Manuel Huertas (abogado penalista): “Prefiero que un político meta la pata a que ‘meta la mano’”
Con 39 años, el malagueño Manuel Huertas se ha convertido en uno de los letrados más conocidos del país. Aficionado a Twitter, le gusta disfrutar de su pareja, “que me ha hecho descubrir el senderismo y las rutas gastronómicas por los pueblos de la provincia”, viajar y echarse “una minisiesta” cuando puede. Dice que es “de los que se mete en todos los charcos”. Sobre el colectivo LGTB, “¡En mi casa no hay armarios!”.
Abogado penalista, tribunero, columnista, tertuliano radiofónico, bloguero…. ¿España va bien?
Y más cosas… Hijo, hermano, amigo, pareja, ciudadano… Todo me parece poco para alzar la voz contra una de las peores crisis, no ya económicas, sino incluso de valores, que está atravesando España en mucho tiempo, con el peligro que ello puede llegar a suponer.
Yo decidí no quedarme callado y mientras me lleguen las fuerzas voy a seguir dando la batalla, allá donde y como pueda. Me parecería una irresponsabilidad no dar un paso al frente y decir ‘no’ a esta degeneración democrática a la que estamos asistiendo. Como digo siempre, se lo debemos a la próxima generación.
España no va bien. Definitivamente no. Que no nos vendan la moto. A ver si se enteran de una vez, unos y otros, que los españoles no somos tontos.
Con tanto saqueo político al ciudadano, ¿no es el chollo del siglo XXI lo de ser abogado?
No, no lo es. Créame. Particularmente, he de reconocer que no me puedo quejar. Soy muy afortunado en los tiempos que corren. Pero la crisis nos ha golpeado a todos por igual, abogados y procuradores incluidos.
Para colmo, la Ley de Tasas Judiciales de Gallardón ha venido a poner la puntilla a la profesión. Si por un lado se cercena el acceso gratuito de los ciudadanos a la Justicia, como postula la Constitución, por otro ha encarecido los procedimientos judiciales en aquellas jurisdicciones en que éstas se aplican, de modo que el justiciable, ante su elevado coste, en muchas ocasiones desiste de la defensa de sus derechos, en beneficio de aquellos que sí hubieran podido pagarlas. Nuevamente se beneficia al más poderoso económicamente en perjuicio del ciudadano medio.
Si de verdad hubiese una decidida y valiente voluntad por parte de PSOE y PP de acabar con la corrupción en España, con una profunda reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para acelerar la resolución de los procedimientos judiciales penales, la dotación de medios suficientes a Juzgados y Tribunales, y una Fiscalía y un CGPJ totalmente independientes, amén de la eliminación del aforamiento de 10.000 cargos públicos, seguramente muchos abogados tendrían los despachos colapsados.
Bueno, quizás el mayor chollo no. Antes está el de ser político….
Político, para mí, es quien hace política. Y política puede hacerse desde el Congreso, el Senado, un ayuntamiento, o la asociación de vecinos de un barrio. No debería identificarse necesariamente al ‘político’ con el cargo institucional u orgánico en ningún partido. Política, al menos, en la noble acepción que siempre debió tener.
Cuando yo escribo una tribuna en un periódico hago política. Cuando usted vota, hace política. Cuando una madre de familia se implica en los problemas de su barrio y lucha por que su ayuntamiento coloque un parque infantil necesario, hace política. Para ello no hace falta estar sentado en un escaño o en un despacho oficial.
Otra cosa es que los ciudadanos nos hayamos desentendido de ‘la cosa pública’ y hayamos dejado que éstos monopolicen una función que nos corresponde a todos, por derecho, y por deber cívico. Quizás no son los corruptos los únicos responsables de esta situación si, imputados en las listas electorales vuelven a ser reelegidos en las urnas por los ciudadanos. Como bien dice Rosa Díez, “votar corruptos es indultarles”. Reflexionemos sobre ello.
Dicho lo anterior, rompo una lanza por todos aquellos concejales, diputados, parlamentarios y senadores, del partido que sean, que sí son honestos y están en esto por una auténtica vocación de servicio público, que los hay y los conozco. Y sé que les está costando dinero de su bolsillo, y tiempo de su familia y su negocio, trabajar por sus conciudadanos. Generalizar sin más, como siempre, y decir que ser político es un chollo, no me parecería justo.
¿Es un chollo ser un delincuente? No debería serlo, ni nosotros permitir que lo fuera. Y cada cuatro años votamos en España. Piense ahora por qué muchos de los que están en estos momentos en Soto del Real llevan tantos años disfrutando de ese ‘chollo’ del que me habla.
Dice Bárcenas que política y mafia son la misma cosa. ¿Por qué le cuesta tanto a los políticos españoles no caer en la tentación choricera?
