Dos nuevos asesinatos de mujeres trans en Colombia y República Dominicana
Continúa la sangría tránsfoba en América Latina, un área del mundo en la que quizá más que en ninguna otra se evidencia cómo las personas transexuales constituyen sin lugar a dudas el grupo más vulnerable del colectivos LGTB. Si los asesinatos de hombres gays causan cada vez más repulsa social, los de personas transexuales, y muy especialmente los de mujeres que no encuentran otra salida que el trabajo sexual, pasan muchas veces desapercibidos.
Somos los primeros en dosmanzanas en reconocer y ser corresponsables de esta discriminación informativa. Es por eso que hoy queremos hacernos eco de dos terribles muertes ocurridas en Colombia y República Dominicana, respectivamente, que en esta ocasión han pasado el filtro de los medios locales y que vosotros mismos habéis puesto en nuestro conocimiento.
En Colombia, una mujer de 46 años, de nombre Marcela (aunque su identificación registral era Gabriel Mario Duque) murió a causa de las heridas recibidas en un barrio de Medellín por las pedradas que le lanzó un grupo de hombres, de los que poco se sabe aparte del color de la piel y de que uno de ellos vestía una camiseta morena.
Es bastante probable que Marcela, que al parecer era una conocida líder local del colectivo LGTB, fuera atacada por mera transfobia. Con ella iba un joven de 19 años (la fuente utilizada no específica nada sobre su identidad de género) que pudo escapar corriendo y avisar a un grupo de policías apostados a unas cuantas manzanas de distancia, que cuando llegaron al lugar donde Marcela yacía en el suelo no pudieron hacer nada por su vida.
En la República Dominicana, una joven de 27 años (que la fuente utilizada identifica como «un travestí de nombre Alexis») y que se dedicaba al trabajo sexual murió tras recibir una puñalada en un glúteo durante la celebración de las fiestas patronales de El Deán (provincia de Monte Plata). Las circunstancias que rodearon la puñalada son confusas, pero la joven llegó a acudir a un centro sanitario donde se le practicaron primeros auxilios y fue dada de alta. A la mañana siguiente su cuerpo fue encontrado sin vida en la habitación del «centro de diversión» Mambo Río. No queda claro si la muerte fue consecuencia directa de la herida, en cuyo caso es posible que la joven no recibiera la atención sanitaria que merecía.
La muerte de estas dos mujeres se une así a una larga lista de crímenes tránsfobos ocurridos en América Latina (el último de los asesinatos recogidos en dosmanzanas ocurría en Chile hace pocas semanas, pero se trata de un espanto global. Según datos recientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, solo entre octubre de 2013 y enero de 2014 al menos 58 mujeres trans fueron asesinadas en Argentina (2), Belice (1), Brasil (39), Chile (1), Colombia (2), Honduras (1), Jamaica (1), México (3), Perú (2), Estados Unidos (2), Uruguay (1) y Venezuela (3).
Distintos informes señalan también que al menos 58 hombres gays habrían sido asesinados en el mismo período en Brasil (50), Chile (3), Cuba (1), Honduras (1), México (2) y Perú (1), aunque no es descartable que algunas de estas víctimas reportadas como homosexuales fueran en realidad mujeres transgénero (sin contar con que en principio la población de hombres gays es mayor que la de mujeres transgénero).
Y en Brasil, asesinato de un joven gay de 18 años
Sin movernos de América Latina no podemos dejar de reseñar el asesinato de João Antônio Donati, un joven gay brasileño de 18 años cuyo cadáver fue encontrado hace varios días con señales de violencia en Inhumas (Estado de Goiás). La muerte de Donati ha tenido gran repercusión en redes sociales al difundirse la noticia de que le habían introducido papeles en la boca, en uno de los cuales podía leerse «Vamos a terminar con la plaga de los homosexuales». Incluso ha tenido lugar una campaña de repulsa en Brasil en la que jóvenes LGTB han posado con papeles en la boca en los que podían leerse #NãoVocêsNãoVão («No, no van a hacerlo») y #NaoSomosPraga («No somos plaga»). Una información que finalmente parece que no era cierta, lo que no impide que la muerte del muchacho sea en cualquier caso un crimen espantoso.
La muerte del adolescente quizá podría tener relación con la homofobia internalizada de su agresor, otro joven de 20 años que ya ha sido detenido y que ha confesado haberle matado tras una discusión que tuvo lugar tras mantener relaciones sexuales. El asesino ha contado a la policía que no conocía antes a la víctima y que pese a mantener con cierta frecuencia relaciones con otros hombres él «no es homosexual». Esperamos que la investigación policial aclare lo que realmente sucedió y que en cualquier caso la muerte del joven Donati y la reacción de solidaridad que ha despertado sirva para combatir la LGTB en un país como Brasil, que tanto lo necesita.
Lo siento pero me voy a poner absolutamente borde. El homicida no es homosexual, es una puta perraca en celo que sin gustarle los hombres no puede pasar de ellos.
Hasta la peineta ya, asume tus mierdas, compañero, como hacemos el resto de los mortales.
Creo que no necesitas usar insultos putófobos ni machistas para encontrar una palabra para definir al pedazo de escoria mierda seca del asesino.
Lo he dicho y siempre lo diré a no ser que algún día alguien me demuestre lo contrario.
Nuestros principales agresores, nuestra principal amenaza, nuestro principal peligro, son todas esas maricas reprimidas, acomplejadas, machistas, misoginas, armarizadas que no se aceptan a si mismas y lo pagan con nosotros.