Un periodista italiano y su pareja denuncian agresión homófoba en una playa menorquina
Federico Bitti, periodista del diario italiano La Repubblica, ha denunciado que tanto él como su pareja, Daniel Blasco, fueron objeto de un ataque homófobo en una playa de Menorca hace unos días. Según relata Bitti en un artículo escrito por él mismo y publicado en el diario El Mundo, Blasco y él se encontraban en una zona nudista cuando un hombre comenzó a increparles al sentirse molesto por la actitud de la pareja llegando, incluso, a amenazarlos con el palo de una sombrilla.
En el artículo publicado en la web del diario español, Bitti narra la agresión ocurrida en Menorca, un lugar que considera «joya de las Baleares y orgullo acogedor de una España que intenta olvidar la atmósfera deprimente de la crisis» pero en el que apunta que aún «hay tiempo para el odio«. Así, intenta dilucidar los motivos que pudieron llevar a una «bestia» a amenazar con golpearlos «vomitando su odio sin fin, buscando una provocación para seguir atacándonos«. Haciendo uso de la ironía, Bitti apunta que el agresor pudo querer molestarlos «quizás porque estábamos desnudos (en una playa nudista), tal vez porque somos autóctonos sólo a medias o puede que culpables de ser dos hombres claramente felices de la recíproca compañía«.
Según Bitti, el amigo del agresor intentó calmarlo y pidió perdón a la pareja gay «con una mirada«, mientras que la mujer de este mismo amigo optó por huir avergonzada de la playa «como un ladrón«, poco antes de que el resto de su familia hiciese lo propio.
Sin embargo, el sujeto homófobo decidió quedarse y «dos bellas mujeres salen en nuestra defensa gritándole ‘sinvergüenza’» sin contemplaciones. «Nosotros respondemos, firmes -paralizados más por la incredulidad que por el miedo- y sin ceder a sus provocaciones. Abandonado completamente por su familia (queda sólo el amigo que sigue intentando calmarlo) y rodeado por la desaprobación unánime, se larga gruñendo que a él de la playa no lo echa nadie«, señala Bitti.
Afortunadamente, la agresión no llegó a mayores y todo quedó en un gran susto. Bitti celebra la solidaridad de los testigos, ya que la mayor parte de los bañistas que presenciaron lo ocurrido manifestaron su repulsa hacia el agresor mientras este abandonaba el lugar rompiendo «en un enorme y espontáneo aplauso de apoyo, felices de que ese amasijo de intolerancia insensata dejase libre un espacio compartido hasta el momento con la más absoluta tranquilidad«.
Para el periodista transalpino, resulta sorprendente que algo así pueda suceder aún hoy «en la almodovariana post-zapateriana España» y lamenta la inexistencia de una ley contra la homofobia, «no tanto por lo que castigará sino para conseguir unir las voces de aquella playa y escuchar aún más fuerte aquel aplauso que en parte hoy nos ha salvado«.