Conmovedora carta de un homosexual irlandés de 60 años
A pocas semanas del referéndum sobre el matrimonio igualitario en Irlanda, que tendrá lugar el próximo 22 de mayo, se suceden las opiniones tanto de partidarios como de detractores de la igualdad LGTB. También se están dando a conocer testimonios de quienes han sufrido toda una vida de discriminación y ocultación, y ven en la igualdad jurídica de las parejas del mismo sexo un símbolo de aceptación que era inimaginable hace apenas unos años. Al director del diario Sunday Independent llegaba una carta de un homosexual de 60 años, cuya trayectoria vital de hombre que “sufrió el daño de una sociedad que me escarnecía activamente” puede ser el fiel reflejo de generaciones enteras de personas LGTB.
Quizás a algunos les resulta difícil comprender el profundo significado que la igualdad legal tiene para quienes han sido permanentemente humillados y ofendidos. No es tanto un fin sino un comienzo esperanzador, y para quienes han sufrido el oprobio y el escarnio, público y generalizado, durante toda una vida, la esperanza suele ser un lujo que se percibe inalcanzable. De todo ello habla el remitente de una carta estremecedora, certera y lúcida. Un homosexual de 60 años que nunca ha salido del armario.
La reproducimos por completo:
Muy señor mío, este año cumpliré 60 y soy un hombre gay que nunca ha “salido del armario” formalmente. Mis queridos padres, que lamentablemente han fallecido, nunca supieron la verdad. Lo hice más por ellos que por mí. La religiosa Irlanda rural lo hubiese hecho muy difícil para ellos, para sus creencias y para su entorno. Yo no podía esperar, en los años 70, para salir de ese entorno.
Fui consciente de mi sexualidad desde que tenía ocho años. Definitivamente me escapé a la ciudad a los 22 años de edad, que eran 15 emocionales y aún menos en sabiduría callejera. Visité parques y baños públicos, no por sexo, sino por encontrar el consuelo de la intimidad y la identificación. El consuelo de que todo el mundo podía mostrarse abiertamente y ser aceptado.
Fui bien educado y tenía una saludable guía moral, por lo que traté de que la mayoría de mis encuentros se acomodaran a ello. Pero sufrí el daño de una sociedad que me escarnecía activamente y los que conocí habían sufrido un daño semejante. Las personas dañadas se sienten inclinadas hacia otras personas dañadas, que frecuentemente se dedican a dañarse entre sí. Abusaron de mí, pero estoy seguro de que no era culpa mía, sino por ser “uno de ellos”. Los policías me acosaban constantemente y me sometían a humillantes interrogatorios. Solo “hacían su trabajo” pero algunos tenían un exceso de celo.
Sentí entonces que tendría que moverme entre las criaturas de la noche, y que eso me conduciría a la clandestinidad, al abuso, a los robos y atracos. Sentí que tener que negar mi verdadero yo me conduciría a la negación de mis verdaderas capacidades potenciales y reales. Luché contra ello. A veces para bien, a veces para mal, pero siempre he pagado mis impuestos y he sido un excepcional voluntario para muchas causas.
Probablemente no exagere si digo que en el proceso ayudé a salvar muchas vidas. He tenido buenos compañeros de viaje. Y mi secreto permanecía, incluso para mi familia.
Algunos otros de mi generación optaron por casarse, muchos incluso por tener hijos. Sé que muchos de ellos llevaban una vida más torturada que la mía. Sostengo que la “caritativa” Iglesia, dominante en aquellos tiempos, fue la principal responsable de mi aislamiento.
Históricamente, he sentido su insidiosa doble moral y su abuso de la sociedad. Lo tenían todo bien atado. Incluso mientras escribo ahora noto su actual descontrol, su insidiosa hipocresía disfrazada de compasión. No busco que pidan perdón, pero en esta época de retribución muchos consideran que sería oportuno.
Este referéndum me permite albergar la idea del matrimonio por primera vez, a mis 60 años, algo que muchos otros chicos podían considerar desde que nacieron. Me imagino la euforia cuando pase el referéndum. Sin duda aún dañado por mis experiencias y todavía inseguro, buscaré activamente, a mi edad, una pareja. Lo haré con la intención última de pedirle que se case conmigo.
Una lágrima se me escapa con ese pensamiento. Mi pérdida ha sido elevada y aún más vívida si se considera ahora la posibilidad de un cambio así. Hubiera sido un padre fantástico. Esa oportunidad ya llega tarde para mí. Pero no la de envejecer con alguien al lado, en una relación de igualdad.
Cuando todo haya pasado, sé que voy a llorar, probablemente en privado y a solas, pero mis lágrimas serán de alivio, reconocimiento, aceptación y esperanza.
Por último, es posible que hasta experimente una sensación de inclusión en ese entorno rural del que no podía esperar para escapar. Mis esperanzas, sueños y aspiraciones están depositadas en vuestras papeletas de voto. Por favor, tratadlas con el máximo cuidado, porque son frágiles. Después de 50 años, me atrevo a soñar.
Plas, plas, plas, plas. Chapó
Conmovedor. Una vida más. Una, como la de cualquiera. Así es…
Emocionante!
