Tres activistas LGTB rusos sufren el ataque de decenas de nacionalistas homófobos
Decenas de homófobos atacaron a tres activistas LGTB rusos que pretendían celebrar un encuentro en la ciudad de Lipetsk. La reunión, cuyo objetivo era concienciar a la población de la discriminación a la que se ven sometidos las personas LGTB rusas, se convirtió en un acto de linchamiento verbal, que no llegó a mayores debido a la intervención de las fuerzas del orden, que también sufrieron los ataques de los fanáticos. Sin embargo, los primeros en ser detenidos fueron los propios activistas.
El pasado domingo 26 de octubre, un exiguo grupo de tres jóvenes activistas LGTB (compuesto por dos mujeres y un varón) se reunió en la ciudad de Lipetsk con la pretensión de mantener una reunión pública en la que concienciar a la ciudadanía rusa de la discriminación a la que se ven sometidos sus compatriotas con diferente orientación sexual o identidad de género desde la aprobación de la ley contra la llamada “propaganda homosexual”.
En palabras de una de las componentes de grupo, Reida Linn, se trataba de hablar con claridad sobre «la lucha contra la homofobia, la discriminación y las violaciones de la Constitución y de los derechos de las personas LGTB». Sin embargo, las autoridades de la ciudad no dieron su conformidad para la celebración de ese encuentro, que se convirtió en clandestino y por lo tanto sujeto a sanción según la legislación rusa.
Cuando acudieron a la plaza Sobornaya Ploshchad, en el centro de la ciudad, los tres activistas fueron recibidos por decenas de fanáticos homófobos de orientación nacionalista. También se encontraron con un fuerte dispositivo policial. Los fanáticos comenzaron a proferir todo tipo de insultos a los tres jóvenes y a lanzarles tomates. Uno de ellos exclamaba “no hay sitio para vosotros en suelo ruso”.
Al crecer el nivel de violencia verbal, los miembros de la policía decidieron detener a los tres activistas e introducirlos en uno de sus furgones. Los homófobos, envalentonados, atacaron el furgón, momento en el que finalmente las fuerzas del orden procedieron a la detención de algunos de los violentos y a la dispersión del resto. El oficialista diario Komsomolskaya Pravda, el segundo en tirada en todo el territorio ruso, justificaba la detención de los activistas LGTB como un acto de protección.
Sin embargo, esta respuesta violenta e intolerante de la ciudadanía y la negativa actitud de las fuerzas policiales son lamentablemente frecuentes en Rusia. La propia Reyda Linn, una de las activistas atacadas, fue detenida en Moscú hace unas semanas cuando intentaba participar en un acto de celebración del Día de Salir del Armario.