El consejero de Transportes de Madrid no ve necesaria la campaña contra la LGTBfobia que el metro había decidido poner en marcha
Después de que Metro de Madrid se comprometiera con los colectivos LGTB a impulsar acciones contra la LGTBfobia y de que representantes de la compañía se reunieran incluso con el colectivo Arcópoli para consensuar una campaña, el consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid (PP) considera ahora que esta no es necesaria. Sobran las valoraciones.
Representantes de Arcópoli y de Metro de Madrid (en concreto, de sus divisiones de marketing y responsabilidad social corporativa) se reunían el pasado viernes 27 de febrero para avanzar en la preparación de una campaña contra la LGTBfobia que tenía previsto llevarse a cabo en las estaciones de la red de transporte del metro de Madrid. La iniciativa, que Arcópoli llevaba meses socilitando, había cristalizado rápidamente tras el escándalo desencadenado por un documento interno de la compañía que contenía indicaciones discriminatorias hacia los gais, entre otros colectivos sociales, y que fue denunciado por el sindicato UGT. La dirección de Metro de Madrid ya ha pedido disculpas y destituido a los responsables de que este documento viera la luz, pero lo sucedido actuaba como catalizador de una posible campaña contra la LGTBfobia al estilo de la que ya se han llevado a cabo en redes de trasporte de otros países.
En la reunión del viernes pasado, de hecho, Arcópoli entregó a Metro de Madrid varios bocetos propios, así como una comparativa con otras campañas similares que se han realizado en Chile, Francia o Reino Unido. «La sintonía ha sido total y se ha acordado que la semana del 2 al 9 se realizarán las fotos para el cartel elegido, un modelo del vocal de Diseño de Arcópoli, Ángel Cívico, que trata de representar a todas las realidades de nuestro colectivo», hacía público Arcópoli tras la reunión. “Es imprescindible el compromiso de Metro con la igualdad LGTB y estamos muy satisfechos de la gran aceptación que han tenido de nuestras propuestas así como la rapidez con la que lo están tratando”, afirmaba de hecho su coordinadora, Amanda Rodríguez. «No es ningún lavado de imagen, hacemos campañas sociales muy a menudo. Estamos encantados de unirnos a esta iniciativa. La idea es desplegar carteles que luchen contra la homofobia en las marquesinas de nuestras instalaciones», declaraban por su parte representantes del Metro.
Pues bien, el consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, Pablo Cavero, que hace solo unos días consideraba lo sucedido «lamentable» y aseguraba que la Comunidad de Madrid tiene «tolerancia cero» frente a la homofobia, ahora rechaza que esta campaña se lleve a cabo porque no la ve necesaria. ¿Sus argumentos? que lo sucedido en Metro de Madrid es un hecho «aislado» y que no hay mejores campañas que «el día a día» y «la concienciación» [sic].
La LGTBfobia contra la que el consejero no ve necesaria campaña
Agresiones como las ocurridas a lo largo de los últimos meses en los alrededores del Templo de Debod, en el entorno de la Gran Vïa, cerca de la Plaza de España o en el propio metro de Madrid (y estas son solo algunas de las que han trascendido) parecen no existir para el consejero. Un escenario de violencia física y verbal preocupante, al que se suman episodios de discriminación como el ocurrido en un Burger King de Madrid.
Tampoco debe parecer importante para el consejero que el 90% de los estudiantes de secundaria de Madrid perciba homofobia y bifobia en las aulas, que de todos aquellos alumnos de entre 12 y 17 años que se definen como no heterosexuales, el 80 % oculte su orientación por miedo al rechazo o de que 1 de cada 10 de los que la han revelado sufra agresiones físicas, según una investigación llevada a cabo por el colectivo madrileño COGAM durante el curso 2012/2013 en 37 centros educativos de la comunidad.
A la vista de estos datos, no podemos sino darle la razón al señor consejero: está claro que este tipo de campañas no son necesarias…
Se entiende. Sería una campaña contra si mismo.
Cuanta indignación me causa el leer el último párrafo mientras otros señores se tiran los huevos al no ver la homofobia delante de sus ojos mientras ocurren atrocidades al otro lado de su puerta. Qué imbécil.
Ayer he comenzado mi último año escolar (de secundaria) y he decidido no ocultar mi homosexualidad con nadie (pueden haber deshonrosas excepciones, pero no es la idea). Las cosas han cambiado tanto por aquí… Hace cuatro o cinco años no hubiera pensado ever en actuar como actúo hoy teniendo apenas dieciocho años. Debo reconocer que viviendo en la segunda región (el equivalente a una autonomía) más atrasada de Chile no me puedo quejar. No he parado de recibir muestras de cariño a lo largo (más corto que largo) de mi vida en el 100% de las ocasiones en las que he revelado abiertamente quien soy, y eso es lo que me ha dado la fortaleza para tomar estas decisiones. Podría decir que tan sólo hace falta mi madre… gracias por todo lo que me han enseñado, chicos. No saben lo importantes que son para mí. Dios los bendiga 🙂
Y madrileños, a bajar como nunca antes ese horrible y espantoso 80%, que sangra como hemorragia craneal por las almas y los corazones de millones de chicos y chicas que estando en España no tendrían por qué ocultar ninguna m****. Si eso es en Madrid no imagino el porcentaje respectivo en un pueblo o en comunidades más atrasadas… en fin. Besos por mil!
Menos mal que a este partido le quedan dos telediarios
#3 sss, ojalá fuera así, pero aquí en la Comunidad de Madrid no tengo nada claro que vaya a perder el PP. Ese es el gran triunfo de la derecha en este país, han conseguido que la clase obrera les vote en masa. En Madrid es algo increíble, la destrucción sistemática de los servicios públicos que ha sufrido esta comunidad con los gobiernos del PP es innegable, pero la gente los sigue votando, es para mandarlo a Cuarto Milenio a que lo analicen.