El asesino de dos jóvenes gays en Seattle dice que lo hizo como «venganza» por las acciones de Estados Unidos en Afganistán, Irak y Siria
Ali Muhammad Brown, de 29 años y con un amplio historial delictivo a sus espaldas, ha sido acusado del asesinato a sangre fría de Ahmed Said y Dwone Anderson-Young, dos jóvenes gays de Seattle, de 27 y 23 años, ocurrido el 1 de junio pasado. Brown, sobre el que pesan además otras dos muertes, ha reconocido los hechos y los ha justificado como una «forma de venganza» por la actuación de Estados Unidos en Afganistán, Irak y Siria.
Brown contactó con Ahmed Said a través de Grindr, una aplicación de contactos muy popular entre los gays de todo el mundo. Quedó con él y con Anderson-Young en un bar de ambiente, donde llegaron a tomar algo. Posteriormente los tres se subieron en el coche de Said para llevar a Anderson-Young a su casa. Al bajar del coche, Brown disparó a la cabeza a los dos jóvenes, en lo que la policía ha definido como una auténtica «ejecución» a sangre fría.
Ali Muhammad Brown ha sido acusado del asesinato de otras dos personas: el 27 de abril, en Skyway (también en el estado de Washington), habría disparado contra Leroy Henderson, de 30 años, cuando regresaba a su casa. Y el 25 de junio, después de huir a Nueva Jersey tras ser identificado y su fotografía difundida, disparó en West Orange al estudiante universitario de 19 años Brendan Tevlin cuando detuvo su coche en un semáforo. Esta último asesinato lo habría perpetrado en compañía de otros dos cómplices, junto a los que utilizó después el coche de la víctima. Las pruebas de balística fueron determinantes para relacionar las cuatro muertes.
Brown fue por fin detenido el 18 de julio, pero no ha sido hasta hace pocos días cuando ha trascendido que, según su confesión, cometió los asesinatos como un acto de venganza por las acciones de Estados Unidos en Afganistán, Irak y Siria. «Mi misión es entre yo y mi Señor (…) Mi misión es la venganza por las vidas, por los millones de vidas que se pierden cada día (…) Por todas las vidas que cada día se pierden por América, por este gobierno. Así que vida por vida», se habría justificado Brown, de religión musulmana, y que se vería a sí mismo como un yihadista. Brown asegura además que se ha preocupado de no causar víctimas entre mujeres, niños y personas mayores.
Sea por una motivación religiosa, sea por pura homofobia, lo cierto es que el asesinato de los dos jóvenes gays es, de los cuatro, el que claramente parece más planificado. Es por eso que se está investigando si Brown, que tiene a sus espaldas una amplio historial delictivo (incluyendo fraude y abusos sexuales a menores) podria haber cometido otros delitos homófobos. Brown podría enfrentarse por los asesinatos cometidos en Washington a la pena de muerte, aún vigente en ese estado (no así en Nueva Jersey). Se desconoce sin embargo dónde se le procesará primero y cuales serán exactamente los cargos.
¡Ay, el islam! ¡Ay, la puta religión! Semillero de odios y escusa fácil para causar dolor al prójimo. No hay barbaridad que no se haya cometido en el nombre de los diversos dioses que ha inventado la humanidad.