La Unión Australiana de Rugby multa con 20.000 dólares a un jugador por gritar “maricón” durante un partido
La homofobia en el deporte es una lacra a erradicar. Por ello, en cumplimiento del compromiso adquirido por las principales federaciones deportivas de Australia hace ahora un año, la Unión Australiana de Rugby (ARU, en sus siglas en inglés) ha impuesto al jugador Jacques Potgieter una sanción de 20.000 dólares australianos (equivalentes a unos 14.357 euros) por gritar “maricón” durante un partido, el pasado domingo. Aunque el jugador se disculpó enseguida y achacó el insulto homófobo al fragor del momento, la federación ha sido firme y ejemplarizante. Según el dirigente de la ARU Bill Pulver “no hay absolutamente ningún lugar para la homofobia o cualquier forma de discriminación en nuestro juego, por lo que nuestras acciones y palabras dentro y fuera del campo deben reflejar eso”.
El pasado fin de semana, la estrella de Rugby de Nueva Gales del Sur Jacques Potgieter lanzó el grito de “maricón” contra el equipo rival de los Brumbies durante el partido celebrado en el estadio Allianz. El jugador de los Brumbies David Pocock, firme defensor del matrimonio igualitario y de los derechos del colectivo LGTB, fue quien se dirigió al árbitro para protestar por los insultos homófobos de Potgieter en el minuto 64 del partido con las siguientes palabras: “escuchó eso, señor… no se puede decir eso; puede haber jugadores gais alrededor”. La Unión Australiana de Rugby tomó buena nota y decidió sancionar con 20.000 dólares australianos a Potgieter, cumpliendo con el compromiso contra la homofobia que adquirió en abril del año pasado junto al resto de las principales federaciones deportivas del país.
El propio Jacques Potgieter no tardó en darse cuenta del transfondo de sus palabras y se disculpó después del partido. Incluso utilizó su cuenta de Instagram para expresar a “toda la comunidad de rugby, los fans y público” que “me disculpo sinceramente por las palabras hirientes que dije en el encuentro contra los Brumbies”. Ocurrió, según admite él mismo, “en el calor del momento en que, lamentablemente, pronuncié una palabra, sin intención de discriminar”. Potgieter concluía que “yo respeto a todos, desde todos los ámbitos de la vida y nunca he pretendido lastimar intencionalmente o juzgar a nadie, ya que eso no forma parte de mi carácter”.
En todo caso, aunque el uso de términos homófobos a cargo de Potgieter no fuera intencionado y reconociera rápidamente su error, disculpándose públicamente, la Unión Australiana de Rugby se mantiene firme en su sanción económica. En palabras del CEO de la federación, Bill Pulver, “nuestra política de inclusión refuerza el compromiso del rugby de Australia para asegurar que cada individuo, ya se trate de jugadores, aficionados, entrenadores o administradores, pueda sentirse seguro, bienvenido e incluido sin importar la raza, el género o la sexualidad”.