Lejos de la montaña. Desayunamos con Eduardo Nabal
Eduardo Nabal (Burgos 1970) es crítico y escritor sobre cine y literatura. Con motivo de la publicación en papel del ensayo Lejos de la montaña. Cine europeo y mediterráneo desde una perspectiva de género (ed. United PC, Mallorca 2014) hemos tenido con él una conversación que les transmitimos.
¿Lejos de la montaña? ¿o no tan lejos?
No tan lejos. Es un guiño a los admiradores de «Brokeback mountain». Pero es que en muchas de estas películas salen playas y playas.
Dice usted “pero reflexionar sobre el cine y las cuestiones de género, en especial las que hacen referencia a las minorías sexuales, sigue causando cierta prevención cuando no, en ciertos círculos afortunadamente cada vez menos numerosos, abierta precaución”. ¿Qué podemos hacer como espectadores, como críticos, como cineastas?
Bueno. Lo primero quita el usted. A lo mejor te suena algo borde o incluso border-line. Pero recuerdo en el programa de Garci que se hablaba de la belleza de las actrices más que de las películas. Nosotros siempre hablamos “solo” de las películas, ¿por qué no hablar de la belleza de los actores además de otras cuestiones? El que se moleste se fastidie. Mira más en serio hacer crítica de cine feminista es un problema aún, hablar de asuntos LGTB conlleva un estigma. Pero hay que acabar con eso. Aunque analizamos las películas ¿por qué no decir que nos enamoramos del cine con los ojos azules de Paul Newman en “La gata sobre el tejado de zinc”?. También hay subtextos que se escapan al espectador porque está heterodoctrinado. El otro día me pregunto un chico ¿pero Almodóvar es gay? Le miré y pensé ¿de qué árbol bíblico se ha caído? El que haya gays y mujeres en una revista no es garantía, a priori, de mucho. Necesitamos incorporar cuestiones propias o importadas pero que suenen a que tenemos ya nuestras herramientas de análisis.
En el libro analizas minuciosamente la filmografía de autores que, en principio, parecen bastante dispares ¿crees que la geografía, la cultura mediterránea, les ha marcado de alguna manera?
Sí y no. Algunos han emigrado y por tanto se produce cierta hibridación. O gente como Remi Lange o André Techine miran hacia la otra orilla, la inmigración, el sexismo. Son diferentes unos países de otros pero siempre se pueden encontrar puntos de unión sin que pierdan sus señas de identidad. Por ejemplo, aunque no tienen nada que ver (en ningún sentido) hay algo que une a la catalana Balletbó Coll con la francesa Bruni-Tedeshi, saben reírse de sí mismas y de su cultura o nación.
¿No tienes la sensación de que François Ozon aún no ha dirigido su película definitiva, alguna a la altura de su cortometraje «Une robe d’été»?
Me pones en un compromiso porque son dos formas de contar diferentes. “Une robe de été” es luminosa y desenfadada, está más cerca de otros cortos suyos. Bueno habrá unos que te digan que su favorita es un musical como “Potiche” y otros que lloraron mucho con “Bajo la arena” o “El tiempo que queda”. Supongo que la crítica con mayúsculas te dirá que su obra maestra es “Dans la maison” pero mi favorita sigue siendo “Los amantes criminales”, es absolutamente incorrecta y amoral.
¿Por qué decidiste incluir a André Techiné? ¿No queda un poco lejano del resto, a nivel generacional?
Bueno Téchiné sigue haciendo cine como si tuviera veinte años. Su estilo se ha depurado pero muestra con naturalidad los problemas de los jóvenes de hoy en películas como “Los testigos” o “La chica del tren”. Creo que rompió algunos tabúes sobre la raza o el género en su momento en Francia, aunque efectivamente es de otra generación.
¿De qué manera se diferencian, si es que se diferencian, las mujeres directoras de sus colegas masculinos?
En principio tendrían que diferenciarse cada vez menos. Pero depende de cada directora. Hay quien te dirá que les costó más llegar a hacer su primera película otras que no. Es posible que solo una mujer pudiera haber realizado “Caramel”, ojalá cada vez se confunda todo más. En los países árabes se nota algo más la diferencia porque quitando Amos Gitai son ellas las que abordan, sobre todo, la situación de las mujeres, de una u otra orientación sexual.
El entrevistador tiene una relación de amor/odio con Ozpetek que no acaba de comprender. ¿No le pasa un poco a este director lo mismo que a Almodóvar, que es capaz de lo mejor y de lo peor, incluso al mismo tiempo?
Bueno no compararía nunca a Almodóvar con Ozpetek, en todo caso con Ozon. Ozpetek viene de Turquía y se ha instalado en la sociedad italiana rompiendo tabúes. Es cierto que su humor no llega siempre y que cae en la comedieta pero también es capaz de dota de mucho encanto a historias aparentemente pequeñas como “La ventana de enfrente”. No entiendo por qué se estrena a todo trapo “Mine vaganti” y no hemos podido ver “Magnifica presenza”. Bueno sí lo entiendo, en parte, pero me parece patético.
Y de Eytan Fox ¿qué se sabe de él? ¿No fue empezar con «Yossi y Jagger» un lastre al fin y al cabo?
Bueno Eytan Fox se ha situado en la polémica muy pronto. “Yossi y Jagger” emocionó porque en poco metraje contaba una historia de amor muy potente. Lo que ocurre es que es un adorable mentiroso o no siempre dice toda la verdad. Yo disfruto mucho con sus películas que alcanzan una especie de cima en Europa pero es de una generación que no quiere ir a la guerra pero está enamorada de una cultura pop y de grandes ciudades a la que se le ocultan cosas sobre Palestina. Supongo que habrá gente que no le ha perdonado que nos enamoráramos de dos soldados israelíes (aunque podían haber sido de cualquier otro lado) u otra que piense que todo lo que cuenta “The Bubble” es un pufo monumental, pero nadie le niega su talento audiovisual. Si te refieres a la secuela “Yossi” espero que se reponga. No era tan mala pero era prescindible.
¿Cómo se puede conseguir el libro?
El libro se puede conseguir en Amazon. Desgraciadamente la editorial en cuestión no es nada, pero nada, generosa. Son como las de Burgos que casi (o sin casi) tienes que pagar por publicar. Supongo que a la gente acostumbrada a comprar por Internet no le asusta la idea, pero no me encuentro entre ellos/as. La verdad es que solo tengo uno, pero es una gozada leerlo en papel. Temía que me quedará infumable y ha quedado legible.
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Enhorabuena por el libro, seguro que es una lectura placentera.