorias a las que se enfrentan los ciudadanos a la hora de ejercer sus derechos a la libre circulación».
Más recientemente, en febrero de este año, el Parlamento Europeo aprobaba el conocido como «informe Lunacek», una propuesta de hoja de ruta contra la homofobia y la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género, que insistía de nuevo a la Comisión para que garantice la aplicación a las personas LGTBI de las directivas sobre el derecho de los ciudadanos europeos y de sus familias a circular y residir libremente en todo el territorio de la Unión, “con el fin de asegurar el respeto de todas las formas de familia legalmente reconocidas en los ordenamientos jurídicos nacionales de los Estados miembros”.
Recomendaciones del Parlamento Europeo que siguen sin cumplirse
Recomendaciones todas ellas muy positivas, pero que a día de hoy siguen sin cumplirse, lo que por ejemplo en Italia (país de origen de la familia a la que se refiere la noticia) obliga a las familias acudir a los tribunales para ver reconocidos derechos básicos. Hace pocas semanas, por ejemplo, un tribunal de Grosseto ordenaba inscribir en el registro civil de la ciudad el matrimonio de una pareja de gays italianos casada en Nueva York en 2012. La pareja debe todavía enfrentarse al recurso.
«Es imprescindible que la Unión Europea regule de manera contundente la discriminación que sufren las familias homoparentales”, ha reclamado Mar Ortega, coordinadora general de Lambda. “Las familias homoparentales europeas también queremos disfrutar de la libre circulación de personas aprobada con el acuerdo de Schengen y que se reconozcan nuestros derechos en cualquier país europeo, sin diferencias”, añadía por su parte Luisa Notario, coordinadora de su grupo de familias. Por lo pronto, habrá que esperar a que tengan lugar las próximas elecciones europeas y se constituya después una nueva Comisión.