Campaña para promover un indulto general para los condenados por homosexualidad en el Reino Unido
Aprovechando el estreno de The Imitation Game, la película biográfica sobre el héroe de la Segunda Guerra Mundial Alan Turing, se ha iniciado una campaña, en la que participa su protagonista Benedict Cumberbatch, cuyo objetivo es conseguir que el indulto que otorgó la reina Isabel II al matemático se extienda a todos aquellos que fueron condenados como él por las ominosas leyes contra la homosexualidad vigentes en el Reino Unido hasta 1967. Se estima que entre 50.000 y 70.000 hombres fueron víctimas de esa infamia, de los cuales aún habría 15.000 supervivientes.
El 24 de diciembre de 2013, la reina Isabel II otorgó el indulto póstumo a Alan Turing, que fue condenado por realizar actividades homosexuales en 1952. Turing había contribuido de manera definitiva a la derrota del nazismo con su genio matemático, salvando miles de vidas al descifrar el código secreto de comunicación del Ejército alemán. Sin embargo, obtener el indulto no fue sencillo. Tras unas disculpas oficiales ofrecidas a Turing por el entonces primer ministro Gordon Brown en 2009, la condonación se denegaba repetidamente, ya que, en opinión de los responsables gubernamentales “Alan Turing fue debidamente condenado por lo que en aquellos tiempos se consideraba un delito”.
Finalmente, en junio de 2013 el gobierno británico, a través de Lord Ahmad of Wimbledon, anunció su cambio de opinión en la Cámara de los Lores, declarando que la iniciativa propuesta por el demoliberal Lord Sharkey de conceder un indulto oficial a Turing contaría con el apoyo de la coalición de gobierno una vez llegase a la Cámara de los Comunes. Y así, el día de Nochebuena de 2013, se promulgaba por la reina el indulto, firmado por el ministro de Justicia, en el que se declaraba que la vida del genio matemático “se vio ensombrecida por su condena por actividad homosexual, una sentencia que hoy se consideraría injusta y discriminatoria y que ahora ha sido anulada. El doctor Turing merece ser recordado y reconocido por su fantástica contribución a los esfuerzos durante la guerra y su legado a la ciencia. Un indulto de la reina es un merecido homenaje a un hombre excepcional”.
El indulto a Turing, como se puede ver, fue a título personal, por lo que no es aplicable a quienes tuvieron que sufrir su misma suerte. A todo ellos, al igual que al matemático, se les daba a elegir entre la castración química o ir a la cárcel. Turing, como es conocido, eligió lo primero y terminó suicidándose tras un año sometido a un tratamiento hormonal con estrógenos para eliminar su libido, que le causó impotencia y el crecimiento de pechos femeninos. Los condenados por aquellas execrables leyes que aún sobreviven pueden solicitar la eliminación de esas condenas de sus antecedentes. En el historial de los fallecidos, sin embargo, permanecerá esa lacra.
Iniciativa para un indulto generalizado
Por ello se ha iniciado una campaña dirigida a que el Gobierno británico otorgue un indulto generalizado a todos aquellos que sufrieron esas sentencias “que hoy se considerarían injustas y discriminatorias”, por la injusticia intrínseca de los hechos y no como un premio amargo y póstumo a quien salvó miles de vidas con su genio.
La iniciativa ha partido de, entre otros, el actor y activista abiertamente gay Stephen Fry, que inquería con elocuencia: “¿Se debía indultar a Alan Turing solo porque fue un genio? ¿Y qué ocurre con los otros entre 50.000 y 70.000 hombres que fueron encarcelados, castrados químicamente, vieron arruinadas sus vidas o cometieron efectivamente suicidio a causa de las leyes que sufrió Turing? Si hay un sentimiento generalizado de que debía ser perdonado, ¿no se debe lo mismo a todos esos hombres cuyos nombres fueron destruidos en vida, pero que todavía tienen familia? Aquella fue una ley horrible, maliciosa y espantosa que permitió tanto el chantaje como la miseria y la angustia. Turing se erige como una figura simbólica de su época, de la misma manera que lo fue Oscar Wilde, que sufrió de manera similar».
A la iniciativa se ha sumado Benedict Cumberbatch, el actor que protagoniza la recientemente estrenada película biográfica sobre el matemático, The Imitation Game. Cumberbatch añadía a los argumentos de Fry: “Alan Turing no solo fue procesado, sino que sin duda alguna fue empujado a poner fin a su propia vida de manera temprana por una sociedad que le criminalizó por buscar el amor que merecía, como hacen todos los seres humanos».
Chad Griffin, director de Human Rights Campaign, la mayor organización de defensa de los derechos LGTB de los Estados Unidos, se ha sumado a la campaña, aprovechando la difusión que la película está teniendo en su país tras las nominaciones a los Oscar. Griffin ha utilizado la cartelería de la película, con la imagen de Cumberbatch caracterizado de Turing, al que ha añadido el siguiente texto: “¿Cuál fue su crimen? Winston Churchill dijo que Alan Turing hizo la mayor contribución individual a la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial. Su crimen fue ser gay. Más de 49.000 hombres y mujeres homosexuales fueron perseguidos en Inglaterra bajo la misma ley. Turing fue indultado por la reina Isabel II en 2013. Los demás no. Honra a esta película. Honra a este hombre. Y honra el movimiento para traer justicia a los otros 49.000″.
Los duques de Cambridge declinan participar en la iniciativa
Quienes han declinado participar en la campaña han sido los duques de Cambrigde, Guillermo y Catalina, a quienes Stephen Fry había invitado públicamente a sumarse en una carta abierta, dirigida al Gobierno, publicada por The Guardian. El texto decía: “Las leyes homófobas del Reino Unido hicieron intolerable la vida de generaciones de hombres homosexuales y bisexuales. Corresponde a los líderes jóvenes de hoy en día, incluyendo al duque y la duquesa de Cambridge, reconocer esta lacra en nuestra historia y no permitir que vuelva a producirse. Hacemos un llamamiento al Gobierno de Su Majestad para iniciar un debate sobre la posibilidad de un indulto para todos los hombres, vivos o ya fallecidos, que fueron condenados como Alan Turing».
El portavoz de los duques de Cambridge, sin embargo, informaba de que la pareja declinaba hacer ningún comentario al respecto por tratarse de un asunto que atañía al Gobierno.