El periódico más influyente de Jamaica aboga por el matrimonio igualitario y la derogación de las leyes homófobas
En un editorial fechado el pasado 5 de junio, el periódico The Jamaica Gleaner ha abogado por que el Gobierno del país caribeño modifique su normativa legal para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo y derogue las leyes que castigan la homosexualidad masculina. Un editorial sorprendente en un país que muchos consideran el más homófobo del continente americano, no tan solo por su legislación, sino porque el acoso, la persecución y la violencia contra las personas LGTB por parte de la población civil está, lamentablemente, a la orden del día.
El editorial de The Jamaica Gleaner analiza los fundamentos legales de la institución del matrimonio como un contrato establecido entre dos personas que acuerdan convivir y compartir sus bienes. Para el editorialista, que las parejas del mismo sexo estén excluidas de poder formalizar ese acuerdo es una flagrante discriminación cuyo motivo no es otro que la homofobia.
Para quienes consideran que el matrimonio igualitario socavaría los cimientos de la institución matrimonial, The Jamaica Gleaner ofrece datos fundamentados de que esa institución está en franco declive en el país. No solamente ha disminuído el número de matrimonios celebrados anualmente en Jamaica, sino que también se ha incrementado notablemente el número de divorcios. Según los datos censales, el 70 % de los jamaicanos mayores de 16 años (la edad a partir de la cual se puede contraer matrimonio) nunca se ha casado, y el 80 % de los niños nacen fuera de esta institución y, en su mayoría, ni siquiera tienen padres registrados en su partida de nacimiento.
El editorialista sostiene la idea de que la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo lo fortalecería en vez de debilitarlo. También cree que las confesiones religiosas, fuertemente opuestas a esa apertura, deberían aprender a convivir en una sociedad moralmente plural. El hecho de que se les permitiera rehusar celebrar este tipo de matrimonios bastaría para salvaguardar el derecho a la libertad religiosa.
Para The Jamaica Cleaner, la definición del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer recogida en la sección 18 de la Carta de Derechos y Libertades Fundamentales de Jamaica está basada en una profunda homofobia, la misma que sostiene aún las leyes contra la sodomía, que castigan la homosexualidad masculina con penas de hasta 14 años de prisión y trabajos forzados. Con esas leyes, afirma el editorial, “el Estado se otorga el papel de comisario de las preferencias sexuales e invade la privacidad de los dormitorios. Nada importa que ese poder apenas se utilice: su mera existencia es escalofriante”.
Las leyes contra la sodomía y el impedimento del matrimonio igualitario, concluye The Jamaica Cleaner, “representan un ataque al principio de igualdad de las personas; al derecho de las personas a forjar relaciones, especialmente cuando el ejercicio de esos derechos no afecta a los derechos de los demás; y a su derecho a la igualdad de protección bajo la ley. De hecho, la negación de estos derechos humanos es también un ataque a la dignidad de las personas a quienes se impide la expresión pública de la poderosa emoción humana del amor dentro de la santidad del matrimonio”.
Esta crítica de las leyes homófobas en el editorial de un periódico tan influyente ha sorprendido a los activistas LGTB, que ni siquiera se han planteado aún la lucha por el matrimonio igualitario. “Obviamente, los intelectuales jamaicanos están un paso por delante del movimiento LGTB”, afirmaba uno de ellos. La principal lucha legal del activismo LGTB en Jamaica se centra en la derogación de las leyes contra la sodomía, ahora en manos del Tribunal Supremo tras la denuncia presentada por Javed Jaghai como representante de la organización J-FLAG . Jaghai se enfrenta ante el alto tribunal a los líderes de las distintas confesiones cristianas, que se han presentado como defensores de las leyes homófobas.
Jamaica, el país más homófobo de América
La defensa de los derechos LGTB del editorial de The Jamaica Gleaner ha sorprendido dada la fuerte homofobia social dominante en Jamaica. Como ya comentábamos, las relaciones homosexuales masculinas están castigadas con penas de hasta 10 años de cárcel, y, aunque apenas se hace uso de esta legislación, el acoso, la violencia y el asesinato de personas LGTB están a la orden del día.
En dosmanzanas hemos recogido numerosos episodios. En diciembre de 2010 era asesinado un activista gay que, según informó entonces J-FLAG, había sido previamente amenazado, y en junio de 2012 eran asesinados otros dos hombres gais. A finales de ese mismo año, dos jóvenes descubiertos manteniendo relaciones sexuales en los baños de la Universidad Tecnológica de Jamaica caían en manos de una muchedumbre enfurecida y uno de ellos era golpeado brutalmente por los guardas de seguridad.
En septiembre de 2013, conocimos el caso de un joven que escapó milagrosamente de un linchamiento homófobo. Tan solo dos semanas más tarde, cuatro hombres homosexuales que compartían vivienda vieron cómo un grupo de agresores le prendían fuego. Esa misma casa había sido también el último lugar en el que vivió Dwayne Jones, una joven adolescente transgénero asesinada pocas semanas antes por una turba de personas que descubrieron su condición.
Esta terrible realidad ya ha sido denunciada por la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), que en un informe sobre la situación de los derechos humanos en Jamaica publicado en 2012 puso de manifiesto la vulnerabilidad de su colectivo LGTB. El informe (que se puede descargar en castellano aquí) dedicaba quince páginas a la discriminación basada en la orientación sexual e identidad de género (páginas 105 a 120). Como respuesta, el Gobierno de Jamaica anunció la aprobación de una normativa antidiscriminatoria contra las minorías que por el momento no se ha materializado. Precisamente la CIDH tiene pendiente de resolución la denuncia de un ciudadano jamaicano que obtuvo asilo político en Canadá debido a la persecución que sufría en su país debido a su orientación sexual.