Dos hombres detenidos en Kenia, acusados de practicar la homosexualidad
Dos hombres han sido detenidos en el condado keniano de Kwale acusados de practicar la homosexualidad. Ambos se enfrentan a penas de hasta 14 años de prisión, según una legislación que data de la época colonial británica. El abogado defensor de los detenidos denuncia que sus clientes son víctimas de acoso policial, mientras que la Fiscalía pretende que sean sometidos a infames pruebas médicas que demuestren su homosexualidad.
Todo apunta a que la detención de George Maina Njeri y Caleb Omar Idris forma parte de una operación policial más amplia, con la que se pretendería dar ejemplo tras salir a la luz unos informes que señalan un aumento del turismo homosexual en la zona costera de Kenia. Debido a ello, la pareja fue puesta a disposición del tribunal de primera instancia el pasado 19 de febrero, bajo el cargo de “realizar actos contra natura”, pero no se les permitió presentar ninguna alegación hasta que la investigación concluya.
La Policía afirma que los dos detenidos confesaron ser “una pareja casada”, aunque el matrimonio entre personas del mismo sexo está prohibido en Kenia. Aducen también que los actos por los que fueron detenidos tuvieron lugar entre el 2 y el 17 de febrero en la localidad de Ukunda. El fiscal George Mungai pretende relacionar este caso con un conjunto de detenciones, fruto de una más amplia investigación policial, entre las que se contaría la de cuatro extranjeros acusados de difundir pornografía homosexual entre menores.
Mungai ha solicitado a la juez de primera instancia Christine Njagi que los detenidos sean obligados a someterse a exámenes médicos para probar su homosexualidad. El abogado de los acusados, David Omuya, afirma sin embargo que sus clientes están dispuestos a colaborar con la Justicia, pero que son víctimas de “acoso por parte de la Policía, en contra de sus derechos constitucionales”. También acusa a los agentes encargados de la detención de no haberse identificado correctamente, pues iban vestidos de paisano. La juez estimó que debería abrirse una investigación sobre este asunto. También ordenó que los detenidos permanecieran en comisaría hasta este 24 de febrero, fecha en la que podrán presentar sus alegaciones.
La difícil situación de las personas LGTB en Kenia
Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana) y profundamente homófobo, que castiga la práctica de la homosexualidad con penas de hasta 14 años de cárcel, en base a leyes heredadas de la época colonial británica). Según un estudio del Pew Global Attitudes Project del pasado 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaría dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% considera tal orientación sexual inaceptable.
Sin embargo, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB muy productivo. Entre sus miembros se encuentra Denis Nzioka, que incluso trató de presentarse en las últimas elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó como senador en las últimas elecciones, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez una persona abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos y ser escuchado.
La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que se ha visto truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros.
¿Aumento del turismo homosexual en Kenia? Un error. A los países que discriminan no hay que dejarles ni un mal céntimo.