El actor Colin Farrell, orgulloso de su hermano gay, pide el voto favorable al matrimonio igualitario en Irlanda
El próximo mes de mayo de 2015, con la fecha exacta aún por determinar, se celebrará un referéndum en Irlanda en el que se decidirá si se legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo. El actor irlandés Colin Farrell ha decidido pedir a sus compatriotas que voten a favor de la igualdad de los derechos LGTB mediante una carta abierta en el periódico Sunday World, publicada el pasado domingo 16 de noviembre. En el escrito, el actor habla con amor y admiración de su hermano Eamon, abiertamente gay, y muestra su indignación porque no pueda gozar de los mismos derechos que el resto de los ciudadanos: “Por eso esto es personal para mí. El hecho de que mi hermano tuviera que abandonar Irlanda para que se cumpliera su sueño de casarse es demencial. DEMENCIAL”.
No es la primera vez que Colin Farrell habla de la homofobia y discriminación sufridas por su hermano. Ya en 2010 contaba la historia de abusos que Eamon experimentó en sus años escolares, cuando el actor se sumó a una campaña contra el bullying homófobico promovida por la organización LGTB Belong To.
Colin también fue el padrino de bodas de Eamon cuando este se casó en Canadá a finales de 2009. Pero la felicidad de ese momento no dejaba de estar empañada por la necesidad de desplazarse fuera de su propio país para poder contraer matrimonio con la persona amada. Y eso Colin Farrell no lo olvida, y aun menos cuando Irlanda tiene al alcance de la mano la oportunidad de subsanar esa injusticia.
Las encuestas muestran que una abrumadora mayoría de irlandeses, un 76%, es favorable al matrimonio entre personas del mismo sexo. Sin embargo, eso no significa que el referéndum del próximo mes de mayo de 2015, en el que se votará sobre la legalización del matrimonio igualitario, tenga ya un resultado claro. Una minoría homófoba muy motivada y alentada por las autoridades de la iglesia católica puede llegar superar a una mayoría que, aunque amplia, no se movilice.
Por ello Colin Farrell ha querido dirigirse a los irlandeses para pedirles que den el primer paso: inscribirse en el registro de votantes para poder expresar su opinión favorable al matrimonio igualitario cuando se convoque el referéndum. Y su petición está llena de amor y enorme admiración hacia su hermano, pero también de indignación ante la injusticia. Este es el texto publicado por el diario Sunday World:
Creo que me enteré de que mi hermano no era heterosexual, como la mayoría de los chicos de nuestra edad, cuando yo tenía alrededor de 12 años. Recuerdo que me quedé sorprendido. Intrigado. Curioso. No bicurioso, no empecéis a tener ideas.
Tenía curiosidad porque era diferente a cualquier otra cosa que yo hubiera sabido o escuchado, y sin embargo no me parecía antinatural. No tenía ninguna referencia de la existencia de la homosexualidad. No había visto, a esa edad, que hubiera parejas homosexuales. Solo sabía que a mi hermano le gustaban los hombres y, repito, no me parecía antinatural. Mi hermano Eamon no eligió ser gay. Sí que eligió usar lápiz de ojos en la escuela, lo cual probablemente no era la respuesta más pragmática a la tortura diaria que experimentó de manos de los matones del colegio.
Pero él siempre estuvo orgulloso de lo que era. Orgulloso y desafiante y, por supuesto, provocador. Incluso cuando los demás le marginaban con sus puños, su ridiculización, sus risas y burlas repugnantes, mantuvo una integridad y una dignidad que se contraponía a la crueldad que experimentaba.
Yo no sé dónde estarán ahora aquellos matones, los que le pegaban con regularidad. Tal vez algunos de ellos hayan encontrado la paz y prefieren olvidar su participación en un pasado doloroso. Tal vez estén sentados en la barra de un bar haciendo chistes de “maricones».
Pero sí sé dónde está mi hermano. Está en su casa de Dublín viviendo en paz y amor con su marido, Steven. Me parece que es la pareja más sana y más feliz que conozco. Pero tuvieron que caminar por algo más largo que un pasillo para intercambiar sus votos, hasta Canadá, donde se celebró su matrimonio.
Por eso esto es personal para mí. El hecho de que mi hermano tuviera que abandonar Irlanda para que se cumpliera su sueño de casarse es demencial. DEMENCIAL.
Ya es hora de que se enderece la balanza de la justicia. Hay que inscribirse y registrarse para votar el próximo año, para que la voz de cada individuo pueda ser escuchada.
¿Con qué frecuencia en nuestras vidas podemos hacer historia? No solo historia personal. Familiar. Social. Comunitaria. Global. El mundo nos estará observando. Prediquemos con el ejemplo. Dirijámonos hacia la luz.
A menudo a más de una persona se le cae la venda cuando alguien cercano es homosexual y constata la cantidad de tonterías y gilipolleces que hay que aguantar. Bravo Colin.