Uganda: intento de linchamiento de nueve hombres homosexuales, posteriormente detenidos y torturados
Según denuncian asociaciones de defensa de los derechos humanos, nueve hombres homosexuales han sido detenidos en Uganda tras ser perseguidos por una horda de homófobos que pretendían lincharlos. La policía, con la excusa de salvarlos del ataque, procedió a su arresto oficial y a someterlos a la infame tortura de los exámenes anales, con los que pretendían demostrar su homosexualidad. Tras cinco días de encarcelamiento y maltrato, los nueve hombres fueron finalmente puestos en libertad, pero sus vidas corren grave peligro al verse obligados a regresar a sus domicilios, por lo que las asociaciones de derechos humanos buscan desesperadamente fondos para poder encontrarles un refugio seguro.
Rainbow Health Foundation es una organización que en Uganda provee de recursos médicos a hombres que mantienen sexo con hombres. Según sus responsables, el pasado 15 de enero el equipo de detección de enfermedades de trasmisión sexual (ETS) de la fundación ofrecía sus servicios en un hospital, como parte de un programa auspiciado por el ayuntamiento, por el que se trataba de ofrecer asistencia a jóvenes del entorno rural.
Algunos de los jóvenes que se habían sometido a las pruebas de ETS aprovecharon el viaje a la ciudad para visitar a un amigo, sin sospechar que eran seguidos por un grupo de fanáticos que decidieron darles caza, al parecer provenientes de su mismo lugar de origen. El grupo irrumpió en la casa donde estaban de visita y atacaron a los allí presentes. Pero la policía, al parecer alertada de que se preparaba una “caza” de homosexuales, había seguido al grupo homófobo y entró en el domicilio logrando poner a los jóvenes a salvo.
Según Dismus Aine Kevin, director de Rainbow Health Foundation , una vez que los jóvenes habían sido conducidos a las dependencias policiales, una multitud creciente se agolpó en el exterior gritando “no tengáis misericordia con ellos”. Dismus Aine afirma que “la turba enfurecida dejaba claro que deseaba derribar las puertas de la comisaría”. La situación llegó al extremo de que la policía decidió trasladarles a sus oficinas centrales, tras solicitar refuerzos, pues la multitud furiosa no paraba de crecer “por minutos”.
Detención y tortura
Allí, los jóvenes fueron conducidos a celdas, donde pasaron la noche. Rainbow Health Foundation solicitó el apoyo legal de la organización Human Rights Awareness and Promotion Forum (HRAPF), que provee de defensa a quienes pertenecen a minorías marginadas. Los miembros de HRAPF acudieron al día siguiente a comisaría para negociar la puesta en libertad de los jóvenes, sin obtener éxito alguno. La policía les informó de que los nueve iban a ser detenidos oficialmente por practicar la sodomía, y que les mantendrían encarcelados hasta que concluyera la investigación.
Desde Rainbow Health Foundation trataron de apelar a los responsables del ayuntamiento, con quienes habían acordado su programa de atención, y fueron recibidos por el alcalde. No solo no hubo ninguna colaboración por su parte, sino que, tras confirmar los hechos, el alcalde les espetó que hubiera deseado “que hubieran matado al menos a dos de ellos para que los demás aprendieran la lección”.
El sábado 17 de enero, finalmente, Dismus Aine Kevin logró el permiso para visitar a los nueve jóvenes detenidos. Según su testimonio, “habían sido torturados y atormentados pero seguían aguantando. Hicimos algunas bromas para poner una sonrisa en sus caras. Hacía daño verlos a todos tan indefensos. Les habían sometido a un examen médico, incluido un examen anal y a preguntas sobre su sexualidad». Los exámenes anales son considerados una inequívoca forma de tortura y degradación, además de no tener ningún sentido desde el punto de vista científico.
El equipo legal de HRAPF siguió presionando para obtener la libertad de los jóvenes, hecho que se produjo el pasado día 20, aunque aún deben presentarse periódicamente en las dependencias policiales. Sin embargo, desde Rainbow Health Foundation alertan de que los jóvenes, debido a su falta de medios económicos, han tenido que volver a su población de origen, donde también residen los fanáticos que intentaron su linchamiento. Por ello, están solicitando la provisión de fondos para que puedan encontrar un refugio seguro. Asimismo, han requerido a los medios que no revelen en sus noticias datos como el lugar donde se desarrollaron los hechos o el de residencia de las víctimas, por evidentes motivos de seguridad.
Uganda, en proceso de aprobar una nueva ley homófoba
Como es bien conocido, el clima de odio hacia las personas LGTB en Uganda se ha exacerbado con motivo del proceso de discusión y aprobación de una ley que pretendía endurecer el trato penal a la homosexualidad, una ley que ha sido anulada por el Tribunal Constitucional de Uganda por un defecto de forma, a pesar de lo cual ya se ha puesto en marcha otra iniciativa para aprobar una nueva ley que sustituya a la anterior. Una norma que eliminaría las referencias directas a la homosexualidad, que sería sustituida por el eufemismo “prácticas sexuales antinaturales” y se centraría en castigar con penas de cárcel cualquier actividad considerada como “promoción” de las relaciones no tradicionales.
Una jugada con la que el presidente Yoweri Museveni intentaría mantener su popularidad sin poner en riesgo la ayuda externa que recibe el país. Aunque el presidente amagó en su momento con vetar la anterior ley, al final optó por sumarse a la corriente homófoba y apoyarla; una decisión adoptada en clave interna, pero que a nivel internacional no le trajo más que quebraderos de cabeza, incluyendo sanciones económicas en forma de reducción de la ayuda exterior.
Un informe elaborado por Sexual Minorities Uganda en mayo de 2014 denunciaba el extraordinario aumento en los ataques contra las personas LGTB en el país desde que se inició todo este proceso legal. Desde su aprobación inicial y hasta la fecha de elaboración del informe, se habían producido 162 de estos incidentes, que incluían linchamientos, violencia colectiva, incendio de hogares, chantaje, pérdida de puestos de trabajo, detenciones, expulsiones y suicidios. El informe denunciaba el ambiente de hostilidad creado durante todo el proceso de tramitación de la ley, cuyo fruto es la autoridad práctica para perseguir a las personas LGTB con total impunidad.