Un hombre es agredido en Noruega después de que le preguntaran si era gay

Agresión homófoba en Oslo, la capital noruega. Un hombre de nacionalidad estadounidense sufrió un ataque después de que le preguntaran si era gay y respondiera afirmativamente. por fortuna fue atendido con rapidez y el proceso judicial posterior ha sido ágil. Sin embargo, los efectos físicos y psicológicos quedan, lo mismo que queda manifiesto que la LGTBfobia sigue muy viva, incluso en lugares tan avanzados como Escandinavia.

Keith Brooks-Bekkestrom, estadounidense, fue abordado en un parque de la capital noruega por dos hombres que le preguntaron si era gay. Al responder que efectivamente lo era comenzaron a agredirle. Cuando él procedió a defenderse, un tercer hombre se le acercó por la espalda y le golpeó en la cabeza con una botella. Tras huir sus agresores, Keith fue atendido por un hombre que estaba con su familia en ese mismo parque. Le lavó las heridas y llamó a la policía.

Eso sí, donde la víctima sí se ha notado una gran diferencia con otros lugares es en el trato que ha recibido por parte de las autoridades noruegas. Como él mismo cuenta, tras el juicio, «la comparecencia de hoy en el juzgado ha ido increíblemente bien, sin contratiempo. Los tres hombres que me atacaron no estuvieron presentes y se me pidió que narrara el incidente a un fiscal, abogados defensores y jueces«.

Con todo, las secuelas son claras, «tuvieron que suturar una herida muy profunda y me duele la cabeza. Tuvieron que suturarme el ojo y tengo aún herida en el brazo«. También sufre efectos psicológicos. Keith visita Noruega con frecuencia desde hace años, ha aprendido el idioma, hecho amigos e incluso tenía planes de instalarse en el país escandinavo. Por el momento todo esto ha quedado afectado por el ataque. «Ya no me siento seguro aquí, llevará su tiempo«, ha explicado.

En definitiva, un recordatorio de que hasta las sociedades y legislaciones más avanzadas siguen viéndose amenazadas por el odio a la diferencia, como señala también Keith, «mucha gente percibe a Noruega o Escandinavia como lugares seguros para las personas LGTB pero esto muestra que la homofobia existe en todas partes y que aún hay mucho por hacer en todo el mundo«.