De género
Recordarán ustedes El primer caso de Cate Maynes. Lo he dicho ya otras veces: me siento tremendamente cercano a su autora, Clara Asunción García, y eso que no nos conocemos. Nos llega ahora, después de haber leído ya La perfección del silencio y Elisa frente al mar, ese segundo caso que el título de su primera novela parecía avanzar o profetizar.
En Los hilos del destino (Editorial Egales), la detective Cate Maynes, que ya tiene muchas seguidoras, algo que no nos extraña, se enfrenta a uno de esos casos de misterio e intriga que tanto nos fascinan a los amantes del género. Del género policiaco, porque, pese a todo, la orientación sexual de la protagonista no deja de ser anecdótica en el desarrollo de la trama. Un hombre que perdió la memoria y que ha intentado suicidarse nos arrastra a una sucesión de hechos inexplicables que, como en las mejores novelas de detectives, quedarán perfectamente explicados y resueltos sin fuegos artificiales, sin trampa ni cartón. El lector progresará en el desarrollo a la vez que la detective en una novela en la que no solo hay misterio: amor, sexo y muchísimo buen humor, que es lo caracteriza al estilo de García.
Una novela con malvados múltiples pero con solo un asesino que nos hace desear nuevos casos que le compliquen la existencia a nuestra Cate.
“Está bien, Universo: soy una desmantelada de la vida (…). Pero ¿de verdad era necesario complicármela todavía más? ¿Después de salir de mi espiral de coños anónimos, enamorarme de una puta, romper temporalmente con ella, enterarme de que mi mejor amigo era un corrupto y basar mi alimentación en la pizza congelada de espinacas?”.
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Traemos a estos desayunos un género que no es habitual, pero seguramente es uno de los favoritos de muchos de nuestros lectores: el género fantástico/paranormal (pero también científico). En Ancestral: La aniquilación es solo el principio, el joven escritor gaditano Halle Grosso (Puerto de Santa María, 1987) demuestra su habilidad (envidiable) para hacer que una historia con hombres lobo, vampiros y todo tipo de criaturas con súper poderes resulte cercana y hasta doméstica (¡la acción se sitúa en Madrid!). Porque lo realmente maravilloso, lo que emociona a los que ya somos mayorcitos, es la claridad con la que el joven autor trata las relaciones afectivo/sexuales de sus protagonistas, que no pueden ser más diversas y la vez, más naturales.
A lo largo de las más de 300 páginas de la novela, Grosso (que dice inspirarse en sus sueños) consigue mantenernos expectantes ante el cúmulo de acontecimientos sorprendentes que se suceden sin descanso, insertando historias de amor homosexual en el mejor estilo de Stephenie Meyer o J.K. Rowling, de esas novelas de las que uno se enamora cuando es joven (cuando se siente joven, casi mejor).
Ancestral es, efectivamente, solo el principio de una saga que se promete interesante (acaba de publicarse la segunda parte, La infección de Etyram, en papel y pronto en digital, estén atentos a su página de facebook). Alexander, Brian, Gabriel, Drake: no podrás olvidarlos fácilmente, seguro que tendrás un favorito.