El Parlamento de Estonia aprueba una ley que permitirá uniones del mismo sexo
Buenas noticias desde Tallin. La cámara legislativa de Estonia (el Riigikogu) ha dado luz verde a la ley de uniones civiles, abierta tanto a parejas heterosexuales como homosexuales. Aunque la votación ha sido aprobada por un estrecho margen de 40 votos a favor y 38 en contra, Estonia se convierte en el primer país ex soviético en sacar adelante una legislación inclusiva. El texto ha contado con un largo recorrido hasta su aprobación definitiva. Dosmanzanas se hacía eco en 2012 de la redacción del proyecto de ley de uniones civiles, por parte del Ministerio de Justicia, y el pasado mes de abril informábamos de que los grupos parlamentarios estaban trabajando en el borrador de la ley, que finalmente acaba de aprobarse. No obstante, no entrará en vigor hasta el 1 de enero de 2016.
La Asociación Estonia LGTB ha dejado claro su mensaje al afirmar que el país “ha hecho historia”. En la misma línea se expresaba el reformista Imre Sooäär, uno de los diputados impulsores de la nueva ley, quien ha expresado que “es un paso más hacia una sociedad más tolerante y socialmente inclusiva. Estoy muy agradecido a mis colegas que apoyaron el proyecto de ley como estadistas reales, a pesar de la fuerte oposición, ya que han apostado por la democracia y por los derechos humanos, incluso bajo una gran presión”.
El partido ultraconservador Unión Pro Patria y Res Pública (en sus siglas originales IRL) ha supuesto una de las voces políticas más críticas con la ley de uniones civiles estonia. Con un discurso similar al de organizaciones y formaciones derechistas de otros países de Europa, en los que se han debatido y aprobado textos legales de similar calado igualitario, los representantes de IRL alegan que esta ley perjudica a la familia tradicional como institución. “Este no es un proyecto de ley que regule la relación entre dos adultos humanos. Este proyecto busca redefinir nuestra cultura definida durante cientos de años”, decía el conservador Priit Sibul. Este diputado de 36 años, perteneciente al IRL, añadía que esta ley “desdibuja mi ideal de la familia, que todavía está bajo la protección de la Constitución”.
Sin embargo, no han tardado en sucederse los apoyos por parte de activistas de los derechos LGTB y figuras de la cultura. Uno de ellos ha sido el cineasta Peeter Rebane (afincado en Londres) que mostraba abiertamente su satisfacción en tanto que “esta ley garantiza a las parejas del mismo sexo los derechos fundamentales que las llamadas parejas tradicionales dan por sentado: el derecho de constituir una familia con la persona amada, criar a los hijos, y disfrutar de los mismos beneficios financieros que las parejas casadas”.
Nuevos modelos familiares
El censo estonio de 2011 arrojaba unos datos que motivaron a los diputados del Riigikogu a retomar el debate sobre la ley de parejas de hecho: cerca del 16 % de los mayores de 15 años (homosexuales y heterosexuales) conviven sin formalizar su relación mediante el matrimonio. Eso sí, si por los derechistas de Unión Pro Patria y Res Pública fuera, la ley sería solo de aplicación a las parejas heterosexuales.
Por su parte, Kari Kasper, director del Centro de Derechos Humanos de Estonia, ha resaltado que el debate social sobre ley de uniones civiles no solo es bueno para este país sino que podría influir positivamente en otros estados próximos: “Estonia ha dado un salto hacia una sociedad más libre, más igualitaria y valora los derechos humanos para todos. Las miles de personas que a su manera valiente hablaban y tomaron partido por los derechos humanos y la igualdad son una inspiración no solo para Estonia, sino para otros pueblos y estados de la región”.
En definitiva, esta ley de uniones civiles ha representado un primer paso hacia el reconocimiento de derechos del colectivo LGTB en Estonia, una nación que bascula entre sus vínculos culturales y lingüísticos con Finlandia (un país relativamente avanzado en materia LGTB) y la relación con otros países de su entorno, como Rusia, Letonia o Lituania, que cuentan con leyes excluyentes y homófobas.