Obama firma la orden que prohíbe a las empresas que trabajen para el Gobierno federal discriminar a personas LGTB
El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, ha firmado este lunes 21 de julio la esperada orden ejecutiva que prohibirá a todas aquellas empresas que tengan o que aspiren a firmar contratos con la administración federal discriminar a sus empleados por razones de orientación sexual o identidad de género. Como explicamos hace ahora un mes, cuando la Casa Blanca anticipó la noticia, la decisión no fue tomada hasta que no ha quedó meridianamente claro que la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, no validará la ENDA, el proyecto de ley contra la discriminación de personas homosexuales y transexuales que el Senado aprobó en noviembre.
Unos 14 millones de personas que trabajan para empresas dependientes del gobierno federal verán reforzada desde ahora su seguridad jurídica ante posibles acciones discriminatorias por razones de orientación sexual o identidad de género tras la entrada en vigor de la orden, que ha sido saludada por los activistas LGTB como un logro histórico. Dos circunstancias han merecido especiales alabanzas: por un lado, la administración Obama ha optado por modificar la anterior orden ejecutiva que prohibía la discriminación por raza, color, religión, sexo u origen nacional, firmada por Lyndon B. Johnson en 1965, para añadir «orientación sexual» e «identidad de género» en lugar de emitir una orden ejecutiva independiente. Como ha señalado en un comunicado la organización Human Rights Campaign, ello hace «virtualmente imposible» que una futura administración dé marcha atrás (resultaría obvia entonces la voluntad de discriminar expresamente a los trabajadores LGTB, lo que sería difícil de vender incluso para los republicanos). El segundo aspecto que ha merecido el elogio de los activistas LGTB es que no se hayan contemplado en este caso exenciones de tipo religioso como grupos conservadores habían pedido.
Este último aspecto cobra especial importancia pocas semanas después de conocerse una polémica sentencia del Tribunal Supremo que por 5 votos a 4 daba la razón a Hobby Lobby, una cadena de tiendas propiedad de un multimillonario evangélico que reclamaba su derecho a no costear una serie de tratamientos anticonceptivos como parte del seguro médico de sus trabajadoras, tal y como obligaba la reforma sanitaria de Obama. El Supremo falló a favor de Hobby Lobby, considerando que dicha obligación violaba la libertad religiosa de sus propietarios y que el Gobierno federal estaba obligado a buscar otra solución que permitiera a las empleadas de la empresa acceder a contraceptivos.
La sentencia sobre Hobby Lobby ha generado gran preocupación en los sectores más progresistas de la sociedad estadounidense, incluyendo los colectivos LGTB, al considerar que podría ser utilizada como precedente para justificar otro tipo de «exenciones religiosas» a leyes federales.
Una orden que palía el fracaso de la ENDA
Aún considerándose histórica, el hecho de que Obama haya retrasado la orden ejecutiva en espera de que el Congreso pudiera aprobar antes el más ambicioso proyecto de ley federal de no discriminación en el empleo (ENDA, Employment Non-Discrimination Act) y de que haya decidido firmarla en este momento no deja de ser la constatación de que una legislatura más la ENDA quedará sin aprobar.
La ENDA ha sido presentada ante el Congreso en más de una veintena de ocasiones desde 1994, sin que nunca haya prosperado. Ni siquiera en 2007, con un Congreso de mayoría demócrata, fue posible aprobarla (solo pasó el filtro de la Cámara de Representantes y ello a cambio de retirar del proyecto la protección a las personas transexuales). Los colectivos LGTB, sin embargo, no han dejado de considerarla una prioridad y exigirla como compromiso a todo político que quiera contar con su apoyo. Impulsar su aprobación era de hecho una de las promesa electorales del presidente Barack Obama.
El Senado, de mayoría demócrata, sí que dio su visto bueno a la ENDA en noviembre, logrando además el voto de diez senadores republicanos. Pero quedaba lo más difícil: que la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, la validase también. Ya entonces el speaker de la Cámara, John Boehner, expresaba su oposición frontal al proyecto. Y ello a pesar de que el proyecto aprobado por el Senado sí contemplaba significativas exenciones (solo era aplicable a empresas con 15 o más trabajadores y excluía a las organizaciones religiosas).
Y en efecto, el proyecto ha quedado en vía muerta y sin horizonte de que se discuta antes de las elecciones de noviembre de 2014. Es por eso que la Casa Blanca ha decidido por fin mover ficha y prohibir la discriminación laboral de homosexuales y transexuales allí donde tiene competencias para hacerlo: en la administración federal. Os dejamos con las imágenes del histórico momento, precedidas del discurso de Barack Obama:
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Flick
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