Con esa hermosa carta nos enseñan una vez mas que podemos salir adelante y ser amados sin importar la edad seria un total placer poder conocer ese honorable caballero compartir anécdotas y entablar una buena amistad….
Animo yo se que en algún lugar encontraras el amor que tanto has esperado
Nunca olvidaré el contenido de una pancarta en una de las manifestaciones del Orgullo, ya no recuerdo en qué año y lugar. Su contenido era tan breve como tremendamente acertado: «La homofobia puede destrozar una vida entera».
Este caso es uno más de tantísimos como ha habido y habrá.
Las frases de la carta denotan un profundo dolor a lo largo de toda una vida. Ojalá que encuentre un compañero que lo quiera y respete.
La LGTBfobia destroza vidas enteras.
POBRE HOMBRE, NO ACEPTO LA HOMOFOBIA, VEO UN SE HUMANO QUE SUFRE, OJALA Y ENCUENTRE LA FELICIDAD
No deseo encender enojos o peor asco ante lo que diré:
Gracias su confesión y sin duda anima a poder regar la de otros y ahora la mía, que a quién importa lo que me sucedió al venir a la vida aquí que además ni siquiera jamás la pedí para venir yo aquí.
Tenía 4 años aproximadamente y mis 2 hnos,mayores intentaban seducirme y violarme que en mis recuerdos soy consciente que sucedió penetraciones con penes de una edad de ellos a más 2 y 4 años, pero que más que maltrato carnal si lo tengo como suceso que además imponía silencio, sumisión y hasta sabedor de que algo estando mal «tenia» que yo participar en el rol pasivo y sin chistar,- Cuando alcancé a los 14 un cura español metió su lengua en mi trasero cuando haciendo el favor de curarme de amigdalas con un unguento medicinal, terminó en mis nalgas que solo escuche de que las veía de forma preciosas y se masturbó hundiendo su lengua allá en mi trasero.
Cuando llegaron los 18 a 25 años pocas relaciones conseguía solo como varón y siempre he sido presa de mujeres mayores que la primera aún siendo mayor que mi madre hizo sexo conmigo cada día durante casi 1 año… Hasta cuando llegó otra mayor que igual me atrajo con exquisitas riquezas y propiné sexo como lo que aún era el jóven de 1/4 de siglo y le propinaba tanto que ella sola igual elegía meterme su lengua para sin duda conseguir más sexo de mi parte…
A los 32 años sucedió mi 1°relación con un chico de 28 negro y atlético que por situaciones que él vivía estaba desesperado por intimidad debido a que le huyó la esposa porque era inaguantable para ella por sus proporciones grandes a pesar que ambos eran de color negro.- Sucedió al extremo que me dejó un hito importante en mi vida al punto que hasta ahora le considero como un dios que abrió mi mente a recibir ese placer que a pesar que solo fueron 5 horas seguidas de insaciable placer; fue suficiente para saber que ese trozo que dicen tenemos todos los humanos masculinos
de feminidad… Yo tuve el éxito de haber sido deflorado por aquél muchacho que repito era un semental como lo dicen en mi zona aún mejor señalando a un padrazo o Mandingo negro que entró en mi dejándome en adelante descubierto la hembra que si se manifiesta de buena forma en mi mente y deseos; más cuando mi libido ya quedó vencida por mi último reto de depresión y ansiedad que sufrí y que casi me lleva a la muerte, declarándome VIH que hasta hoy, 6 años mas tarde, siento que no lo llevo a pesar que tomo antirretrovirales en forma mesurada haciendo toda una gestión personal que me augura hasta la fecha una vida bastante buena sin siquiera en mi mente preocuparme por tal enfermedad si es que la tengo.
Fui casado 3 veces, enviudé 2 e hice 8 hijos al final en seis mujeres, y que ahora los 4 últimos que soy su padre en todo sentido (pues los 4 primeros me fueron sacados aquellas hembras sea por venganza o por quedarse a mi lado sin haberme enamorado siquiera… hasta que si me casé la 3° vez con la última que continúo hasta hoy sin intimidad pero si amigos padres de los 3 hijos que ya se fueron en aquella travesía que todos los humanos hacemos alejándonos de los progenitores a una edad que si mereció lo hagan.
¿NOSTALGIA?, ¿PREOCUPACIÓN?, ¿DOLOR?, ¿VERGÜENZA?, ¿MIEDO?… la verdad que no aparece ni una sola huella de todo eso o más… vivo feliz y lleno de todo lo que me ha tocado vivir y me coloco ante los jóvenes o prójimo que quiera preguntarme sobre muchas cosas que merece saber para vivir con la frente levantada aún siendo un homosexual con gran cuidado de ser muy reservado o de clóset.
Ser homosexual por siempre, por un tramo de la vida me parece y siento que es un regalo de la vida, y me apena si y hasta preocupa que la sociedad es perversa cuando de juzgar se trata y hasta encenderían el fuego con el que me incineracen porque sus miedos y posturas hipócritas les conduce en medio de sus fobias a mirarme como un enfermo siendo apenas un humano igual que el resto,
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