Dos candidatos al Parlamento británico hacen visible su condición de seropositivos
Paul Childs y Adrian Hyyrylainen-Trett, candidatos a formar parte de la Cámara de los Comunes en las elecciones británicas del 7 de mayo (ambos liberal-demócratas) han declarado públicamente que son seropositivos. Un gesto digno de elogio que contribuye a visibilizar la realidad de las personas con VIH/sida, también en la política activa.
Paul Childs tiene 34 años y es candidato para el distrito de Liverpool Riverside. Y aunque ya había pensado en visibilizarse como seropositivo, el impulso final se lo dio el ejemplo de su compañero Adrian Hyyrylainen-Trett, de 36 años, quien se presenta por la circunscripción de Vauxhall. “Pensé: bueno, mi historia no tiene menos valor que la de Adrian. Por lo que si él puede hablar de ella yo también tengo que ser capaz de hacerlo. Fue lo que me dio el empujón final”, ha afirmado Childs, para el que es importante normalizar la presencia pública de personas con VIH: “Necesitamos que haya más gente alzando la voz. Tiene que convertirse en algo normal que la gente diga que es seropositiva (…) Hace falta que la gente expuesta a la opinión pública hable abiertamente sobre ello”. “Yo tengo asma. Puedo ir por la calle y decir que el asma me está dando hoy el día. Pero no puedo decir que estoy con efectos secundarios de mis pastillas para el VIH. Y sin embargo, tendría que poder hablar del VIH igual que lo hago con el asma. ¿Por qué debería ser diferente?”, añadía como ejemplo ilustrativo.
El gesto de Childs tiene lugar en el contexto de unas recientes declaraciones de Nigel Farage, líder del partido eurófobo UKIP. En el debate electoral entre los líderes de los principales partidos británicos, Farage relacionó VIH e inmigración. Según él, el 60% de los nuevos casos de VIH en el Reino Unido se dan en personas que no tienen la nacionalidad británica, lo que a su juicio supone un coste que el Reino Unido no debería asumir: para Farage, el Sistema Nacional de Salud británico debe estar reservado para las “personas y familias británicas”. Childs le ha replicado que el VIH es ante todo un asunto de salud pública y no de inmigración, pues de hecho es mucho más seguro para la población tratar a todas las personas con VIH y que tengan niveles de virus indetectables.
Del acoso y la depresión a la visibilidad como político gay con VIH
Como hemos señalado, Childs ha encontrado valor para su revelación en el ejemplo de su compañero de partido, Adrian Hyyrylainen-Trett, que sufrió acoso escolar, varias tentativas de suicidio en la adolescencia, una depresión y una dinámica autodestructiva en su primera juventud. Todo ello para posteriormente recomponerse, iniciar una carrera política y defender los derechos de las personas LGTB así como los de los afectados por el VIH/sida.
Lo contaba el propio Hyyrylainen-Trett en una amplia entrevista a Buzzfeed, en la que explicaba cómo ya desde los siete años se sentía diferente. A los diez años sus compañeros también notaron esa diferencia y empezaron a acosarlo, llegando incluso a quedar inconsciente en una ocasión a causa de una agresión. Esto provocó un profundo estrés y minó su autoestima. Llegó en más de una ocasión a intentar el suicidio, y en uno de ellos lo salvó que llegaran sus padres justo cuando iba a consumar su intento. A ello se sumó un diagnóstico de fibromialgia que los médicos asociaron al estrés que sufría.
Tras un proceso de psicoterapia, consiguió superar esta situación. Realizó estudios de traducción y empezó a trabajar en Londres. Sin embargo, la vida en la gran ciudad supuso una dura prueba y volvió a caer en depresión. Inició entonces una espiral autodestructiva. Comenzó a tener relaciones de riesgo deliberadas y con presencia de drogas. En palabras suyas, “cuando ya no te preocupas por ti, entonces empiezas a hacer cosas que te harán daño y piensas de tal manera que te pones en peligro”. “En al menos cinco ocasiones tuve una sobredosis. En un par de ellas la persona con la que estaba sabía exactamente lo que estaba haciendo. Estaban deliberadamente dándome una sobredosis, esperando que me trastornase tanto que fuera e hiciese algo estúpido o que perdiera tanto el sentido que no supiera qué había pasado (…) Dejas que ocurra, te conviertes en una víctima”, llega a contar. Finalmente, fue diagnosticado de infección por VIH.
Reflexionando sobre su vida, Adrian Hyyrylainen-Trett considera que adquirió el VIH “a consecuencia de todas estas cosas, del acoso escolar, de la mala salud mental, la baja autoestima… Todo esto podría haberse prevenido. Y sin embargo, todo esto sigue pasando y nadie habla de ello. Siento que tengo el deber ante la comunidad de hablar de ello. Hay bastante gente en el ambiente gay que es consciente de los problemas pero aún no ha habido una discusión pública en ningún nivel, ni político ni gubernamental ni a nivel comunitario”. Es por todo ello que la presentación a la opinión pública como candidato abiertamente gay y seropositivo es un paso más en su activismo. A esto se suma una vida personal recompuesta que incluye una relación de pareja satisfactoria (se ha casado recientemente).
En definitiva, ante el estigma que el VIH/sida sigue suponiendo, el gesto de estos dos candidatos supone todo un espaldarazo a la causa. En el Reino Unido solo se recuerda otro antecedente similar, el del laborista Chris Smith, aunque cuando este hizo pública su condición de seropositivo, en el año 2005, su carrera en los Comunes tocaba a su fin (luego pasó, eso sí, a formar parte de la Cámara de los Lores). Además, en el caso de Adrian Hyyrylainen-Trett, su historia visibiliza la dureza de la discriminación y las consecuencias que puede acarrear en el equilibrio psicológico y en la salud física. Pero también ejemplifica la capacidad de superación y de hacer de lo vivido un motivo para mejorar las cosas y abrir camino. Como le dijo a Paul Childs para animarle a él también a visibilizarse, «un movimiento empieza con una persona”.
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