El Tribunal Superior de Justicia de Kenia dictamina la legalidad de las organizaciones LGTB
El Tribunal Superior de Justicia de Kenia ha dictaminado que las autoridades gubernamentales no pueden impedir que las organizaciones LGTB se registren como ONG. El alto tribunal estima que la religión y la moral imperantes no pueden socavar los derechos constitucionales, entre ellos el de asociación. También ha resuelto que las garantías recogidas en la Constitución de Kenia son aplicables a todos los ciudadanos, sea cual sea su orientación sexual.
Este 24 de abril, el Tribunal Superior de Justicia de Kenia ha fallado a favor de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas (NGLHRC en sus siglas en inglés), que había denunciado a la Junta Coordinadora de Organizaciones No Gubernamentales y a la Fiscalía General de Kenia por impedir su registro como ONG en más de cinco ocasiones desde el año 2012, en base a que el nombre de la organización era “inaceptable” porque el Código Penal de Kenia castiga las relaciones homosexuales.
El Tribunal Superior de Justicia, cuyas competencias son similares al Tribunal Supremo español, ha dilucidado en su sentencia dos cuestiones fundamentales. En primer lugar, a petición de los demandantes, ha aclarado que, cuando la Constitución de Kenia otorga derechos a “todas las personas”, incluye a todos los ciudadanos, sin distinción por razón de la orientación sexual. En segundo lugar, el alto tribunal ha dictaminado que, en una sociedad democrática, la moral y la religión imperantes no pueden utilizarse para la limitación de derechos.
Por todo ello, el panel de tres jueces del Tribunal Superior de Justicia ha fallado por unanimidad a favor de los demandantes, estimando que la Junta Coordinadora de Organizaciones No Gubernamentales ha violado el artículo 36 de la Constitución keniana, que protege el derecho de asociación. También ha emitido un mandato de ejecución inmediata para que la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas sea registrada como Organización No Gubernamental.
El Foro de Cristianos Profesionales de Kenia, que se había personado en el juicio como parte afectada en el bando de los acusados, ha solicitado permiso al Tribunal Superior de Justicia para poder presentar una apelación a su sentencia, autorización que le ha sido concedida. Si la apelación es aceptada finalmente a trámite tras su presentación, deberá dictaminar al respecto el Tribunal Supremo de Kenia, que es quien tiene la competencia final para la interpretación de la Constitución, a semejanza del Tribunal Constitucional español.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas ha emitido una nota de prensa para dar a conocer la noticia, firmada por su director ejecutivo Eric Gitari, que concluye con la siguiente valoración:
Esta sentencia del Tribunal Superior de Justicia es innovadora; marca un hito histórico para la inclusión de las minorías sexuales y de género en el espacio democrático de Kenia. Alude a un país que está deseoso de convertirse en mucho más abierto y democrático, a pesar de los desafíos. Al subrayar la moralidad constitucional de la inclusión en detrimento de la moral religiosa, los jueces honran el espíritu y las aspiraciones de los kenianos cuando promulgaron esta Constitución después de un período de violencia postelectoral que había estallado tras años de exclusión virulenta de los demás. Esperamos que este rechazo a las limitaciones de los derechos civiles por parte de la moral y la religión se convierta en un símbolo de jurisprudencia para las otras treinta y ocho naciones africanas que todavía usan argumentos morales para limitar los derechos de las minorías.
Nos congratulamos de la apelación presentada por el Foro de Cristianos Profesionales de Kenia y esperamos que mejore la jurisprudencia sobre la igualdad en nuestro país durante el proceso legal. Al celebrar la victoria, honramos la lucha de muchos activistas y aliados que han desarrollado su labor antes de nosotros y nos han ayudado en la nuestra.
La importancia de una sentencia semejante, que parte de un tribunal que sienta jurisprudencia sobre todos los demás, es indudable, sobre todo por la argumentación en que se sostiene el fallo. Dada la dificultad de que un cambio favorable a los derechos LGTB provenga del poder legislativo o ejecutivo, esperemos que sea la vía judicial la que sirva para conseguir la igualdad de todas las personas LGTB de Kenia.
La difícil situación de las personas LGTB en Kenia
A pesar de la importancia de la esta victoria legal, y de la repercusión que pueda tener en el futuro, las personas LGTB kenianas se tienen que seguir enfrentando a una legislación y una sociedad muy hostiles.
Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana) y profundamente homófobo, que castiga la práctica de la homosexualidad con penas de hasta 14 años de cárcel, en base a leyes heredadas de la época colonial británica). Precisamente a principios de este año informábamos de la detención de dos hombres, acusados de practicar la homosexualidad, víctimas de una operación policial más amplia, con la que se pretendería dar ejemplo tras salir a la luz unos informes que señalan un aumento del turismo homosexual en la zona costera del país.
A las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales, se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaría dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% considera tal orientación sexual inaceptable.
Sin embargo, como evidencia la noticia que nos ha ocupado, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB muy productivo. Entre sus miembros se encuentra Denis Nzioka, que incluso trató de presentarse en las últimas elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó como senador en las últimas elecciones, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez una persona abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos y ser escuchado.
La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que se ha visto truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros.