Un joven galés pierde la visión en un ojo tras un ataque homófobo
Tyler Maddick, un joven fotógrafo de 20 años, ha perdido la visión en un ojo (ya previamente dañado) después de que le arrojaran gasolina a la cara en lo que parece ser un claro ataque homófobo. La agresión ocurrió el pasado jueves por la noche en Swansea (Gales), cuando Maddick volvía a su casa desde el centro de la ciudad.
Maddick caminaba tranquilamente cuando un vehículo se le acercó. El joven pudo escuchar entonces como le gritaban «maricón» instantes antes de que le arrojaran gasolina a la cara. Maddick, que al principio creyó que se trataba de agua («olí a gasolina, pero en ese momento pensé que el olor procedía del coche») se alejó corriendo sin poder avisar a nadie, ya que su teléfono móvil se había quedado sin batería. Cuando llegó a su casa y se lavó comenzó a sentir un fuerte escozor en el ojo izquierdo, en el que ya sufría una pérdida visual de cerca del 90 % debido a una infección que sufrió hace cuatro años. No fue sin embargo hasta el día siguiente, al examinarle en el hospital, cuando fue consciente de que había perdido la poca visión que le quedaba en ese ojo.
El joven está seguro de que fue agredido debido a su orientación sexual. «En mi caso es muy obvio, supongo que por eso me eligieron», ha declarado. Sospecha además que el ataque pudo estar relacionado con otro incidente ocurrido dos o tres horas antes, cuando alguien a quien no pudieron identificar arrojó agua contra él y contra una amiga transexual que le acompañaba en ese momento por la calle.
Maddick, fotógrafo de profesión, se acababa de mudar a Swansea, donde ya vivió durante su infancia y parte de su adolescencia, pocos días antes del ataque. «Nunca pensé que algo así pudiera pasarme a mí», expresa. «En realidad me siento más enfadado que otra cosa. Soy una persona fuerte, y al fin y al cabo el daño que me han hecho no es muy grande. Es el hecho de que si han venido a por mi pueden ir a por cualquier otro», afirma el joven, que por otra parte se siente reconfortado por las muestras de afecto y solidaridad que ha recibido estos últimos días.
«Es horrible», ha expresado por su parte Andrew Davies, de la organización LGBT Unity Project Wales, que considera «inusual» un ataque así. Se da la circunstancia que en los últimos tiempos han aumentado las denuncias de agresiones homófobas en Gales, aunque Davies estima que más que un aumento real del número total lo que hay es una mayor proporción de agresiones denunciadas, en parte gracias a una mejor relación entre la comunidad LGTB y la policía galesa.
Nuestra más grande indignación y repudio a este acto de barbarie homofóbica, pero esto es solo una muestra más de que en Europa, Rusia, EE.UU., el Africa, Sudamérica y el Caribe existe una bien planificada campaña de odio anti-gay en los medios de comunicación, que envenena a sus poblaciones para buscar un chivo expiatorio y desviar el descontento popular ante la crisis económica.