El Ministerio de Sanidad ruso aclara que solo se impedirá conducir a quienes sufran «trastornos mentales severos»
Tras darse a conocer que las autoridades rusas pretendían impedir obtener licencias de conducir a las personas transexuales, organizaciones de derechos humanos de todo el mundo expresaron su absoluta indignación con tal medida. Quizás por ello, el Ministerio de Sanidad ruso se ha visto obligado a comunicar que el nuevo decreto solo será de aplicación a quienes sufran “trastornos mentales crónicos y prolongados con síntomas severos o persistentes”, en una explicación que quiere dar entender que todo se ha tratado de un malentendido. Desde las asociaciones LGTB rusas se quiere tranquilizar al colectivo transexual, aunque denuncian que el clima de fuerte discriminación al que se enfrentan haga que una noticia de este tipo sea completamente creíble.
Según el portavoz del Ministerio de Sanidad ruso, Oleg Salagai, la nueva normativa incluye una lista de “trastornos mentales y de la personalidad” que ha sido tomada de la clasificación de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En ella, efectivamente, aún aparece como tal la transexualidad, bajo el diagnóstico de «disforia de género». Las organizaciones de defensa de los derechos LGTB están luchando por la despatologización de la transexualidad, en espera de que haya desaparecido en la próxima clasificación de la OMS, que será publicada en 2017.
El portavoz ha querido aclarar que la normativa solo afectará a aquellos que sufran trastornos mentales crónicos y prolongados con síntomas severos o persistentes, lo que supondría menos del uno por ciento de los pacientes con “trastornos de la personalidad” que aparecen en el listado. Tener una condición de las que aparecen en la ley no supondrá por sí solo un impedimento para poder conducir.
Kseniya Kirichenko, miembro de la organización Russian LGBT Network, quiere tranquilizar a las minorías de género, al aclarar a su vez que la decisión de impedir la obtención o el mantenimiento del permiso de conducir sería tomada por una comisión psiquiátrica, y que “resulta difícil creer que, incluso en Rusia, un psiquiatra llegase a la conclusión de que las personas transexuales no están en condiciones de conducir. Desde luego que eso no va a suceder».
La encargada de relaciones públicas de Russian LGBT Network, Svetlana Zakharova, cree que la polémica despertada por la difusión de la nueva normativa “es en realidad una muestra de que las personas LGBT en Rusia se sienten muy vulnerables». Para Zakharova, «la política LGTBfóbica del Estado ruso ha creado un ambiente en el que las personas LGBT no esperan nada bueno, y creen que incluso una ley o regulación sin sentido puede ser adoptada».