Imputan a dos responsables del colegio en el que estudiaba Sergio Urrego, el adolescente gay que se suicidó en Bogotá
El pasado 4 de agosto Sergio David Urrego, adolescente colombiano de 16 años, se quitaba la vida tras el acoso homofóbico sufrido por parte de la dirección del centro educativo donde estudiaba tras descubrirse que era gay y que mantenía un noviazgo con un compañero. El caso generó gran indignación en Colombia y puso de manifiesto la gravedad del acoso que sufren sus estudiantes LGTB. Ahora se ha conocido que la Fiscalía General de la Nación imputará cargos contra la rectora y la psicóloga del colegio.
Como hemos recogido en entradas anteriores, el acoso comenzó a partir del momento en el que un profesor descubrió en el móvil de Sergio una foto en la que este se besaba con un compañero. Un procesó que culminó cuando Sergio fue acusado por la familia del otro muchacho de acoso sexual. El joven acabó finalmente suicidándose lanzándose desde la terraza de un centro comercial de Bogotá tras dejar pruebas de su inocencia.
Ya en su momento el Tribunal Administrativo de Cundinamarca reconoció que el adolescente había sido discriminado, pero tanto la familia como las organizaciones LGTB consideraron que aquel fallo se quedaba corto. También la Fiscalía comenzó a investigar el caso, una investigación que ha concluido con el anuncio, el pasado 6 de noviembre, de la imputación de la ya exrectora del colegio Gimnasio Castillo Campestre, Amanda Azucena Castillo, y de la psicóloga del centro, Ivón Cheque Acosta, por discriminación, inducción al suicidio y falsa denuncia.
La imputación por discriminación se fundamenta en los testimonios de compañeros de clase, de la madre del menor, Alba Reyes, y de registros del propio Sergio, que apuntarían a que las directivas del colegio iniciaron su hostigamiento contra el joven por su condición homosexual, además por ser ateo y anarquista. El delito de falsa denuncia se habría producido cuando el colegio demandó a la madre de Sergio por abandono, cuando en realidad sus viajes fuera de la ciudad se debían a motivos estrictamente laborales, además de por apoyar la denuncia por acoso sexual contra Sergio por parte de la familia del chico con el que este mantenía una relación.
El acoso ha continuado
Según informó una docente anónima al diario El Espectador, las directivas del colegio también habrían acosado a la docente Diana Castelblanco, directora del curso al que pertenecía Sergio Urrego, por no haber hecho anotaciones negativas en su expediente. “Usted no se imagina la presión que han ejercido sobre la directora del grupo al que perteneció Sergio Urrego, miss Diana Castelblanco. La Fiscalía debería tomar su declaración y la de todos los profesores», explicaba.
«A ella le quitaron parte de su sueldo, el llamado ‘bono de desempeño’, por no haber hecho anotaciones negativas en la bitácora de Sergio para justificar su homofobia. Esta presión es de parte de la rectora Azucena y su hermana Constanza Castillo. Miss Diana respondió que Sergio no podía tener anotaciones negativas, ya que su comportamiento en general era muy bueno. Esa profesora ha derramado lágrimas de sangre con lo que ha pasado. Hemos visto como varias veces, minutos antes de la hora de salida, la han citado en rectoría para presionarla y seguir culpándola de todo. A nosotros nos reiteran que no podemos hablar con nadie sobre la situación ni hacer declaraciones, ya que esto nos puede traer perjuicios legales. Por eso mis compañeras y yo hemos tenido miedo de hablar”, añadía el testimonio de la profesora.
Un excelente estudiante
Sergio Urrego, quien llegó a ser calificado por la rectora Castillo como “una persona que no podemos tener en esta institución”, obtuvo el décimo lugar en las pruebas estatales conocidas como Saber 11, realizadas a los estudiantes de último grado de bachillerato. Así lo dio a conocer su madre tras recibir los resultados de la prueba que Sergio llevó a cabo poco antes de terminar con su vida.
Un resultado que habría hecho a Sergio merecedor a una de las 10.000 becas que hace pocos días anunciaba la ministra de Educación, Gina Parody (abiertamente lesbiana, por cierto). «Su desempeño escolar demuestra que era un niño muy inteligente, que era un joven que tenía un porvenir inmenso y que lamentablemente no pudo llegar a ser ese ciudadano ejemplar que seguramente hubiese llegado a ser», ha apuntado Juan Carlos Prieto, director de Diversidad Sexual de Bogotá.
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