Los líderes más influyentes de las “terapias reparadoras” para homosexuales piden perdón y reconocen ahora que no funcionan

Durante décadas defendieron que la homosexualidad era un “desorden” o incluso una “enfermedad” que podía revertirse por medio de “terapias” como si se tratara de un problema alimentario o del sueño. Desde sus puestos de responsabilidad, fundaciones y empresas favorecieron que miles de personas LGTB, previo pago, acudieran a las consultas de supuestos profesionales, creyendo que saldrían de ellas convertidos en heterosexuales. Algunos de los responsables más conocidos se retractan ahora de sus acciones a través de una carta abierta, en la que reconocen que “no sólo estábamos profundamente involucrados en estos programas de ‘ex-gay’ sino que éramos los fundadores, los líderes y los promotores, […] por lo que pocas personas son más conscientes de la ineficacia y del daño de la terapia de conversión”.

En 2013, la organización Exodus International cesó sus actividades y el que hasta ese momento fuera su vicepresidente, Randy Thomas, se disculpaba “por mi participación inexperta en cuestiones de políticas públicas, poniendo mi ambición personal por encima de servir a la comunidad homosexual de forma auténtica, como un amigo cristiano”. Un año después, nueve líderes de distintas organizaciones internacionales, entre ellos varios responsables de Exodus International, han optado por una disculpa de similar calado que la de Thomas.

Los firmantes aseguran en su carta que “la terapia de conversión refuerza la homofobia internalizada, la ansiedad, la culpa y la depresión. Esto conduce al odio hacia uno mismo y al daño emocional y psicológico pues el cambio no sucede”. En este sentido, continúan, muchas de sus víctimas optarán por el suicidio “como resultado de su sentimiento de fracaso” razón por la que, ahora, “unidos en nuestra convicción de que la ‘terapia’ de conversión no es ‘terapia’” reconocen que “es ineficaz y perjudicial”.

La influencia de Richard Cohen en España

Los intentos de “curar” la homosexualidad no son solo algo que ocurra o que haya ocurrido en Estados Unidos o en otros países de África, Asia o América Latina. En España, algunos pseudo profesionales y centros, sobre todo vinculados directa o indirectamente a la Iglesia católica, dicen aplicar los métodos “reparadores” de Richard Cohen, un supuesto “psicoterapeuta” que carece de licencia para ejercer como tal en Estados Unidos y que fue expulsado de la Asociación Americana de Counseling por múltiples violaciones éticas. Sin ir más lejos, el obispado de Alcalá de Henares (encabezado por el homófobo Reig Pla) ofrece “terapias para revertir la orientación sexual”, a partir de las teorías de Cohen, que fueron denunciadas en 2012 en un reportaje televisivo.

Recordemos, no obstante, que hace solo unas pocas semanas el hotel Tryp Chamartín de Madrid canceló en su sede un seminario sobre la “cura de la homosexualidad” del polémico Cohen. Asimismo, unas semanas después, se inició una recogida de firmas en Change.org para que las librerías retirasen su último libro Hijos gay, padres heterosexuales. ¿Qué hacer? Un plan familiar, que pretende ser una guía para padres que prefieren para sus hijos gais una orientación heterosexual.

Proyecto Coraje

Dosmanzanas ha hablado con Àngel Llorent, una de las víctimas de estas supuestas “terapias reparadoras” en Barcelona. Llorent, que hoy en día es un activista LGTB convencido, optó hace años por acudir presencialmente a un psiquiatra de su ciudad en busca de ayuda, obteniendo algo totalmente diferente que le ha marcado en muchos aspectos. En la actualidad, dirige el Projecte Coratge en Cataluña (en castellano, Proyecto Coraje) que pretende ayudar a personas que han sufrido las consecuencias de alguna de estas dañinas “terapias”, como le ocurrió a él mismo. “La motivación para poner este Proyecto Coraje en marcha fue propia, ya que pensé que con lo que había sufrido no podía quedarme callado mientras otras personas seguían sufriendo”.

“Coordinamos a una serie de profesionales sensibles a nuestras ideas y sentimientos, a los que vamos derivando a cada víctima, en función de las distintas necesidades personales”, argumenta Llorent. El director de este proyecto explica que, aunque su ámbito de actuación se centra en Cataluña, están abiertos a ayudar a cualquier persona que haya sido víctima de estas “terapias”, con independencia de su lugar de origen o residencia.

Un amigo de Àngel Llorent, según explica, llegó a participar en una “terapia” de Exodus International, viajando a Estados Unidos, y se gastó más de 6.000 dólares. Por casos como este, que los líderes “ex gais” ahora pidan disculpas “es un buen primer paso que, sin embargo, debería ser independiente de su responsabilidad civil por todo el mal que han provocado, especialmente a las personas que se han suicidado o a aquellos que viven con traumas o secuelas, así como a sus familias y a sus respectivos enternos”, esgrime Llorent.

Pero desde el Proyecto Coraje se enfrentan a varias dificultades, muy especialmente desde la desaparición de la Coordinadora LGTB de Cataluña, que “nos ofrecía cobertura y nos permitía el uso de sus instalaciones”. En cualquier caso, gracias a su intervención y a sus acciones, la futura ley catalana contra la homofobia, paralizada por una maniobra del PP de Alicia Sánchez Camacho, incluye un apartado dedicado a las víctimas de supuestos tratamientos y “terapias” para dejar de ser homosexual.