Bárcenas no me parece ningún referente ético para hablar de política. Desde su celda en una cárcel, mejor haría centrándose en sus procedimientos judiciales en lugar de lanzar sentencias de este tipo. De paso, ya podría colaborar con la justicia y decir, de una vez, si tiene más cuentas secretas repartidas por el mundo.
En el caso que se demuestren las imputaciones que se le han hecho, Sr. Bárcenas, vergüenza debería darle decir eso. No creo que la madre de familia de la asociación de vecinos de barrio a que antes me refería sea una mafiosa. Ni creo que nunca llegue a serlo. Otra cuestión sería preguntarse por qué muchos se acercan a la política, y con qué intenciones.
¿Qué tal se le da lo de hacer de abogado del diablo?
Yo no tengo al diablo entre mis clientes.
“No hay ley sin agujero para quien sabe encontrarlo”, proverbio alemán. ¿Añadiría “Y si eres la hija de un rey, ni que buscarlo tienes”?
Las leyes no son perfectas, pues tampoco son perfectos quienes las hacen. Hay leyes mejores y peores. Pero no comparto lo de los ‘agujeros legales’, por mucho que digan los alemanes.
Una ley es una norma que contempla un supuesto en abstracto con una respuesta jurídica al mismo. Es imposible que esa norma contemple toda la casuística que a diario en miles de procedimientos en todos los juzgados de un país se planteen en una sala de vistas. La Ley no se aplica de forma automática como si fuere un programa informático. Existen en cada caso concreto, innumerables variables e imponderables de carácter humano que deben ser enjuiciados individualmente atendiendo a las concretísimas circunstancias del supuesto que se plantea al Juez.
Lo de ‘hecha la ley, hecha la trampa’, y éste sí es un proverbio de aquí, no es más que la incomprensión que a veces suscitan ciertas resoluciones judiciales que son precisamente las que son noticia en los medios por salirse de lo común. En muchos casos está justificado por las peculiaridades que se dan en el hecho y la persona que se ha enjuiciado. Y también muchas veces eso no sale en el titular.
Por otro lado, no olvide que estamos en un sistema jurídico garantista y que existen unas reglas del juego que todos, abogados, policía, jueces y fiscales debemos observar escrupulosamente.
¿La solución para evitar resoluciones que no nos han gustado a ninguno? Tan simple como hacer bien las cosas pues las normas procesales las conocemos todos y son muy claras. Y que nadie, insisto, nadie, piense que está por encima de la ley al hacer su trabajo. Y aquí me repito: abogados, policía, jueces y fiscales.
Las garantías procesales están para cumplirse. Tanto cuando ostentas una defensa como cuando ejerces la acusación. Son el pilar fundamental del estado de derecho que nos hemos dado y que, no lo olvidemos nunca, nos beneficia a todos. Son una conquista histórica que como letrado defiendo a diario con uñas y dientes en cualquier juicio.
¿Es de justicia tener un ministro como Gallardón?
Ni de justicia, ni de recibo. Mire, basta reproducir las palabras del presidente de la Audiencia Provincial de Málaga, Antonio Alcalá Navarro, hace ahora un año en que lo calificaba literalmente como “el peor ministro de Justicia que había conocido”. Las suscribo completamente. Más retrasos en los juicios, recortes asfixiantes de medios, volvemos al tema de las tasas judiciales; espérese a que entre en vigor, si lo hace, la nueva Ley de Demarcación y Planta Judicial, pregúntele además a los procuradores por su labor…
Y ya con lo de la reforma de la Ley del Aborto, y la nueva Ley de Seguridad Ciudadana se ha cubierto de gloria. Al final llevaban razón quienes veían ya al lobo bajo la piel de cordero.
Yo, personalmente, no me voy a resignar a esta vuelta atrás en derechos y libertades. Como ciudadano estoy dispuesto a dar batalla. Faltaría más.
Militó en el PSOE y dejó de hacerlo harto de defender lo indefendible, ¿le echó una bronca Rubalcaba?
Jajajaja. ¡No! Si me hubiera llamado, se la habría echado yo a él. A mí las broncas sólo me las echa mi madre. Y casi siempre con razón. Bueno, siempre. No la llamo tan a menudo como debería y menuda es Paqui Cantero para eso. Tengo que ponerle solución. Esas son las únicas broncas que me afectan.
Ahora va con UPyD, ¿es de los que ve la vida de color magenta?
Yo veo la vida del mismo color que la he visto siempre. Mi discurso político no ha variado un ápice desde que me afilié a UPyD. Nadie me lo ha pedido, y he sentido una absoluta libertad para ello. Es más, si acaso permítame la licencia de decir que me he vuelto más radical en ciertos aspectos. Entre otros, la crítica a la corrupción de que antes hablábamos.
