Sergio Lavilla-Alonso (activista): «Es necesario que nuestros representantes políticos se mojen»
¿Realmente it gets better?
El acoso escolar frecuentemente toma forma de acoso homofóbico desde muy corta edad, cuando la preferencia sexual aún no se ha definido. El 43% de los jóvenes y adolescentes homosexuales y bisexuales que sufren acoso escolar ha llegado a plantearse el suicidio y, de estos, el 81% ha llegado a planificarlo, lo que supone un 35% del total. Al final, el 17% ha llegado a atacar contra su vida.
En el caso de los jóvenes LGBT, la situación es más complicada, ya que a esto se suma la dificultad de aceptarse a sí mismo. Se crean sentimientos de culpa y así, el 70% de los jóvenes que sufren acoso homofóbico lo mantienen en secreto.
Sí que es verdad que todo mejora, it gets better, ¿pero es suficiente? Según el código universal de derechos humanos, todos los niños tienen derecho a una vida feliz y a una educación. El acoso infantil, en muchos casos, significa una privación de ese derecho universal. It gets better pero tenemos mucho que hacer para que ocurra pronto.
¿En qué cree que España progresa adecuadamente?
En 2005, España se convirtió en el tercer país del mundo en aprobar el matrimonio igualitario, toda una lección universal de progreso y libertad. Pero sorprendentemente, si preguntamos a un español sobre aquellas cosas que le enorgullecen más de su país, probablemente nombraría cosas como el jamón ibérico o la Roja, antes que ese dato histórico que nos convirtió en referencia mundial en derechos humanos.
Y es más, creo que este hecho no ocurrió precisamente en España por casualidad, y que, por lo tanto, nuestro país tiene mucho potencial para lograr similares retos en un futuro cercano, como por ejemplo la educación igualitaria o la erradicación del acoso infantil en sus diferentes formas. Por eso estoy convencido que proyectos como It Gets Better tienen muchas posibilidades de éxito en España
¿Y en qué necesita mejorar?
Quizás hay que combatir el “acongojamiento” generalizado, creer más en nosotros y confiar en que “sí se puede”. Fuera de España los profesionales, especialmente los jóvenes, tienen una confianza firme en su formación y eso se les valora enormemente. En España, ¿cuántas veces hemos oído eso de que tener una licenciatura no quiere decir que sepas nada y que todo se aprende trabajando? Es curioso que mientras en inglés se dice “I get a job”, al conseguir un trabajo, en España decimos “me dan trabajo”. Pienso que tenemos que usar más el “yo hago” y menos el “a ver si me dan”.
¿Cuál es el alumno más aventajado de la clase política?
Prefiero no posicionarme políticamente. Hace unos meses mandamos una carta oficial a todos los grupos parlamentarios para invitarles a hacer vídeos para el proyecto. Obtuvimos solamente uno, de la diputada Rosa Díez. Aunque, seamos optimistas, eso ya es un principio y espero que pronto muchos de ellos se unan a nuestra lucha. Creemos que es necesario que nuestros representantes políticos se mojen y graben sus mensajes para que los niños y adolescentes españoles que sufren discriminación sepan que tienen el apoyo de sus representantes políticos.
¿Y quién llevará más suspensos para septiembre?
Siempre he pensado que ser estudiante es la mejor profesión del mundo, porque tu trabajo se centra en ti mismo, en construirte como mejor persona. Una educación solida es el mejor salvavidas cuando las cosas se nos ponen feas en la vida, nos ayuda a relativizar y a racionalizar lo que nos pasa, para, de esa forma, encontrar soluciones. Además durante el proceso de aprendizaje nos vemos forzados a escuchar y, al mismo tiempo, a esforzarnos para comprender al que nos enseña. Si los políticos tienen que tener algo de estudiantes, ojalá sea eso: que escuchen a la gente y aprendan.
Ahora reside en Estados Unidos. ¿Se fue por ese impulso aventurero del que hablaba el PP?
