El Defensor del Pueblo de Bolivia pide a la Asamblea Legislativa el reconocimiento de las parejas del mismo sexo

El Defensor del Pueblo de Bolivia, Rolando Villena, ha pedido a la Asamblea Legislativa de ese país que incorpore en el nuevo Código de Familia una figura jurídica que reconozca las parejas del mismo sexo. “Tomando en cuenta el reconocimiento internacional de los derechos de la población GLBT y la prohibición a toda forma de discriminación, explícita en la Constitución Política del Estado, consideramos que  se debe incorporar en el Código una institución análoga al matrimonio o unión libre de hecho para personas de mismo sexo, regulando efectos legales, respecto a bienes gananciales; sucesiones; seguridad social a  corto y largo plazo; asistencia familiar; administración de bien y representación legal; extinción del vínculo y efectos,  además de otros relativos”, ha solicitado Villena.

La petición de Villena ha causado un gran revuelo, incluyendo una airada reacción de la Conferencia Episcopal de Bolivia. Es por eso que el Defensor del Pueblo ha querido aclarar que lo que ha pedido no es que se apruebe el matrimonio entre personas del mismo sexo (la Constitución de Bolivia define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer) sino que los legisladores hagan efectivo el artículo 62 de la Constitución que establece que “el Estado reconoce y protege a las familias como el núcleo fundamental de la sociedad, y garantizará las condiciones sociales y económicas necesarias para su desarrollo integral. Todos sus integrantes tienen igualdad de derechos, obligaciones y oportunidades”.

«Este artículo claramente habla de familia y no de matrimonio», ha explicado Villena. «Nuestra posición se limita a demandar que se cumpla el derecho a la conformación de familias sin discriminación y para ello, los legisladores tienen la obligación de plantear y diseñar una institución que cumpla con el derecho de las personas con diversidad sexual y orientación de género a no ser discriminadas en su decisión de construir familias, de modo que se respeten sus derechos y se regulen aspectos legales, respecto a bienes gananciales, sucesiones, seguridad social a corto y largo plazo, asistencia familiar, administración de bien y representación legal, extinción del vínculo y efectos, además de otros relativos», ha añadido.

Invitación a que la Cámara de Senadores mueva ficha

El Defensor del Pueblo de Bolivia, que ha mantenido reuniones con colectivos LGTB, considera que esta demanda «es jurídicamente correcta y tiene que ver con la vigencia de los derechos humanos», por lo cual ha decidido «apoyar plenamente su reivindicación y acompañar las gestiones que realizan ante la Asamblea Legislativa con este propósito».

Villena ha extendido además «una invitación cordial y respetuosa al Sr. Presidente de la Cámara de Senadores, don Eugenio Rojas, para que nos podamos reunir con la Comisión que en esa instancia está revisando la propuesta de Diputados, y realicemos conjuntamente un análisis jurídico y técnico desde la perspectiva de los derechos humanos que ambos, la Defensoría del Pueblo y la Asamblea Legislativa, hemos jurado defender».

Oposición frontal de la Iglesia católica

Como mencionábamos, la propuesta de Villena desencadenaba la inmediata reacción de la Conferencia Episcopal de Bolivia, a través de su secretario general, Eugenio Scarpellini. «Como Iglesia nos apartamos rotundamente de la postura del Defensor del Pueblo (…) Como Iglesia, juntamente a la visión y valores propios de nuestras culturas, aclaramos que el matrimonio y la familia resultan de la unión entre varón y mujer y no reconocemos ningún otro tipo de unión», declaraba Scarpellini, obispo de El Alto.

Declaraciones que por cierto provocaban el rechazo expreso del viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, para el que la Iglesia católica en Bolivia «no tiene ninguna moral para decir absolutamente nada; primero, tiene que democratizarse y ver su entorno machista para hablar de democracia e inclusión. El Papa es hombre, el obispo es hombre y el cura también”. «Hay que romper este tabú que viene desde la religión. Nos han hecho creer que solo hay hombres y mujeres, pero nuestras culturas dicen que siempre hubo el tercer sexo. La modernidad y la religión recién nos inculcaron el matrimonio hombre-mujer”, añadía Cárdenas, para el que la demanda de los colectivos LGTB bolivianos es justa.

Un Código de Familia que no contempla las parejas del mismo sexo

El posicionamiento de Villena y la reacción posterior han puesto sobre la mesa la precaria situación de las parejas del mismo en Bolivia, donde los anteriores intentos de aprobar una normativa de uniones han fracasado, y cuya Cámara de Diputados acaba de aprobar el nuevo proyecto de ley de Código de Familia, que regula las uniones de hecho de forma análoga al matrimonio civil pero solo cuando se dan entre un hombre y una mujer.

Un proyecto que cuenta con la oposición de los colectivos LGTB, que han solicitado que se corrija (ahora debe ser examinado por la Cámara de Senadores). «El proyecto del Código de Familias con la actual redacción, quebranta el derecho a formar una familia entre personas del mismo sexo en Bolivia, ya que en una acción totalmente discriminadora, su Art. 138 establece entre sus requisitos la ‘diferencia de sexo’, y en el Art. 140 cita en específico: ‘El Matrimonio y la Unión Libre son instituciones que dan lugar al vínculo jurídico, cuando es constituido entre una mujer y un hombre'», opina por ejemplo la organización ADESPROC Libertad GLBT. «Expresamos nuestro repudio enfático a esta manifestación de homofobia, discriminación y racismo, que no hace más que evidenciar las taras mentales que aún persisten en tiempos en que dichos atavismos deberían estar resueltos en un ambiente de respeto a la diferencia y sobre todo a las leyes que protegen a nuestra sociedad», han añadido desde este colectivo.

Confiemos en que las recomendaciones del Defensor del Pueblo y posicionamientos como los del viceministro de Descolonización puedan aún conseguir una rectificación de los legisladores bolivianos.