Ahora, desde la formación magenta, puedo hacerlo con absoluta coherencia y sin que nadie me eche nada en cara. No he cambiado de ideas políticas. He cambiado de siglas. Me equivoqué de partido; eso sí. Rectificar es de sabios.
De UPyD, ¿qué le seduce más, el afán de protagonismo de Rosa Díez o la incontinencia verbal de Toni Cantó?
Rosa Díez no tiene ese afán. Es protagonista por sí misma. Cofundadora del partido y portavoz del mismo en el Congreso. Indudablemente la cara más conocida y reconocible de UPyD y en todas las encuestas la política más valorada por los españoles.
UPyD tiene además otras voces muy valiosas y de gran peso. Si se le diera el mismo espacio en los medios que a otras formaciones políticas (y es claro que no se hace), a buen seguro muchos más españoles podrían conocer la magnífica labor que están haciendo Gorka Maneiro, Carlos Martínez Gorriarán, Irene Lozano, Beatriz Becerra, Martín de La Herrán, Maite Pagazaurtundúa, Álvaro Anchuelo, Ignacio Prendes y tantísimos otros.
También me pregunta por Toni Cantó. Discrepo con usted. ¿Ha visto alguna de sus intervenciones en el Congreso de los Diputados o en alguna comisión parlamentaria? Écheles un vistazo. Están en YouTube. Magníficas. ¿Errores? ¿Quién no se ha equivocado nunca? Yo mismo lo hago a diario. Lo importante es reconocerlo y rectificar. Eso es noble. De todas formas, le digo que prefiero que un político meta la pata, en lugar de que ‘meta la mano’.
Y la coleta de Pablo Iglesias, ¿no le pone ni un poquito?
No. Ni un poquito.
Parece el hombre que cualquier madre querría por yerno. Alguna perversión tendrá…
¿Está seguro de lo que dice? Me preocupa.
Los hombres que cualquier madre querrían por yerno suelen ser los más aburridos. Me lo tengo que hacer mirar.
¿Alguna perversión? No me gusta nada esa palabra. Yo no tengo perversiones. Vicios confesables, sí. Los macarrones al horno que hace mi pareja y los huevos rotos con jamón que ponen en el restaurante de debajo de mi casa. Soy de buen comer. ¡Ah! Y las corbatas. ¡Ya no sé dónde guardar tantas!
Ahora que Málaga cuenta con metro, solo nos queda construir una réplica de la Giralda sevillana, ¿no?
No veo la relación. Construyamos pues también una réplica de la Sagrada Familia, una Puerta de Alcalá, un Empire State o un Big Ben. El Metro ha llegado a Málaga. Para eso no hemos tenido que mirar a Sevilla ni a ningún otro sitio. ¿De dónde salió esa idea de comparar y enfrentar siempre ambas ciudades sino de intereses políticos localistas? Málaga tiene la suficiente personalidad como para no mirarse en ningún espejo, sea Sevilla, Guadalajara, Hanoi o Ulan Bator.
Que los complejos de inferioridad de algunos políticos no nos arrastren a los malagueños. Nosotros sabemos lo que somos, quiénes somos, y lo que valemos. Por nosotros mismos. Sin compararnos con nadie.
Según una senadora del PP por Ceuta, la culpa de la deuda pública la tienen las subvenciones otorgadas por Zapatero a homosexuales, ¿cree que el PP dejó de invertir en I+D porque ellos son la excelencia científica?
¿Cree que tonterías como ésta, de esta señora, merecen se le dé el más mínimo pábulo? Ser senador no da necesariamente vitola de inteligencia. Y en cuestiones relacionadas con el colectivo LGTBI, el Partido Popular no se caracteriza precisamente por ello.
¿Lo de la inversión en I+D?, ¿y en dependencia?, ¿y en comedores escolares?, ¿y en sanidad?, ¿y en educación pública?, ¿y en justicia? Nadie está libre de decir una sandez, pero con un micrófono delante, señora, piense usted dos veces antes de hablar.
¿Lo de abstenerse o votar a favor del convenio de adopción con Rusia que discrimina a las parejas homosexuales es tan gayfriendly como decir que uno no es homófobo pero que no toleraría tener un hijo gay?
Yo también critiqué duramente la firma de ese convenio y el plegamiento a las imposiciones y condiciones homófobas de Putin.
Siendo homosexual, me sentí traicionado como ciudadano español cuando mi gobierno firmó un tratado internacional con un tercer país importando prácticas discriminatorias que aquí habíamos logrado vencer y que no se defendiera la igualdad de todos los españoles en el ejercicio de sus derechos con independencia de su condición sexual, incluido el de adoptar. Quede claro que yo, a título particular, hablando en mi propio nombre y no en el de nadie, ni por supuesto en el del partido, habría votado en contra.