Triángulo alcanza un acuerdo con la sanidad pública de Castilla y León para cubrir la asistencia de las personas transexuales
Tras un año de negociaciones entre el área trans de Fundación Triángulo y el servicio sanitario público de Castilla y León (Sacyl), este se ha comprometido a asumir y gestionar de forma integral el tratamiento sanitario de las personas transexuales de la región. Castilla y León asegura así esta cobertura sin que medie una ley autonómica o una condena judicial. En la actualidad, según el comunicado en el que Triángulo anuncia el acuerdo, existirían 42 personas transexuales en los listados del Sacyl, de las que siete son menores de edad o adolescentes.
Varias comunidades autónomas han legislado para dar esta asistencia, ya sea mediante la aprobación de leyes integrales de transexualidad (como Navarra, País Vasco, Andalucía o Canarias) o mediante la redefinición de sus carteras de servicios, como es el caso de Madrid o Cataluña (o la propia Andalucía, que ya antes de que se aprobara la ley integral fue pionera en ofrecer esta cobertura). En otros casos han tenido que mediar condenas judiciales que han obligado a las comunidades a sufragar los gastos. Existen, no obstante, grandes diferencias en los niveles y formas de asistencia, y no son pocas las quejas de las personas que consideran que el trato que se recibe en algunas de las unidades dista mucho de ser respetuoso con los principios de autodeterminación de género y de despatologización de la transexualidad.
En cualquier caso, y a la espera de que se solucionen cuanto antes estos problemas, no deja de ser una buena noticia que la sanidad pública de Castilla y León, una región en la que hasta ahora no existía protocolo al respecto, haya asumido la atención íntegra de las personas transexuales en igualdad con el resto de la población. “Es un acuerdo que restaura una deuda de igualdad y de dignidad”, señala Marina Sáenz, responsable del área trans de Fundación Triángulo. Para Lunara Santamaría, coordinadora regional del área, el acuerdo «evitará el sufrimiento y ayudará a disminuir la marginación que sufrimos las personas transexuales en esta comunidad”.
Según el protocolo acordado, las personas trans de Castilla y León podrán solicitar atención médica a la identidad de género a sus médicos de cabecera, que les derivarán a los servicios de salud mental y endocrinología más cercanos. Estos actuarán asesorados por la unidad de referencia establecida en Valladolid, o bien solicitar derivación voluntaria a esta. Según explica Triángulo en su comunicado, la atención en salud mental no se concibe como un proceso «diagnóstico”, sino de acompañamiento y refuerzo ante los retos que afronta la persona trans. «No se puede exigir un itinerario único u obligado en la manifestación de identidad de género, siendo cada persona la que según sus circunstancias sociales y familiares elige la forma y los tiempos en los que expresa su identidad. El protocolo ampara además a los menores de edad sin exclusiones ofreciendo una vía específica de tratamiento para estos casos», añade la nota.
El protocolo contempla que las operaciones “menores” de adaptación a la identidad de género manifestada se realicen en proximidad, mientras que para las cirugías de reasignación genital se procederá a la derivación a centros de referencia situados en otras comunidades. «Por fallo de última hora en la coordinación con el País Vasco, aún queda por fijar que centro efectuará este tipo de operaciones», explica la nota de Triángulo, aunque posiblemente será la unidad de Madrid. “Queda por rematar el mecanismo de derivación a Madrid o a otra comunidad pero ya existe un compromiso firme de atención que acaba con la situación irregular que hemos vivido los últimos quince años, durante los que se comenzaba el tratamiento hormonal, se establecía la necesidad de la cirugía y se abandonaba al paciente a su suerte, lo que ha provocado que más del 70 % de las personas transexuales de esta comunidad terminaran abandonándola por la dificultad de integración social y la ausencia de tratamiento especializado”, añade Marina Sáenz.