Un mínimo de impulso aventurero es necesario para todo lo que vale la pena en esta vida, incluido vivir en el extranjero. Pero sobretodo yo diría que, además, hace falta atreverse a salir de la sobreprotección del seno familiar. Hace cinco o diez años, cuando volvía a España por Navidad tenía a todos mis amigos de los años de universidad esperándome para irnos de fiesta. Ahora solo me quedan un par, la mayoría de ellos han acabado repartidos por Europa y sus vidas, en general, han ido a mejor, no solo en lo profesional y económico sino también en lo personal. España no es un buen sitio para jóvenes profesionales.
Personalmente no creo que vivir fuera sea algo demasiado duro hoy en día. Sin embargo, a la gente le cuesta dar el paso y pienso que parte de la culpa es que en España las familias son demasiado sobreprotectoras y, como dice la canción de Pink Floyd, muchas veces inculcar miedos e incertidumbres son la mejor forma de mantener a los hijos cerca del núcleo familiar. En mi caso, salí de España por primera vez a los 23, me fui de Erasmus a Reykjavik, Islandia, y me enamoré de la sociedad nórdica y, sobretodo de la sensación de independencia y del hecho de ser extranjero. Así que, en cuanto acabé la carrera de Farmacia, me fui a hacer un doctorado a Helsinki, Finlandia, donde pasé seis estupendos años de mi vida. Aunque he pagado el precio de no estar tan cerca de mi familia y ahora mismo veo a mis sobrinas crecer a tropezones, me siento absolutamente afortunado de haber aprendido tanto de la cultura finlandesa, de la gente y amigos que he conocido y, especialmente, sobre quien soy.
¿Le parece Obama un presidente de matrícula de honor?
¡No voy a posicionarme políticamente! La Embajada de Estados Unidos en España está colaborando con nosotros y ayudándonos en el lanzamiento de It Gets Better en nuestro país. El presidente Obama ha instado a todas sus embajadas a colaborar en la defensa de los derechos LGTB en todos los países. Y, además, se sumó también al movimiento It Gets Better en 2010 creando un video desde la propia Casa Blanca.
¿Hay algo que podamos aprender de la política antihomófoba americana?
Los estadounidenses son ciudadanos muy comprometidos por su país: tienen muy inculcada la idea que participar de forma activa en la política y el activismo de su comunidad es un deber cívico. No es de extrañar que proyectos como It Gets Better, que se basan en la participación ciudadana de personas anónimas mediante videos, haya tenido tanto éxito. El americano entiende que está en su mano hacer algo por su país, y que la crítica del sistema no significa ser un anti-sistema: es un patriotismo en positivo.
Ya que IGBe es un proyecto horizontal, basado en gente que ayuda a la gente, espero que este espíritu de trabajar y luchar para la comunidad esté bien vivo también en España.
¿Qué es más duro, ser inmigrante español en Estados Unidos o que Pablo Iglesias sea el político favorito de los españoles?
No creo que ninguna de las dos cosas sea dura. Para mí, duras son otras cosas, por ejemplo los prejuicios.
¿Y en qué campaña podemista ve usted más marketing: en la española o la americana?
El marketing es necesario en el contexto de la sociedad de la comunicación en la que vivimos. Sin ir más lejos, nosotros podríamos haber hecho un portal web con interminables textos técnicos sobre bullying elaborados por expertos en la materia fruto de una investigación detallada y exhaustiva del tema. Sin embargo nos dedicamos a recoger videos de Youtube que personas anónimas graban en sus habitaciones con una webcam diciendo a los jóvenes que sufren bullying “despierta, chaval, que todo va a ir muy bien”. ¿Marketing? No, simplemente hablamos el idioma que elige nuestro interlocutor, no en el que elegimos nosotros.
¿Usted es más de Madonna o de Lady Gaga?
Ni de la una ni de la otra. Prefiero la música independiente. En el último concierto que estuve, viendo a los canadienses T/st aquí en Filadelfia, seriamos unas 50 personas en el público oyendo canciones que dejan al Bad Romance a la altura del sol-solet.
En cualquier caso, si me obligaran a elegir a una, me decantaría por Madonna. Me encanta que tuviera el valor de inspirarse en el estilo de música y los bailes de la escena gay underground de Nueva York y convertirlo en mainstream. Se atrevió a llevar la cultura de ese “submundo” a la superficie y hacerlo visible y disfrutable por las masas.